Por Valeria Bastías Julio 11, 2013

La idea era crear un sitio web en el que cualquier estudiante se pudiera inscribir gratuitamente para realizar ensayos y guías de ejercicios online. Esto  generaría una base de datos valiosa, tanto para los alumnos como para los colegios, porque podrían identificar las áreas específicas en las que los errores eran más frecuentes.

El 85% de los puntajes máximos de 2012 fueron usuarios de PuntajeNacional.cl; en YouTube, las reproducciones de las clases superan los 4,7 millones; y en el sitio web hay más de 3.700 videos educativos y 15 mil preguntas, todas resueltas.

Fue en 2009 cuando Fabián Martínez (27) y Sebastián Arancibia (27), amigos y estudiantes de Ingeniería Comercial de la Universidad de Chile, partieron en auto rumbo a la Municipalidad de Isla de Maipo y, sin que nadie supiera algo de ellos entraron a una reunión con la Dirección de Educación de la comuna. Bastó una hora de conversación para dejar fascinados a sus interlocutores con un proyecto pensado para los estudiantes que ese año rendirían la Prueba de Selección Universitaria (PSU). Ya en el camino de vuelta a Santiago y con su primer contrato en la mano, la realidad los hizo aterrizar: ni siquiera tenían para pagar el peaje.

Lo que vendría entonces serían meses de esfuerzo y búsqueda de recursos. Hoy, Fabián es el director y Sebastián uno de los socios de OGR, la empresa que maneja PuntajeNacional.cl, una plataforma reconocida como el primer preuniversitario completamente virtual -y gratuito- de Chile.

Elegir la PSU como punto de partida para el proyecto no fue antojadizo. Fabián y Sebastián comparten un fuerte sentido social, que años atrás los llevó a misionar por el Sur,  a San José de la Mariquina,  junto a Siembra UC, asistir a hogares de menores y a compartir con personas en situación de calle. Querían aportar de forma concreta en la lucha contra la desigualdad social.  “La PSU es el punto de corte en donde decides cómo va a ser tu futuro. O se te abren las puertas de la universidad o no tienes muchas opciones. No estoy de acuerdo con que todo el mundo tenga que ser profesional, pero si tienes las ganas es superfome que por no tener la posibilidad de pagar un preuniversitario, no puedas estudiar”, dice Fabián Martínez, a quien el contexto de la época lo motivó aún más.

En 2009 las protestas estudiantiles llenaban las calles, y a fines de ese año las manifestaciones lograrían la derogación de la menospreciada Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE) y la entrada en vigencia de la Ley General de Educación (LGE), que de todas formas dejó intacto el sistema de admisión a la enseñanza superior y la cuestionada Prueba de Selección Universitaria. “Pensamos en cómo podíamos aportar a la educación. Y así empezamos a pensar en la PSU, en que los preuniversitarios eran muy caros y que hay ciudades en las que ni siquiera hay uno”, agrega Fabián Martínez.

Nació entonces una idea con un valor único: crear un sitio web en el que cualquier estudiante se pudiera inscribir gratuitamente para realizar ensayos y guías de ejercicios online. Esto  generaría una base de datos valiosa, tanto para los alumnos como para los colegios, porque al analizar los resultados obtenidos por cada estudiante  podrían identificar las áreas específicas en las que los errores eran más frecuentes. La manera de rentabilizar el proyecto sería entonces un paso natural. Aprovechando el levantamiento de dicha información, les ofrecerían a los colegios monitorear el rendimiento de los cursos que quisieran inscribir, terceros y cuartos medios principalmente, y así crearles ensayos personalizados para reforzar los conocimientos más débiles de sus alumnos.

Había que poner el proyecto en marcha, y para eso ambos contactaron a Mario Morales, entonces académico en la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la Universidad de Chile. El profesor se maravilló con la idea, que después se convirtió en la tesis de Martínez para obtener su título de ingeniero y que Morales guió. “No había duda que era un proyecto que realmente podía contribuir a rescatar los talentos de miles de jóvenes”, comenta Morales, hoy vicedecano de la Facultad de Emprendimiento y Negocios de la Universidad Mayor.
Tras la reunión, el académico los ayudó a conseguir el apoyo de la FEN, que les prestó los servidores para hospedar el sitio web y el aula magna para el lanzamiento oficial de PuntajeNacional.cl, en junio de 2009.  Desde entonces no han parado, y lo que comenzó con dos amigos sumó al tiempo tres socios más que dieron vida a este emprendimiento: Ariel Arancibia, papá de Sebastián; Diego Martínez, hermano de Fabián, y  Francisco Val. Actualmente trabajan 24 personas full-time y  30  profesores part-time, quienes hacen las guías, responden las preguntas y transmiten clases vía streaming.

 

DE LA RED A LA U

El sistema actual funciona así: los alumnos se inscriben gratis en PuntajeNacional.cl y acceden a guías, ensayos, clases en vivo, gráficos que les muestran sus avances y las áreas que deben reforzar. Los colegios, en cambio, deben pagar un fee mensual.  Para los subvencionados y municipales la cuota es de 4 UF, y para los colegios particulares de 8 UF. Con eso tienen acceso completo a la plataforma para trabajar con los alumnos desde primero a cuarto medio. El sistema les permite realizar ilimitadamente ensayos, recibir todas las estadísticas y así identificar las debilidades de cada uno de los alumnos, lo que ayuda a generar planes de mejora en ejes temáticos específicos. Para este año, ya tienen contratos con 300 colegios, de los cuales un 70% se divide entre subvencionados y municipales y el otro 30% corresponde a colegios particulares, lo que les genera un ingreso mensual aproximado de unos $14 millones. En el caso de los colegios de escasos recursos, Puntaje Nacional entrega una beca con las mismas condiciones de aquellos colegios que pagan. “Los sistemas educacionales atienden al mismo tiempo a 30 alumnos, pero cuando tú tienes un sistema que trabaja con cada alumno de manera individual puedes nivelar hacia arriba, por eso es tan efectivo”, asegura Fabián Martínez. Además de generar una base de datos significativa, otra de las características, y una de las más valoradas por los estudiantes, es que Puntaje Nacional genera una comunidad que une a jóvenes de todo el país. Aquí los estudiantes se ayudan, compiten por mejorar sus resultados, ganan puntos por ensayos hechos y hasta premios, que salen de las arcas de la empresa, como un iPad. 

El sistema ha ido mejorando cada año. El 85% de los puntajes máximos de 2012 fueron usuarios; en YouTube, las reproducciones de las clases superan los 4,7 millones; en el sitio web hay más de 3.700 videos educativos y 15 mil preguntas, todas resueltas y, hasta la fecha, tiene cerca de 420.000 usuarios registrados. “Ya tenemos inscrito al 70% de los alumnos que rendirán la PSU este año, y eso nos dice que con nosotros estudian todos. Los que tienen acceso a un preuniversitario, los de regiones, los más acomodados y también los más humildes”, dice Martínez. 

Erick Díaz, Gonzalo Parada y Paula Méndez son tres ejemplos de estudiantes que preparándose en Puntaje Nacional obtuvieron altos puntajes y hoy estudian lo que les gusta y en la universidad que ellos eligieron. “Estuve en un preuniversitario como dos meses, pero después me di cuenta que todo el material lo podía encontrar en PuntajeNacional.cl, así que decidí estudiar por mi cuenta”, cuenta Erick, ex alumno del Liceo Pedro Aguirre Cerda de Puerto Varas, y que promedió más de 700 puntos en la PSU. Hoy estudia Ingeniería en Información y Control de Gestión en la Universidad Austral de Puerto Montt. La historia de Gonzalo Parada es similar. Era  alumno del Liceo Ruiz Tagle, en Estación Central. Conoció la página porque un amigo le contó sobre ella y sus profesores solían mencionarla en clases. Ahora estudia Ingeniería en la U. de Chile. Paula Méndez conoció el sitio gracias a un trabajo específico que realiza Puntaje Nacional con la Región de Aysén, donde ella estudiaba en el Liceo San Felipe Benicio de Coyhaique. Fue puntaje nacional en Matemáticas (850 puntos). Ahora estudia Ingeniería Civil Química en la U. Federico Santa María de Valparaíso, con una beca completa.

SEGUIR CRECIENDO

“Cuando empiezas a ver frutos, es imposible querer bajar los brazos”, comenta Fabián Martínez en una de las oficinas de la sede de PuntajeNacional.cl, en el barrio Santa Lucía. Ocupan una casona antigua que compraron y arreglaron durante el verano. Los resultados les han valido el apoyo constante de Corfo y la consolidación de un modelo de negocios basado en tres áreas.

Además de los contratos con los colegios, ofrecen a universidades y empresas servicios publicitarios a través de su página. El año pasado facturaron alrededor de 5.400 UF por estos servicios. Por otro lado, ofrecen a las empresas proyectos asociados a la educación, como levantar información sobre el rendimiento de los trabajadores e identificar las áreas en las que deben mejorar. Para este año, por este concepto, proyectan un ingreso de 11.400 UF, un 20% más que en 2012.

Martínez, además, cuenta que ya están mirando hacia países como Uruguay, Perú y España, para ofrecer un servicio similar, pensando no en el sistema de ingreso a la universidad, sino en reforzar los contenidos escolares.

“Puntaje Nacional es un claro ejemplo de un emprendimiento con impacto social, que afecta la calidad de vida de muchas personas, en este caso escolares que verán mejoradas sus posibilidades de ingreso a la educación superior”, dice Hernán Cheyre, vicepresidente ejecutivo de Corfo, entidad que junto a la Universidad Adolfo Ibáñez decidió apoyar la nueva iniciativa del grupo: AprendoEmprendo.cl, que busca desarrollar las habilidades de emprendimiento e innovación en el sector escolar. Para eso harán un curso gratis online, dirigido a todos los estudiantes del país, luego un concurso, del cual elegirán los 5 mejores proyectos, que participarán de un workshop en octubre en Santiago. Finalmente, el proyecto ganador viajará junto a su profesor a Silicon Valley, la cuna del emprendimiento.

“No cambiaría este trabajo por nada del mundo, porque haciendo esto soy demasiado feliz”, dice Fabián Martínez. Y corrige: “La verdad, es que todos lo somos”.

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