Por Sebastián Rivas Abril 19, 2012

La notificación fue por escrito y llegó el lunes pasado a  manos de Sebastián Piñera. En ella, el presidente del directorio de TVN, Leonidas Montes, presentó su renuncia al mandatario. Y aunque la noticia fue tratada con total hermetismo en la presidencia, a muchos en Palacio no los tomó por sorpresa. 

Dos semanas atrás, el propio Montes había conversado el tema con el vocero de gobierno, Andrés Chadwick. Entonces, le manifestó su interés en dejar su silla en TVN. A su juicio, y después de dos años en el cargo, ya se había cumplido una etapa dentro del canal: aquella que apuntaba a la transición desde 20 años de Concertación a un gobierno de derecha. La independencia había sido demostrada y ahora, a ojos de Montes, era mejor que asumiera otra persona para liderar una nueva fase, marcada por dos elecciones ad portas.

Aunque en La Moneda reconocen que la salida de Montes va a abrir una discusión política en torno a su reemplazo, hay consenso en que el filósofo no estaba cumpliendo como se esperaba su rol de representante del gobierno en el directorio de la estación estatal. No obstante, el decano de la Escuela de Gobierno de la UAI había establecido buenas relaciones personales con las autoridades que se relacionan con TVN desde Palacio y se valoraba su capacidad de diálogo con todos los sectores políticos. Consultado por Qué Pasa, Montes no accedió a referirse al tema.

La renuncia de Montes se produce en medio de un escenario complejo: TVN enfrenta los peores resultados de rating de su primer trimestre desde 1996, lo que genera cuestionamientos a su actual administración. Además, para las próximas semanas está agendado el cambio de tres miembros del directorio de la señal. Por lo mismo, desde el Ejecutivo no quieren hacer de la salida de Montes un tema crítico y han optado por mantener la renuncia en reserva. De hecho, se acordó durante esta semana dar a conocer su retiro en la misma instancia que se comunique a su reemplazante y a los tres nuevos directores que se propondrán al Senado. Esto durante mayo.

En La Moneda hay consenso que Montes no estaba cumpliendo como se esperaba su rol de representante del gobierno en el directorio de TVN. Pero desde el Ejecutivo no quieren hacer de su salida un tema crítico y han optado por mantener la renuncia en reserva.

Entretención: el área crítica

La tarde del miércoles 22 de junio, el ministro de Vivienda, Rodrigo Pérez Mackenna, redactó una carta a los ejecutivos de TVN. Ese día, un centenar de pobladores de Puente Alto se tomaron a la fuerza el Ministerio de Vivienda, protestando porque denunciaban que sus casas habían sido construidas en una zona contaminada con metales pesados.

El malestar de Pérez Mackenna tenía una razón: esa mañana el matinal Buenos Días a Todos estuvo en terreno junto a esos mismos dirigentes, quienes entre sus manos sostenían carteles con leyendas como: “Señores del gobierno, ¿desde cuándo sabían que nos envenenaban?”. Desde La Moneda no vieron con buenos ojos que los conductores Felipe Camiroaga y Carolina de Moras elogiaran abiertamente el liderazgo de aquellos dirigentes.

El episodio retrata la molestia que ha generado en ciertos sectores del gobierno el tratamiento de algunos temas por parte de TVN, sobre todo en el área de entretención, a  diferencia de los años de la Concertación cuando los choques eran habitualmente con el área de prensa.

Los momentos más tensos se habrían vivido a mediados del año pasado. Tanto que el tema se trató en forma reiterada en los comités políticos de los días lunes, con presencia de los presidentes de los paridos oficialistas. Las principales críticas apuntaban a la cobertura y enfoque de los programas Buenos Días a Todos y Fruto Prohibido frente a las movilizaciones estudiantiles. En esas reuniones se abordaron episodios como el duro trato en cámara en el matinal al recién asumido ministro de Educación, Felipe Bulnes, y la invitación “sin contrapesos” a Camila Vallejo al programa conducido por Ignacio Franzani y Katherine Salosny en el momento más álgido de las manifestaciones. Pero fue el siguiente capítulo de Fruto Prohibido el que generó más molestia. Entonces, Malva Silva, profesora de una escuela municipal, interpeló en cámara a Piñera: “Usted, señor presidente, debe garantizar que la educación en Chile sea gratuita”, dijo con lágrimas en los ojos.

El análisis que se hacía en ese momento era que en su intención de demostrar autonomía, Mauro Valdés se demoró en ejercer la autoridad en temas editoriales. Del mismo modo que Leonidas Montes fue tibio en el desempeño de su rol como autoridad designada por el presidente.

En la misma línea, en esa época también cayó mal en La Moneda que Valdés contratara al ex diputado PPD Jorge Insunza como su asesor personal. Esta suma de cosas llevó a que el año pasado se evaluara incluso influir en el directorio para obtener la renuncia del director ejecutivo. Detrás de esta arremetida estuvo el abogado y amigo del presidente Piñera, Carlos Zepeda, quien por esa época reemplazó en el directorio a Sergio Urrejola. Sin embargo, analistas del sector estiman que las acciones de Zepeda terminaron por fortalecer a Valdés en su cargo: se mostró como un  ejecutivo independiente ante las presiones, lo que lo legitimó con los trabajadores al interior del canal y entre los representantes de la oposición en el directorio.

Con todo, la percepción de La Moneda es que en los últimos meses la situación ha cambiado. En diciembre el canal optó por reemplazar al productor ejecutivo de Fruto Prohibido, Guillermo Muñoz, por Verónica Saquel, quien dio al espacio una orientación hacia contenidos vinculados con la farándula. La salida de Muñoz -quien pasó a hacerse cargo de la producción del área deportiva- fue vista con buenos ojos.

Sin embargo, en el gobierno la alerta es constante. Y lo muestran con un ejemplo: en noviembre pasado, el canal lanzó un nuevo programa de humor con Pablo Zamora y Kurt Carrera (Profesor Salomón y Tutu Tutu). Aunque el espacio pasó casi desapercibido en cuanto a sintonía, su nombre irritó al oficialismo. Se llamaba Inútiles y Subversivos, y aludía directamente al presidente de RN, Carlos Larraín, uno de los grandes críticos de TVN,  quien había ocupado esa misma frase para referirse a quienes participaban en las manifestaciones estudiantiles.

Alta definición en TVN

Pantalla fría

Pero las molestias traspasan las paredes de La Moneda. A principios de marzo, Mauro Valdés se reunió con un grupo de trabajadores en un estudio de TVN. Se trató de la última asamblea que hubo entre la rama ejecutiva y sus empleados, oportunidad en la que Valdés les dio a conocer la programación del 2012. Al finalizar el encuentro los presidentes de los sindicatos de la estación se acercaron al director ejecutivo: le dijeron que estaban preocupados por los malos resultados del verano. Según Time Ibope, en enero promediaron 6 puntos, mientras que en febrero no superaron los 5,3. En ambos casos TVN ocupó el cuarto lugar.

“Hay mucha molestia de los trabajadores, sentimos que se dejó abandonada la pantalla. Alguien pensó que no había que hacer nada porque el Festival de Viña estaba en otro canal. No entendemos el abandono de esfuerzo: el verano determina la productividad del año”, indica Pamela Morales, periodista y presidenta del Sindicato 3 de TVN.

A pesar de que marzo fue mejor, el promedio del año está lejos de ser favorable: entre el 1 de enero y el 17 de abril no superan los 6,2 puntos. “Si comparas el rating del período que va de 2012 con igual período de los años previos, es el más bajo para el canal, al menos desde 1996”, explica Luis Breull, investigador en temas de audiencia y profesor de la Universidad Alberto Hurtado.

Con todo, hay quienes creen que esta administración ya sabe cómo funciona la industria. “Ha habido un aprendizaje. Se nota. Pero también hay costos: una caída en el rating y bajas de programas como El Experimento”, explica un ejecutivo de la competencia.

Pero no todos los dardos apuntan a la administración actual. Hay quienes responsabilizan a gestiones anteriores. “Fue en el momento que sólo se preocuparon de tener el mejor rating y de ser los primeros. Ahí tienen su cuota de responsabilidad. Commoditizaron TVN”, señala un ex ejecutivo de la estación.

Pero no todo es crítica. Dentro de la industria hay consenso en que TVN quedó como el único actor que puede ser realmente independiente de presiones económicas. Con el aterrizaje de Luksic en el 13, Bethia en Mega y Warner en CHV, el canal estatal es el único que no depende de un grupo económico. “Ningún otro canal hace programas de denuncia como Esto no tiene nombre. Sería feo que los otros hablaran mal de empresarios. De hecho, se especula que por eso sacaron Contacto. En eso, TVN tiene un plus diferenciador”, indican desde TVN.

En esta misma línea, el Departamento de Prensa es para muchos la fortaleza del canal. A partir de las 20 horas la sintonía comienza a subir sostenidamente. La teleserie Aquí Mando Yo lidera la audiencia y “entrega” , en promedio, 20 puntos al 24 Horas central, noticiero líder. El año pasado ganaron 204 días del año. Y al 15 de abril, es decir, en los 106 días del 2012, han liderado en  77. Ni un día Canal 13. 28 días CHV y Mega sólo uno.

Modelo bajo presión

Si bien en el mundo de la televisión todos reconocen que es una industria “volátil”, la situación de TVN ha llevado a un debate sobre si el modelo del canal, aprobado hace exactamente 20 años, es suficiente en un marco más competitivo. Valerio Fuenzalida, investigador de la Facultad de Comunicaciones de la PUC, plantea que hay un factor adicional: el inminente desembarco de la TV digital, que, entre otros elementos, permitiría que la estación pudiera tener varias señales: “El horizonte tecnológico digital vuelve obsoleta la misión entregada en 1992 a TVN. Esa misión es pensando en una señal para todo el país”, dice.

Las miradas se centran en la estructura del directorio del canal y su imposibilidad de recibir financiamiento público. Sobre el primer tema, Fuenzalida apunta a que el esquema privilegia cuidar los equilibrios políticos, pero complica generar estrategias de desarrollo a largo plazo ligadas a las industrias.

Para varios de los ex directivos del canal, su esquema financiero, lo obliga a que opere con criterios de una empresa y se desvíe de su función pública. Francisco Vidal (PPD), quien presidió el directorio entre 2006 y 2007, lo ejemplifica: “Cuando yo, junto a otros miembros del directorio, propusimos salir a competirle a Tolerancia Cero con un programa político, Daniel Fernández, el director ejecutivo, nos argumentó que era imposible, porque no teníamos avisaje. Por eso se tomó la medida ridícula de tener, en el canal público, un programa de debate los domingos a las 9 de la mañana”. El presidente de RN, Carlos Larraín, comparte esta mirada: “El problema de TVN es que está en una tenaza donde está apretado por la industria, por los demás canales y por el mercado”, señala.

Por eso hay quienes proponen un cambio que permita al Estado financiar programas de interés público de forma directa. En TVN reconocen que el esquema actual es “insuficiente”, pero apuntan a otro tema: dicen que el marco legal es una “camisa de fuerza” en un mercado que se ha desarrollado en las últimas dos décadas. Por eso Valdés ha sondeado con La Moneda la posibilidad de hacer modificaciones en el marco que rige al canal “para salir a competir de igual a igual”, lo que habría tenido buena recepción (ver entrevista).

El canal de todos

La renuncia de Leonidas Montes promete desatar una fuerte pugna en el mundo político. Esto porque el puesto de presidente del directorio es visto como clave en la antesala de dos años donde habrán elecciones municipales, parlamentarias y presidenciales. En La Moneda están conscientes de ello, y plantean que en ese escenario, el presidente buscaría un reemplazante con un perfil más político, una de las críticas que se hacía al decano de Gobierno de la U. Adolfo Ibáñez.

Pero además, el proceso se mezclará con la renovación de otros tres cupos del directorio del canal: los de Francisco Frei (DC), José Zalaquett (independiente, ex PPD) y Juan de Dios Vial Larraín (cercano a la UDI). Mientras se da prácticamente como un hecho la continuidad de Frei, el PPD envió una terna a La Moneda integrada por Francisco Vidal, Antonio Leal y Enrique Paris, y la UDI tomará una decisión en los próximos días, aunque se mencionan los nombres de Pilar Vergara -ex directora del diario La Segunda- y Eugenio Guzmán, decano de la Escuela de Gobierno de la Universidad del Desarrollo.

El nuevo directorio deberá encarar la época en que, tradicionalmente, el canal está más en la mira de los políticos. En TVN ya se preparan: anticipan que buscarán dar cobertura a las campañas en la señal abierta y en el cable, pero además en un nuevo sitio de noticias que ya está funcionando en su versión de prueba. Pero rechazan de plano la posibilidad de equilibrar el tiempo de apariciones en pantalla. “O sea, no va a haber cronómetro”, dicen en la señal.

para ver el rating de enero a abril pinche aquí

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