Por María Luisa Iriarte Agosto 28, 2014

Las grandes rejas de fierro que separan la avenida Ricardo Lyon con el ingreso a la Universidad Gabriela Mistral (UGM), en plena comuna de Providencia, hoy están abiertas de par en par. Ya no se ingresa por una puerta pequeña, que más emulaba la de una casa particular que la de un establecimiento educacional superior. Todo un simbolismo que da cuenta que la universidad privada más antigua del país vive una silenciosa, profunda y radical transformación de la mano del Sodalicio de Vida Cristiana, una sociedad de vida apostólica de origen peruano que se instaló en Chile en 1999.

Invitados por la ex rectora Alicia Romo, quien buscaba darle continuidad al proyecto, los Sodalicios hoy controlan totalmente la UGM. Primero ingresaron al directorio en 2012; en junio de 2013 uno de sus miembros asumió la rectoría y pasaron a ser mayoría absoluta en la mesa directiva en junio de este año, cuando los integrantes de la familia Romo abandonaron definitivamente la instancia. Como nuevos controladores están llevando a cabo un plan refundacional que de aquí a 10 años contempla llegar a los 4 mil estudiantes desde los 1.760 actuales, y la inyección de capital por US$ 15 millones en los próximos 6 años (que se suman a los cerca de US$ 4,5 millones ya aportados). Además, el proyecto contempla la implementación de una reorganización académica que eliminará 3 de las 6 facultades existentes y el cierre, a partir de 2015, de la admisión de primer año de todas las carreras que impartían las facultades de Educación y Humanidades, y la Escuela de Comunicación Social, y de algunas carreras de las actuales Facultades de Economía y Administración e Ingeniería, Diseño y Tecnología. 

Se trata de un proceso que los Sodalicios venían evaluando desde hace un tiempo, pero que lo aceleró una inesperada noticia. En diciembre de 2013 la Comisión Nacional de Acreditación decidió no acreditarlos ya que no cumplían con los criterios de evaluación definidos para los ámbitos de la gestión institucional y docencia de pregrado, lo que luego fue confirmado por el Consejo Nacional de Educación (CNED). Como consecuencia, los nuevos matriculados no pueden acceder a beneficios estatales, como créditos y becas estudiantiles. Esta situación puso en evidencia la urgencia de dar un giro: en marzo de este año sólo se matricularon 200 nuevos estudiantes (en 2013 fueron 400), y en carreras como Filosofía el total de estudiantes es menor a 10 alumnos.

TODO TIEMPO PASADO...
Hace un par de décadas la UGM, fundada en 1981, junto a la Universidad Diego Portales (1982) eran de las universidades privadas de mayor reputación de la capital. Su alumnado se caracterizaba por ser mayoritariamente de clase media alta y la marca Gabriela Mistral gozaba de alta reputación y visibilidad. Entre los ex alumnos que estudiaron por esos años destacan: Salvador Said (director de Parque Arauco), José Antonio Garcés (director de Embotelladora Andina), Holger Paulmann (gerente de operaciones de Sky Airlines), Amaro Gómez -Pablos (periodista de TVN), entre otros. Sin embargo, con la aparición y consolidación de nuevas ofertas como la Diego Portales, Universidad Adolfo Ibáñez, Los Andes, Del Desarrollo, etc., la UGM comenzó lentamente un proceso de desgaste que se refleja en el descenso de las matrículas. “En su momento peak la Universidad tuvo cerca de 3.500 estudiantes, y a marzo teníamos 1.760 alumnos”, grafica el actual momento el rector de la UGM y quien es laico consagrado, Aldo Giacchetti.

A modo de ejemplo, al comparar el total de alumnos matriculados entre 2005 y 2013, en la UGM la cifra cayó 8,1%; mientras que tanto en la Diego Portales como en la Adolfo Ibáñez, subió un 73%, y en el caso de la Universidad del Desarrollo creció casi en un 100%, según datos del CNED.

Con respecto a la composición del alumnado, hoy menos del 10% tiene Crédito con Aval del Estado (CAE), pero el 69% cuenta con algún tipo de beneficio que da la propia institución, situación que se intensificó luego de perder la acreditación.

 “Pienso que la Universidad fue perdiendo visibilidad tanto para el ámbito público, como para los posibles postulantes”, analiza Giacchetti sobre esta evolución. 

Sentado en un salón de la Universidad, junto a Rafael Ismodes, superior regional de los Sodalicios en Chile, el actual rector detalla el plan refundacional que tienen previsto, y que contempló, por ejemplo, el cambio de estatuto que, entre otras medidas, puso como uno de los pilares la participación estudiantil. En términos concretos, ahora sí está permitida la formación de centros de alumnos, situación que antes era prohibida y que da cuenta de una nueva visión educacional.

El ingreso de los Sodalicios fue previamente estudiado y desde que comenzaron las conversaciones en 2010 hasta la toma de control en 2013 se hicieron dos evaluaciones: la primera en 2011, que contó con la asesoría de Alejandro Danús, y luego un due dilligence de los aspectos académicos, legales, contables y financieros, este último realizado por Ernst&Young.

Por eso, los cerca de $7 mil millones en pasivos que el CNED evidenció en su reporte no fueron sorpresa para ellos. “Nosotros sabíamos desde las evaluaciones iniciales que estábamos entrando a un proyecto que era un desafío y que se estaba en una situación difícil. Y aún así asumimos un compromiso de largo plazo”, explica Giacchetti, quien añade que pensaban que la acreditación sí sería posible considerando que “la calidad se ha mantenido de forma ininterrumpida”.

La millonaria deuda fue transferida de forma completa y total a las empresas de la familia fundadora a través de una novación bancaria. Esto ha llevado, según los Sodalicios, a que la UGM se encuentre sin deuda de largo plazo en el sistema financiero. No obstante, otro tema ha sido llegar al equilibrio financiero y operacional.  Es ahí a donde han tenido que aportar los recursos necesarios los que, en todo caso, entienden como “temporales” porque esperan que en un plazo de 2 a 3 años la Universidad vuelva a ser sustentable.

LA SEGUNDA ETAPA
Son dos grandes etapas las que han marcado el trabajo de los Sodalicios en la UGM. La primera desde mediados de 2013 hasta estos días y que definen en 5 hitos: la toma de control efectiva, el ordenamiento y formalización de los procesos, la reorganización académica, el mantenimiento del clima de confianza en la comunidad universitaria y la elaboración del plan a 10 años.

“Hemos vivido un proceso de ir ordenando y profesionalizando la institución. En los informes de la CNA y CNED se decía que la Universidad requería pasar por un proceso mucho mayor de formalización y ordenamiento al que tenía”, explica Giacchetti, quien agrega que el modelo es mantenerse como una institución de tamaño pequeño. 

Según el rector, históricamente la UGM se había gestionado con un modelo basado en relaciones de confianza y centrada en la tarea académica, y no se puso tanto énfasis en los procesos tanto administrativos como académicos. “Yo diría que había un cierto nivel de informalidad que se basaba en un modelo de gestión centrado en la confianza, y que al ser una institución muy pequeña de alguna manera esto lo hacía posible”, agrega.

Sobre los rumores acerca del supuesto interés de la UGM de ingresar a la propiedad de la Universidad San Sebastián, Giacchetti comenta que si bien esas conversaciones sí existieron, siempre se limitaron a un contexto de estrechar vínculos y no de un proceso de negociación.

De igual forma, dentro de esta etapa destaca la renovación e incorporación de nuevos decanos,  como es el caso de Joaquín Cortez, o Carlos Hinrichsen para la facultad de Ingeniería y Negocios, y la reorganización académica, focalizándose sólo en 3 facultades con una oferta académica de ocho carreras, que concentran actualmente el 85% del alumnado: Ingeniería y Negocios, Derecho y Psicología. El resto de los estudiantes de carreras como Educación Básica y Parvularia, Filosofía, Historia, Periodismo, Licenciatura en Educación Media y Ciencias Políticas, Ingeniería Civil en Obras Civiles e Ingeniería en Ejecución Informática, por nombrar algunas, podrán terminar sus estudios, pero no habrá nuevas admisiones. Lo mismo en la sede de Puerto Varas. “Cuando tienes el caso de menos de 10 estudiantes en toda la carrera la experiencia pedagógica se ve afectada”, explica el rector, quien agrega que esta nueva configuración tiene un horizonte de entre 3 a 5 años, luego de ese tiempo se evaluará la posibilidad de abrir otras carreras.

Los terrenos donde se encuentra la Universidad de aproximadamente 20 mil m2 construidos en Santiago y de 2 mil m2 en Puerto Varas pertenecen a la familia Romo y por ahora continuarán siendo arrendados “a valor de mercado”, según el rector. Sin embargo, para los próximos 3 años se volverá a evaluar el acuerdo.

 Asimismo, una segunda etapa que comienza por estos días, se basará en potenciar la nueva estructura de las facultades, la participación activa de los estudiantes, trabajar para recuperar la acreditación y establecer una red más activa de ex alumnos que se comprometan con el proyecto educativo. Aquí se contempla la participación de ex alumnos como docentes, en consejos asesores de las facultades, y en que éstas mantengan una vinculación importante con el medio y las empresas.

Rafael Ismodes, superior regional de los Sodalicios en Chile y Aldo Giacchetti, rector de la UGM desde junio de 2013.

QUIÉNES SON
“Somos parecidos al Opus Dei en que tenemos laicos, a los Jesuitas en algunas aproximaciones a la realidad, y a los Maristas en su preocupación por la educación”, resume Rafael Ismodes, frente a la pregunta de cómo se sitúan como sociedad de vida apostólica.

Los Sodalicios llegaron a Chile en 1999 e hicieron sus primeras labores pastorales en colegios como el Apoquindo, Santiago College y la Scuola Italina. Actualmente sólo apoyan el proceso de confirmación del primero de éstos y del colegio Nido de Águilas.

Se caracterizan por vivir en comunidades. En Santiago cuentan con varias casas, en Maipú, donde viven 5 laicos consagrados, y en Lo Barnechea donde habitan 12. Hay dos ramas femeninas, las Siervas del plan de Dios y la Fraternidad Mariana de la Reconciliación, con tres y dos casas, respectivamente. Adicionalmente, hace pocos meses el Arzobispado les dio la autorización para hacerse cargo de la parroquia Madre de los Apóstoles ubicada en Maipú. 

En nuestro país ya cuentan con cerca de 20 vocaciones masculinas y femeninas, y también son dueños del 50% del colegio Saint Joseph, ubicado en Huechuraba.

¿Cómo se financian? Ismodes explica que actualmente gran parte del aporte proviene de Perú, país de origen de los Sodalicios, y de los sueldos que comparten los propios laicos consagrados. Sobre el aporte de empresarios locales, los descarta por el momento y dice que en esta etapa del proyecto se están concentrando en involucrar a distintas personas en éste. “No hemos tenido donaciones de empresarios, ojalá las tuviéramos”, finaliza.

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