Por Josefina Ríos Diciembre 26, 2013

© José Miguel Méndez

"En todos los espacios de comparación estamos bastante parejas (la U. de Chile y la UC). En investigación, donde efectivamente nos supera, lo hace por alrededor de un 15% de proyectos y eso que tiene el doble de aporte estatal"

"El 100% de los excedentes del Dictuc se reinvierte en la universidad, específicamente en la Facultad de Ingeniería. Pensar que a través del Dictuc la UC está lucrando no tiene sentido"

"Hemos manifestado nuestra intención de seguir con la clínica, pero si finalmente el proceso dice lo contrario, tenemos que poner los términos de cuánto tiempo los médicos se quedarán. La cohabitación no está considerada"

"Es sabido que hay un proceso que se ha planteado de apertura en Bolsa de Canal 13. Si ese plan sigue en pie, hemos dicho que tenemos que evaluar seriamente nuestra participación en en la estación"

Por estos días se conocerán los resultados de la PSU y, probablemente, se repetirá una imagen que ya es clásica durante el proceso de postulación a la educación superior: largas filas de estudiantes presentando sus antecedentes en la Universidad Católica de Chile. El plantel, que este año celebró su aniversario 125, año a año  atrae a los mejores puntajes del país en esta prueba. Ignacio Sánchez, su rector desde marzo del 2010, no esconde su orgullo por este hecho. Tampoco por el importante rol que a su juicio juega esta casa de estudios en el desarrollo del país. 

Convencido de que el carácter público de las universidades no está dado por quién su dueño, sino que por el compromiso con el país y sus necesidades, Sánchez llama a privilegiar el resultado y los aportes que hacen los planteles más que el hecho de si son de origen estatal o no.
En esa cruzada no está solo. Como presidente del G9, agrupación que reúne a las nueve universidades no estatales del Consejo de Rectores, está decidido a que se conozca la real dimensión del aporte que hacen estos establecimientos. “Cuando hacemos un catastro de lo que este grupo hace al Cruch en formación de pregrado, postgrado, investigación, proyectos Fondecyt, patentes, transferencias tecnológicas y calidad de estudiantes que recibimos, nos damos cuenta de que estas nueve instituciones aportan prácticamente lo mismo que las 16 universidades restantes del consejo”, dispara.  

En esta entrevista, además, aborda el tema de la gratuidad de la educación superior y las críticas que se le hace a la UC por ser elitista: “Me sorprende que rectores de otras universidades sean especialistas en hacer análisis de esta universidad. El problema es que lo hacen con datos erróneos poco fidedignos”, contraataca. 
También se refiere a la comentada participación de la UC en el directorio de Canal 13 y a la polémica desatada por la dilatada  separación de aguas con Colmena, sus actuales socios en la Clínica UC San Carlos de Apoquindo.

-El rector de la UDP, Carlos Peña, planteó en un seminario que el Estado debiera tener una relación privilegiada con las universidades estatales, tomando como emblema a la Universidad de Chile, por su origen,  su misión y el tipo de alumnos que recibe.
-Separaría de ese análisis a la Universidad de Chile del resto de los planteles estatales. En el caso de la Chile, desde hace muchos años que el Estado privilegia su trato con ella en relación al resto de las universidades. Es razonable que así sea, porque es la universidad estatal más antigua del país, tiene calidad en investigación y un número importante de estudiantes. Por lo mismo, la Chile recibe desde hace muchos años más del doble de recursos de lo que recibe la Universidad Católica, tanto en la asignación fiscal directa como en las becas por estudiantes. En los fondos concursables, principalmente Fondecyt, los aportes son bastante parejos, pero la Chile también recibe asignaciones por arte y por su actividad musical. Además, recibe un aporte cercano a los $ 9 mil millones al año por entregar las sedes. 

-¿Cree que en la U. de Chile administran bien estos recursos extra que le entrega el Estado?
-No sé cómo los administra, pero es un hecho que a pesar de este doble aporte, en todos los ámbitos de comparación ambas universidades estamos bastante parejas. Por ejemplo, en investigación, donde efectivamente nos supera, lo hace por alrededor de un 15% de proyectos o publicaciones, y eso que tiene el doble de aporte estatal. Asimismo, en cuanto al número de citaciones de estas investigaciones la UC tiene más impacto. Cuando se observan los rankings Scimago y otros en investigación, si esas mediciones se normalizan por número de profesores y jornadas completas, nuestra universidad lidera. 

-¿Entonces, a su juicio, es más eficiente la UC?
-Probablemente es más eficiente con los recursos que recibimos tanto del Estado como de nuestros estudiantes. Lo que sí es cierto es que con un número menor de profesores, cuando uno divide el número de artículos y proyectos por el número de esos profesores, nuestra universidad no sólo lidera en el país, sino que también en la región. En la misma línea otras universidades del G9 también están muy bien posicionadas. Mi punto es que tenemos que tener conciencia de lo que hemos construido como país proveniente de todas estas universidades.

-¿Cuál es su propuesta? 
-Proponemos no sólo para esta universidad sino que para todas las del Consejo de Rectores (Cruch), y dentro de este grupo especialmente para las del G9, dos cosas: primero,  que se valore lo que tenemos. Y, segundo, que se potencie el apoyo a las universidades que están demostrando un aporte eficiente al país.

-¿El apoyo estatal se debiera traducir en más fondos?
-Más fondos relacionados con la eficiencia con que se utilizan éstos en beneficio del país. Lo que planteamos es que haya verdaderos convenios por desempeño de 10 a 15 años para que, como en otros países, las universidades que han demostrado avanzar en productividad puedan llegar a acuerdos evaluables, con análisis de metas, con evaluaciones periódicas, pero con plazos no tan cortos, porque la investigación toma tiempo. Nosotros estamos seguros que si tuviéramos ese mayor apoyo podríamos dar un salto en productividad por varios elementos.

-¿Cuáles, por ejemplo?
-Primero, las universidades chilenas están haciendo verdaderos milagros a nivel internacional. Si comparamos el aporte que reciben universidades de Brasil, de Estados Unidos y otros países desarrollados y su resultado versus el apoyo que recibimos en Chile, nosotros hemos logrado gran eficiencia en producir buena ciencia en diferentes ámbitos. Segundo, pensamos que a través de la formación de capital humano avanzado y a través de la investigación y creación de nuevo conocimiento esos elementos pueden ser de extremado valor para el desarrollo del país. Cuando uno ve rankings de universidades latinoamericanas, al menos cuatro de los 10 planteles mejor posicionados son chilenos (la UC, la Universidad de Chile, la de Concepción, y en algunos casos, la Usach, la PUC de Valparaíso, la Federico Santa María o la de Talca), y vemos que por número de habitantes estamos muy sobrerrepresentados en esas mediciones, quiere decir que nuestro sistema universitario es de calidad internacional y que debemos potenciarlo. 

-Hoy no hay ninguna universidad chilena entre las 100 mejores del mundo. ¿No debería ser ésta una meta en el corto plazo?
-Hace ocho años la UC estaba 300 en ese ranking y hoy está 166. Mire, cuando vemos quiénes están en el lugar 98, 99, 100 o 101, observamos planteles cuyo presupuesto en investigación supera en 10 veces el nuestro. Y hay universidades que están cerca del puesto 80 cuyo su presupuesto en investigación supera al de todo Chile. 

-Muchos catalogan a la UC como una universidad elitista. Su matrícula está compuesta por un 60% de estudiantes que viene de colegios particulares. ¿Hay preocupación por hacerla más inclusiva?
-Me sorprende que rectores de otras universidades sean especialistas en hacer análisis de esta universidad. El problema es que lo hacen con datos poco fidedignos y hay que salir a aclarar. Nuestro sistema de educación escolar es muy segregado, hoy los estudiantes  que salen de colegios particulares pagados representan el 9% del alumnado, pero obtienen el 65% de los mejores puntajes. Obviamente que la UC al recibir al 2% superior ve sobrerrepresentado a este segmento en su matrícula. Existe una brecha educacional que está asociada al nivel socioeconómico educacional desde la cuna, pero en nuestro diseño no hay ningún sesgo, se ingresa sólo por mérito académico. 

-Los problemas de inclusión también se dan por los precios y la UC es una universidad cara. Michelle Bachelet planteó la gratuidad del sistema. ¿Cuál es su posición frente a esta propuesta?
-Hoy, el 42% de nuestros estudiantes tienen beneficios socioeconómicos y esta universidad es gratuita para los alumnos de los primeros dos quintiles y la mitad del tercer quintil, o sea cerca del 20%. 

-¿Qué pasa con el 80% restante?
-Cuando se trata de un estudiante del tercer o cuarto quintil puede tener acceso a un crédito que se lo da el Estado o que le entrega la universidad en forma solidaria. El gran problema es qué pasa con la mitad superior del cuarto quintil y el quinto quintil. Para estar en el quinto quintil se necesita un sueldo aproximado de $ 1,5 millones y cuando tienes tres o cuatro hijos en la universidad, ese monto simplemente no alcanza. Es ahí cuando las familias se endeudan con la banca, porque ese quintil no puede optar a crédito del 2% del Fondo Solidario. Entonces es cierto que en términos reales sólo el 10% de las familias puede pagar por la educación de sus hijos sin endeudarse. En los últimos años, se ha avanzado de un 40% a un 60% la posibilidad de optar a becas y créditos. La propuesta de Michelle Bachelet es avanzar hacia el 70% en un plazo de cuatro años y después llegar a la gratuidad total en dos años más. Nos parece muy razonable subir del 60% al 70% u 80% -dependiendo de las posibilidades económicas del país- en un periodo presidencial de cuatro años, pero lo que nos parece difícil de entender es el paso del 80% al 100%, que es lo que se  plantea como meta para un próximo gobierno.

-¿Le parece justo que una persona que puede pagar la educación de sus hijos reciba este aporte del Estado?
-Depende del estado de desarrollo de los países. Creo que durante varios años Chile va a tener muchas necesidades que hacen que tengamos que focalizar los recursos. La focalización en el 10% superior de la población debe darse después de derribar otras barreras en salud, en vivienda y otras áreas.


"EL MANEJO DEL DICTUC ES TRANSPARENTE"

Ignacio Sánchez defiende a rajatabla el que las universidades sean sin fines de lucro. “Es una excelente medida, básicamente porque reinvertir todos los excedentes en el proyecto educativo es la única  manera de que éste sea de calidad nacional e internacional”, asegura. 

-Fernando Montes (UAH) y Orlando Poblete (U. Andes), ambos rectores de universidades privadas sin fines de lucro y católicas, han cuestionado la  transparencia con que la PUC maneja los recursos que genera en áreas como el Dictuc o la Red de Salud UC.                                                                                    -Las dudas que ellos tienen no son razonables, simplemente porque no se han informado bien.    

-Vamos punto por punto.
-El Dictuc tiene un 99% de propiedad de la universidad y un 1% de las Empresas UC que es 100% de la PUC, entonces el 100% del Dictuc es de la universidad y sus excedentes se reinvierten completamente en la universidad, específicamente en la Facultad de Ingeniería, a través de crecimiento de esta facultad; becas para los profesores que van al extranjero; proyectos de investigación; desarrollo de infraestructura de la facultad, etc. Entonces pensar que a través del Dictuc la UC está sacando recursos y lucrando no tiene sentido.

-Quizás no está sacando fondos para que lucre la universidad, pero sí para que lo hagan sus docentes. ¿No le parece razonable esa duda?
-Las asesorías que hacen los ingenieros y otros profesionales tienen retribución según los criterios de mercado y eso es justo. El Dictuc puede hacer alianzas con empresas y si en esa alianza el Dictuc es dueño del 60%, ese 60% de las ganancias entran directo al Dictuc y el 40% restante se va a la empresa de la cual es socio. Esa empresa tendrá sus dueños y ellos verán qué hacen con esos recursos. El manejo del Dictuc es bastante transparente y la información está. 

-¿Qué sucede en el caso de la Red de Salud UC?
-Fui decano de Medicina y soy miembro de esta facultad hace más de 30 años, así es que conozco el tema. Todos los recursos que genera esta red se reinvierten en la Facultad de Medicina y en la propia Red de Salud, que es por lo demás el sistema de salud universitario más importante de este país. 

-¿Cómo opera el tema de los arrendamientos de equipos por parte de médicos a la Red de Salud? 
-Hoy esa situación no existe. Es cierto que en la década de los 80, cuando la universidad y su Red de Salud comienzan a crecer no había muchos recursos. En esa oportunidad, efectivamente  grupos de médicos de la universidad se endeudaron, tomaron riesgos y compraron equipamiento que pusieron a disposición para el desarrollo de la red. Pero insisto que durante los últimos años ese tema se ha regularizado y la red y la Facultad han comprado su propio equipamiento, poniendo fin a los convenios de arrendamiento. Los contratos que quedan ya tienen fecha de término.
 
POLÉMICA EN SAN CARLOS DE APOQUINDO

-En los últimos meses, la Clínica UC de San Carlos de Apoquindo ha estado en el centro de la polémica por los términos en que se pondrá fin  a la relación con Colmena, sus actuales socios. Ustedes han dicho que harán todo por quedarse con la clínica. ¿Por qué?
-En 2004, nos asociamos en un modelo de 50% y 50% con Colmena. Para nosotros la Clínica de San Carlos siempre fue un área de desarrollo clínico, pero también de proyectos académicos, como por ejemplo psiquiatría; cirugía ambulatoria u otorrinolaringología. En el último tiempo, y después del cambio de propiedad  de Colmena (en enero pasado, el Grupo Bethia, ligado a Liliana Solari y su familia compró el holding de salud), tratamos de mantener ese trabajo en conjunto, expresando que una cosa era el desarrollo clínico, pero que estas otras áreas eran bien prioritarias. Después de un tiempo de conversaciones, nos dimos cuenta de que no era posible seguir juntos: teníamos distintos objetivos.

-La UC ha mantenido una postura rígida sobre qué es lo que está en juego a la hora de hacer la oferta a sobre cerrado. De hecho han manifestado que de perder se llevarán a todo el cuerpo médico. 
-Aclaremos el punto. La universidad desde siempre puso a sus profesores y doctores, y Colmena puso la administración de la clínica. Ese fue el acuerdo. 


-¿Es cierto que a los médicos se les ha dicho que en el caso de que Colmena se quede con la clínica, ellos tendrán que optar entre quedarse ahí o seguir siendo parte de la Facultad de Medicina de la UC?

-Hemos manifestado nuestra intención de seguir con la clínica, pero si finalmente el proceso dijera lo contrario, tenemos que poner los términos de cuánto tiempo los médicos se quedarán en la clínica. Después de ese periodo deberán retirarse para ir a otra ubicación dentro de la Facultad de Medicina o tomar la decisión de quedarse ahí. Pero la cohabitación no está considerada. Ahora, como Facultad de Medicina si perdemos la oferta, tenemos que darles los espacios de trabajo a nuestros profesionales.

"CANAL 13 SE HA RECUPERADO PLENAMENTE"

-¿Está cómodo con la línea editorial de Canal 13? Se lo pregunto en virtud de su rol como rector de la PUC, institución que participa con cuatro de los once miembros del directorio controlado por Andrónico Luksic.
-Tenemos un 33% de la propiedad del canal con la opción de llegar el 50% en 2017. Pero hay que poner las cosas en contexto: cuando la universidad era dueña del 100%, hasta agosto de 2010, muchas veces también tuvimos reparos en la línea programática e editorial. Hay que recordar que los realities comenzaron hace más de 10 años y tanto el rector Vial como el rector Rosso tuvieron ciertos roces con los ejecutivos del 13.

-Sí, pero antes ustedes eran los dueños, ¿para qué seguir sentados en la mesa de un canal que no los representa como institución y que ya no controlan?
-Éramos dueños en un 100%, es cierto, pero esa propiedad muchas veces no se demostraba en el control de la línea editorial. Hace poco más de tres años tomamos la decisión de vender, y sigo pensando que fue una buena opción, porque el canal vivía una situación económica extremadamente delicada, que podía incluso comprometer a la universidad. Esa situación y el gobierno corporativo de Canal 13 se han recuperado plenamente en estos tres años. Desde el punto de vista de gestión, también hay un proyecto que mostrar. Estamos en la mitad de un proceso, el que siempre ha estado en presencia de situaciones complejas en el camino, pero que hemos sabido resolver con el socio y al interior del directorio.

-¿Siente que le han dado a la universidad espacios?
-Nosotros partimos en un proyecto en el que había que reconstruir lo que había en Canal 13. Tenía problemas en programación, financieros, de gobierno interno y en el proyecto canal. Ahora, si usted me pregunta si estoy cómodo en el canal como universidad, nosotros hemos manifestado que queremos avanzar en ciertos ámbitos que puede ser complejo mejorar en una televisión abierta comercial.

-¿Cuáles?
-Tener programas que vayan más en la línea de nuestra universidad y de la Iglesia muchas veces colisiona con una televisión comercial que está muy influenciada por el rating, que es muy activa y rápida en la manera de reaccionar.

-Monseñor Ezzati dijo que no descartaba la opción de vender la totalidad de las acciones del canal.
-Hay que evaluarlo. Esa opción nunca ha estado descartada, pero tampoco nunca ha estado tomada. Es sabido que hay un proceso que se ha planteado de apertura en Bolsa. Si ese plan sigue en pie, hemos dicho que tenemos que evaluar seriamente nuestra participación en la estación.

Relacionados