Por Francisco Sagredo Diciembre 15, 2011

Caía la noche del lunes 12 en Santiago. En el octavo piso de una de las torres del Sanhattan, en las oficinas de Inversiones Santa Cecilia, José Yuraszeck interrumpió sus actividades a cargo del holding que maneja sus diversos emprendimientos. Tenía un compromiso ineludible. A 48 horas del partido más importante de la historia internacional de Universidad de Chile, el segundo accionista mayoritario de Azul Azul (controla el 23,9% del paquete accionario de la S.A. deportiva) debía juntarse con Carlos Alberto Délano (dueño del 15,5% de la concesionaria) y pasar a buscar al técnico Jorge Sampaoli para llevarlo a comer al restaurante Tierra Noble de Nueva Costanera. La cita se ha transformado en un ritual antes de cada duelo decisivo de los universitarios. Una cábala que, a la luz del título de la Copa Sudamericana y los extraordinarios resultados deportivos del año 2011, le ha funcionado a la perfección al ingeniero civil.

Tres días después de esa comida, Yuraszeck estará feliz celebrando el título.

En ese éxito azul él tiene mucho que ver como presidente de la Comisión de Fútbol del club, es decir, el encargado de armar el plantel profesional y relacionarse con el cuerpo técnico. Desde que adquirió el paquete accionario de Universidad de Chile, el año 2008, los resultados están a la vista: campeones del Apertura 2009, semifinalistas de la Copa Libertadores de América en 2010, campeones del Apertura 2011, campeones de la Copa Sudamericana y actuales semifinalistas del Torneo de Clausura. Logros a los que hay que agregar que la U ya está clasificada para jugar la Copa Libertadores y la Copa Sudamericana del 2012.

Aunque la temporada aún no finaliza y la opción de obtener el bicampeonato nacional está a la vuelta de la esquina, Yuraszeck ya puede hablar con satisfacción de los resultados de la U en el último tiempo.

-¿Quién elige a los jugadores que llegan a la U? ¿De quién es el mérito en el armado de este plantel?

-Del cuerpo técnico y los dirigentes, es compartido. Nosotros tenemos un sistema: permanentemente estamos siguiendo jugadores. Durante el primer semestre de este año seguimos a 26 y el segundo semestre a 17 en Chile y el extranjero. Por una parte, el técnico propone nombres para que sean vistos y nosotros (la dirigencia) también vemos jugadores que nos interesan y que nos parecen buenas posibilidades. Si uno analiza el actual plantel, hay 7 u 8 jugadores que tienen menos de 22 años y eso no es casualidad. Cuando llegué a la Comisión de Fútbol, el año 2008, nos propusimos buscar jugadores chilenos, seleccionados sub 19 o sub 20 que tuvieran un potencial importante. Así contratamos a Eduardo Vargas, Charles Aránguiz, Eugenio Mena, Francisco Castro, Paulo Magalhaes y ahora a Junior Fernandes.

"El equipo que está a cargo del fútbol joven está preocupado, además de formar buenos futbolistas, de que sean buenas personas y estudiosos. Tenemos un colegio virtual para que puedan estudiar. En la U, además de jugar al fútbol, hay que tener buenas notas".

-Además, este año debutaron en el primer equipo varios jugadores formados en el club. ¿Ahí está la clave para mantener el éxito en el futuro?

-Sí, ésa es la idea. Hoy tenemos a Gallegos, Lichnovsky, Martínez, Leyton, Henríquez, Maturana, etc. La meta es que cada año al menos cuatro canteranos se integren el plantel de honor. Mi gran sueño es que en algunos años más la mayoría de los jugadores de la "U" provengan de sus divisiones inferiores, en las que estamos haciendo un trabajo integral, a cargo del técnico Juan Gutiérrez.

-¿Cuál de esos canteranos cree usted que tiene un potencial distinto?

-Igor Lichnovsky. Va a ser el Alberto Quintano de los próximos años. Tiene un gran físico para jugar de central. Le he visto unos 16 partidos en la sub 17 y es un tipo que frente a cualquier situación sabe cómo resolver. Es rápido y de una tenacidad y esfuerzo gigantescos. El chico llegó a la Casa Azul hace un par de años y vive ahí. Además, es estudioso, preocupado de su familia, muy completo.

-Es decir, el perfil de jugador que Azul Azul quiere formar ¿no?

-Si hoy tú vas al CDA (Centro Deportivo Azul) y te paseas en las tardes verás entre 300 y 400 niños y jóvenes. Cualquiera que pase al lado tuyo te va a dar la mano y te va a preguntar cómo está, señor. Ahí hay algo muy importante y es que el equipo que está a cargo del fútbol joven está preocupado, además de formar buenos futbolistas, de que sean buenas personas y estudiosos. Tenemos un colegio virtual para que puedan estudiar; a quien no hace sus tareas, o no responde con buenas notas, con esfuerzo, se les llama al orden. En la U, además de jugar al fútbol, hay que tener buenas notas.

-Ya que Lichnovsky va a ser el próximo Quintano, según usted, ¿tiene identificado al próximo Marcelo Salas de la U?

-Anota estos nombres: Angelo Henríquez va a ser un jugadorazo y Sebastián Martínez ya ha demostrado, en el par de partidos que ha jugado en el primer equipo, que juega muy bien: es rápido e inteligente.

"La U es lo que me mueve hoy"

Cuestión de tiempo

Yuraszeck se perfila como el próximo presidente del club ante el anunciado alejamiento del timonel Federico Valdés en abril próximo. "He tenido la gran fortuna de trabajar codo a codo con Federico, que es en mi opinión el mejor dirigente deportivo chileno en muchos años, la presidencia es muy absorbente y él se ha comprometido a seguir trabajando por la "U" en un cargo que le demande menos tiempo".

Tiempo, la palabra clave que parece jugar a favor de Yuraszeck en la lucha interna por suceder a Valdés. Hace dos semanas, en Qué Pasa, Carlos Heller, el otro accionista mayoritario del club (24,9% de la propiedad), afirmó que "algún día" será presidente de la U, "pero hoy tengo una agenda muy apretada. Si voy a ser presidente será cuando tenga tiempo". Eso es justamente lo que Yuraszeck le otorga abundantemente al club de sus amores: "Hoy, a los 60 años, tomé la decisión de dedicarme a cosas entretenidas, que me apasionan, y en este minuto de mi vida lo más importante para mí, después de mi familia obviamente, es la U. La U es lo que me mueve hoy".

-¿Entonces va a ser el próximo presidente del club?

-No sé, eso lo definirá el nuevo directorio, en abril.

-¿Quiere o no?

-Sí, quiero. Pero tampoco me muero por serlo, ya que en la Comisión de Fútbol estoy más que contento.

-El otro candidato es Carlos Heller, quien parece tener menos disponibilidad que usted...

-Carlos es director de Falabella, LAN, es presidente del Club Hípico, tiene una cantidad de actividades muy fuertes y además no vive en Santiago, vive en Los Ángeles. Él tiene menos tiempo para dedicarle y lo hemos conversado, pero es una opción y es tan válida como cualquiera de los otros once directores.

"Hoy, a los 60 años, tomé la decisión de dedicarme a cosas entretenidas, que me apasionan y en este minuto de mi vida lo más importante para mí, después de mi familia, obviamente, es la U".

-¿Y cómo compatibilizaría con sus otras actividades ser presidente de la U?

-He ido dejando el manejo de mis negocios a mi hijo Cristóbal (el tercero de siete ), y hoy sólo participo en los directorios de las sociedades en que tengo inversiones, lo que me permite dedicarle aún más tiempo a la U.

-¿Cuáles son las tareas para el próximo presidente?

-Seguir consolidando el proyecto institucional. Cuando nos hicimos cargo del club, hace cuatro años, estaba quebrado, no tenía nada. Ahí establecimos cuatro pilares de desarrollo: conformar un plantel profesional competitivo, reformular el trabajo en el fútbol joven, construir un centro deportivo con estándares internacionales y proyectar el sueño de un estadio propio. Los tres primeros objetivos ya son una realidad y habrá que sostenerlos en el tiempo, lo del estadio esperamos concretarlo el 2014.

-¿Se construirá en La Pintana?

-Hay dos terrenos que se están evaluando con los estudios pertinentes. Apenas cerremos y definamos vamos a hacer pública la ubicación.

-¿Qué costo y características tendrá?

-Alrededor de 30 millones de dólares. La idea es que sea un estadio moderno, de construcción sencilla, en el estilo del nuevo estadio de San Juan (Argentina) pero con palcos y con capacidad para 35 mil personas.

-La U en los partidos importantes lleva más público, ¿no pensaron en un aforo mayor?

-No, y por una razón simple: en los últimos cuatro años la U promedia 18 mil personas por partido. Cuando ese promedio aumente a 25 mil pensaremos agrandar el estadio, posibilidad que estará contemplada en el diseño del recinto que inauguremos el 2014.

"La U es lo que me mueve hoy"

Una popularidad azul

-Si todo sigue el conducto lógico, usted pasará a la historia como el presidente azul que construyó el anhelado estadio, ¿lo motiva eso?

-A mí eso no es algo que me motive especialmente. Lo que sí me motiva es hacer las cosas bien, eso me genera orgullo.

-Pero el éxito en el fútbol tiene una resonancia pública mucho mayor que la que usted pudo tener en sus anteriores actividades…

-Yo a los 32 años fui presidente de Endesa y aparecía todos los días en los diarios. Y posteriormente encabecé exitosos emprendimientos en CIC, Sal Lobos, Viña Undurraga, etc. Ahora en la U he intentado imitar esas experiencias positivas con la misma y sencilla fórmula: trabajar mucho y hacerlo bien.

-Le insisto: hoy usted es conocido por gente de estratos mayoritarios y populares. Muchos afirman que el fútbol sirve como una plataforma de reposicionamiento público, en especial con una experiencia exitosa como la U.

-Pero es que a mí esos no son los temas que me interesan. Soy hincha de la U desde que tenía ocho años y vivía en Puerto Montt. Azul Azul es un proyecto apasionante y todos los que estamos en el directorio  somos azules hasta la médula. Ésa es la principal motivación y probablemente eso marca una diferencia con lo que ocurre en otras sociedades anónimas.

-A propósito, ¿qué les dice a los fanáticos que sueñan con ganar la Copa Libertadores del próximo año?

-Nuestro plan es ir por la Libertadores del 2012, ése es nuestro sueño.

-Para eso no deben desarmar el plantel, a pesar de las ofertas millonarias. Eduardo Vargas es el paradigma de esa disyuntiva…

-Vamos a tratar de mantenerlos a todos, incluido Eduardo, para tener un plantel competitivo en la Libertadores. Pero la carrera de los futbolistas es muy corta y hay ofertas que nos se pueden rechazar.

"Voy todos los días a una oficina en el CDA y me relaciono permanentemente con todo el plantel. El vínculo es cercano pero muy respetuoso de los roles de cada uno y, como en ninguna otra actividad, las cosas que se hablan en el camarín quedan ahí, lo que acrecienta las confianzas".

-Pero sí negociar para que se queden seis meses más…

-Es lo que estamos intentando, aunque implique una pérdida de dinero para el club en la operación.

-¿Y están dispuestos a asumirla para que juegue la Libertadores?

-Sí, sin duda.

-¿Vargas es su regalón?

-No tengo regalones. En general me llevo muy bien con todo el plantel, aunque por una cosa generacional hablo mucho con los más grandes: José Rojas, Gustavo Canales, Jhonny Herrera, Marcos González y Marcelo Díaz. Aunque con los que más me río es con el grupo que viene de Cobreloa (Vargas, Aránguiz, Castro, Magalhaes, etc.).

-El grupo bautizado como "Los Wachiturros azules".

-Sí, son chicos muy alegres, siempre sonriendo y molestando a los demás. A mí me dicen Don Pepe y también me agarran para el leseo de vez en cuando.

-Usted durante su carrera empresarial trabajó con ejecutivos de alto nivel. ¿Cómo es relacionarse con los futbolistas o los técnicos, que constituyen un mundo totalmente distinto?

-Yo voy todos los días a una oficina que instalé en el CDA y me relaciono permanentemente con todo el plantel. El vínculo es cercano, pero muy respetuoso de los roles de cada uno y, como en ninguna otra actividad, las cosas que se hablan en el camarín quedan ahí, lo que acrecienta las confianzas.

-Se le ve muy feliz con este gran momento…

-Más que un momento, estoy feliz con el proceso que hemos sacado adelante. Recibimos un equipo en la quiebra y hoy somos la institución más importante del fútbol chileno, es para estar feliz ¿no?

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