Por Ana María Sanhueza Septiembre 11, 2014

Estaba sin señal, entre Cochrane y Coyhaique, donde asistió a la cuenta pública de la Fiscalía Local de Cochrane, cuando finalmente entró la llamada telefónica que alertó al fiscal nacional, Sabas Chahuán, de un nuevo bombazo. Esta vez era en el sub centro comercial del metro Escuela Militar. Pero algo era distinto: 14 personas resultaron heridas.

Habían pasado 40 minutos del atentado en Santiago. Entonces, Chahuán detuvo el auto en la carretera y comenzó a realizar -y recibir- una llamada tras otra. Entre ellas, una de la presidenta Michelle Bachelet, que lo convocaba de urgencia a una reunión a La Moneda. El fiscal, sin embargo, no pudo tomar un avión a Santiago sino hasta la mañana del miércoles 10 debido a las nevazones en la Undécima Región, por lo que fue subrogado en la urgencia por el fiscal de la zona Oriente, Alberto Ayala.

-Hace dos años, en una entrevista en revista Qué Pasa, usted dijo: “Si ocurriera un atentado como en Atocha, no estaríamos preparados”.
-La frase era un poco para remecer las conciencias, porque en ese entonces planteé una serie de medidas que se podían tomar. Estaba pensando más bien en el terrorismo islámico, que es mucho más elaborado que el de estos dementes chilenos, pero que también es terrorismo. Porque colocar un artefacto explosivo en un lugar concurrido, es un atentado terrorista. Lo que yo dije es que había preparación, pero era insuficiente y que había que hacer una serie de modificaciones a la ley. A eso apuntaba mi frase: estamos preparados, pero cabalmente no.

-¿Y de qué manera se está cabalmente preparado?
-Dije entonces que Chile está atrasado en aspectos de fondo de la ley antiterrorista: no hay herramientas de investigación. Por ejemplo, hay herramientas que uno puede ocupar para combatir el narcotráfico, la trata de personas e, inclusive, ciertos delitos sexuales, sin embargo, no se pueden ocupar adecuadamente en la investigación de delitos terroristas. Yo creo que si le damos importancia al narcotráfico, tenemos que asignarle igual importancia al terrorismo.

-¿Cómo cuáles herramientas?
-Entregas vigiladas, agentes encubiertos, uso de informantes y restringir en ciertas facultades procesales, pero sin vulnerar garantías. Restringir, porque estamos investigando terrorismo, no a tipos que tiran piedras y quiebran ventanas.

-¿Cuáles son las falencias que ve en la ley antiterrorista?
-La ley antiterrorista es excepcional, pero es una herramienta fundamental en una democracia. Hay una serie de modificaciones que se pueden hacer: hay que adecuar la ley antiterrorista a las convenciones internacionales que Chile ha suscrito. También hay que objetivizar el tipo penal: si la fiscalía quiere demostrar un hecho terrorista, debe acreditar el ánimo de infundir terror que tiene el sujeto en su interior. Pero eso es prácticamente imposible en ciertos casos. Por ejemplo, el caso del señor Pitronello, donde claramente hay una intención terrorista. También se debe modificar la ley de inteligencia, para que los informes que la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI) entregaba, pudieran ser trasvasijados a investigaciones criminales y servir de pruebas en tribunales. Eso me parece fundamental.

-¿Qué pasa con las policías? ¿Hay realmente alguien que haga investigación sobre terrorismo en Chile?
-Sin duda que las policías hacen investigación criminal contra el terrorismo y también inteligencia. Está investigando Carabineros y también la PDI con la Fiscalía Sur, pero no hay una investigación criminal lo suficientemente perfeccionada en terrorismo. Falta que la labor de inteligencia pueda ser traspasada a las carpetas de investigación que llevan los fiscales. En ese sentido, nosotros venimos pidiendo al menos hace cuatro años que se considere la posibilidad de crear una fiscalía de alta complejidad que pueda actuar en todo Chile, que vea crimen organizado, gran narcotráfico, delitos terroristas y gran corrupción.

-¿Plantea que el Ministerio Público pueda hacer inteligencia?
-Inteligencia criminal para la investigación. Porque también tenemos unidades de análisis criminales que pueden servir para fortalecer los delitos contra la propiedad. Eso no tiene nada que ver con terrorismo, pero se puede cruzar información. Pero esta fiscalía debe tener un equipo de apoyo de verdad. En Chile hemos creado tres fiscalías de alta complejidad, pero redestinando recursos: una en la Fiscalía Oriente, otra en la Centro Norte y una en La Araucanía. Pero, créame, que son dos, tres, cuatro o cinco fiscales con funcionarios de apoyo. Y ésa no es una fiscalía como de la que estoy hablando. Esta fiscalía de alta complejidad debe tener analistas contables, sociólogos y tal vez un psicólogo y así poder hacer análisis de correos electrónicos o de cuentas corrientes, porque para el terrorismo hay financiamiento.

-Eso funciona en países como España.
-Sí. De hecho, un equipo de la fiscalía fue a España y a Francia. También conocimos a algunos expositores en un seminario internacional que hicimos acá y todos operan con esta lógica que señalo: con un fuerte componente de una fiscalía centralizada, con apoyo, y de coordinación con ambas policías, uniformada y civil. También planteamos que como nosotros investigamos básicamente a través de la policía, que se pudiera considerar la posibilidad de destinar, como ocurre en España, a funcionarios policiales en comisión a esta fiscalía que permanecieran en el tiempo, unos dos o tres años, para que investiguen junto con los fiscales en el mismo lugar.

-¿Se esperó demasiado para que se volviera a instalar este tema? Los atentados han ido creciendo en los últimos años.
-Los atentados comenzaron en la época en que yo era fiscal regional en Santiago. Estamos hablando del año 2005 y se fueron incrementando en el tiempo. Yo no sé si calificar como que se ha esperado demasiado. Pero sí se ha demorado demasiado en el sentido en que como fiscalía hemos pedido esto en las cuentas públicas. Creemos que ahora puede estar maduro el ambiente con este debate y, lamentablemente, por estos dementes que hicieron este atentado.

-Después del caso bombas, en el que se absolvió a todos los imputados, usted habló de falta de coordinación entre las policías y la fiscalía. ¿Ese problema ha persistido?
-No, se ha mejorado. Pero a lo que yo aludía era precisamente a la necesidad de institucionalizar más esta coordinación. Creo que pudiera haber en estos grandes crímenes un equipo centralizado en una fiscalía exclusiva dedicada a esto. Que sea un organismo poderoso, empoderado, que pueda coordinar y tener base propia de datos para interrelacionarse con ambas policías

-¿Cuál es el aporte de la ANI durante estos cuatro o cinco años en las investigaciones de los bombazos?  Usted dijo que en el caso Bombas fue prácticamente nulo.
-La investigación no estaba a mi cargo, habría que preguntarle al fiscal sur, pero se me informó en su momento que no aportó nada sustancial.

-La información de la ANI, finalmente, no llega a los tribunales.
-Claro, en algunos casos se informa a la fiscalía y no se releva el secreto. Además, el único que lo puede pedir es el fiscal nacional. Se me entrega la información y yo tengo que entregársela al fiscal a cargo de la investigación, pero si no se releva el secreto, no se puede utilizar. Pero, además, si levanta el secreto, puede servir para diligencias en la investigación, pero no para ser usada directamente en la carpeta (del fiscal). Se necesita que la ANI entregue la información, que el fiscal pueda realizar diligencias y, entre comillas, validarla en la carpeta de investigación para no vulnerar garantías. Hay que mejorar el vínculo de la inteligencia contra el terrorismo, que es precisamente lo que hace la ANI.

-Pero hasta ahora no han probado ante los tribunales el ánimo de causar temor, ¿qué es lo que falta para determinar qué es terrorismo y qué no? 

-Hay que perfeccionar la ley y capacitar a todos los actores del sistema en el fenómeno terrorista. No vamos a pedir jueces especializados para cada delito porque es difícil, pero sí intensificar la capacitación de policías, fiscales, defensores y también de jueces en materia de legislación antiterrorista comparada y en cómo se puede acreditar judicialmente el terrorismo.

-¿Eso ha sido una falencia en este tiempo?

-Sí. Falta más capacitación.

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