Por Diego Zúñiga Junio 16, 2011

Antes de ser hijo de un hombre que le inculcó el amor por la Universidad de Chile, antes de ser ingeniero civil, profesor y prorrector de la Universidad del Desarrollo, antes de ser el presidente de Azul Azul -sociedad anónima que asumió la dirección del club deportivo tras su quiebra en 2007-, Federico Valdés es un hincha acérrimo de la "U". Así, a secas. Un hincha que lloró de alegría el domingo pasado porque su equipo era capaz de dar vuelta un resultado que parecía imposible revertir, en una noche memorable, en una final épica, de ésas que hace muchos años no se veían por estos lados.

Federico Valdés -51 años- lloró tal como lo hizo el 14 de mayo de 1970, cuando tenía apenas 10 años y veía cómo Peñarol eliminaba a Universidad de Chile en las semifinales de la Copa Libertadores. De eso se trata esta historia: de un hincha apasionado, que el 6 de agosto de 2007 asumió como presidente de la concesionaria Azul Azul Sociedad Anónima con el sueño de lograr que la "U" volviera a la categoría que le correspondía, obteniendo campeonatos nacionales, exportando jugadores, dejando el nombre del club en lo más alto del fútbol internacional.

Y lo consiguió. Casi todo. O más, quizás, porque nadie imaginaba, tampoco, ese 6 de agosto, que la "U" conseguiría un campeonato de la forma como obtuvo -el domingo pasado- el Torneo de Apertura 2011: dando vuelta un marcador adverso, goleando al mejor equipo de la fase regular, sepultando a uno de sus archirrivales. Así, como una historia épica absolutamente imborrable.

Todos los días, de alguna forma, Federico Valdés debe luchar con los dos seres que viven dentro de él. Por un lado está el dirigente. Pero por otro, y quizás con mayor fuerza, está el hincha... el "león". Las decisiones, muchas veces, se dirimen entre esos dos espíritus.

-¿Cómo se compatibiliza al hincha con el dirigente?

-Es complicado porque el hincha quiere hacer reventar la caja y traer dos jugadores argentinos de excepción, pero tengo muy claro que ésa es la forma que se lleva a la "U" a la quiebra. Ya tuvimos dirigentes irresponsables que por ganarse el aplauso de la hinchada hicieron quebrar al club y eso en mi presidencia no va a ocurrir.

-¿Pero también se ha dado algunos gustos como hincha?

-Cuando recién nos hicimos cargo, yo tenía claro en mi cabeza que había tres jugadores que había que recuperar para la "U". Tres símbolos que estaban fuera: Marcelo Salas, Diego Rivarola y Jhonny Herrera. Puedo decir hoy, con satisfacción, que los tres se retirarán en la "U" (Salas, de hecho, ya lo hizo).

-¿Y cómo es su relación actual con la hinchada?

-Al principio había mucho escepticismo respecto a nuestra capacidad para conducir a la "U", pero creo que con el tiempo se dieron cuenta de que éramos tan hinchas como ellos, y que, además, tenemos la capacidad de sacar adelante un proyecto que las últimas dirigencias no habían sido capaces de manejar bien. En un plazo muy breve conseguimos todos los objetivos que nos planteamos al comienzo. Si bien al principio sólo me llegaban e-mails con comentarios negativos, hoy hay mucho reconocimiento.

"No tengo ninguna agenda personal y no soy muy llevado a mis ideas, siempre estoy dispuesto a escuchar. Pienso que eso le acomoda al directorio. No tengo problemas en reconocer si alguien tiene una mejor idea que la mía y eso es valorado por ellos".

-¿Cómo es la experiencia de manejar al directorio, donde hay varios empresarios exitosos y, probablemente, con un ego importante?

-Lo que pasa es que como yo no tengo ninguna agenda personal y no soy muy llevado a mis ideas, siempre estoy dispuesto a escuchar ideas inteligentes. Pienso que eso le acomoda al directorio. No tengo problemas en reconocer si alguien tiene una mejor idea que la mía y eso es valorado por ellos.

Con Sampaoli hasta el final

-Cuando contrataron a Sampaoli como técnico dieron un giro importante: ni Markarián ni Pelusso tenían  un juego tan ofensivo. ¿Por qué dan ese vuelco?

-Quisimos contratar a Sampaoli a mediados de 2009, y hablamos con él, era nuestro preferido, pero nos dijo que tenía contrato vigente con O'Higgins y que lo iba a cumplir, pero que le encantaría, alguna vez, dirigir a la "U". Entonces, cuando se fue Pelusso volvimos a la carga y vimos que seguía su entusiasmo. Nos convenció a todos, o casi todos, con ese conocimiento que tenía de nuestro plantel y las características de sus jugadores.

-Con Sampaoli se instaura un juego más agresivo. ¿Cómo manejarán la ansiedad de los aficionados, que de seguro se acostumbrarán a esta forma de juego?

-Lo primero es que Jorge Sampaoli se quede mucho tiempo. Es lo que queremos, lo hemos conversado con él y está muy a gusto en la "U". Este equipo terminó en su punto más alto de rendimiento, pero también tuvo algunos partidos que dejaron bastante que desear en el semestre, y fue en esos momentos cuando él se dio cuenta de que lo íbamos a respaldar en las buenas y en las malas.

-¿Cómo siente que se manejaron los problemas dentro del camarín, como el tema Rivarola?

- El problema que tiene la "U", y que es endémico, es que somos noticia pase lo que pase: cuando ganamos, cuando perdemos y cuando no pasa nada. Eso supone un grado de presión extra para todos: jugadores, entrenador y dirigentes. Cuesta acostumbrarse a vivir con eso y creo que a Sampaoli precisamente le pasó eso. Hizo un análisis extremadamente racional, y sin ninguna segunda intención, del caso Rivarola, pero el tema fue tomado por los medios y lo transformaron en un conflicto gigantesco, pese a que él siempre se ha llevado bien con Rivarola.

-¿Ve posible que esta forma de juego ofensiva funcione en un campeonato internacional, donde hay que ir a Argentina o a Brasil a jugar con equipos mucho más poderosos que los del medio local?

- Creo que lo menos que se merece Sampaoli es el beneficio de la duda. Él fue hasta ridiculizado por algunos medios, que hicieron mofa de su franqueza para reconocer que era seguidor de Marcelo Bielsa. Jorge Sampaoli es, ante todo, un profesional serio y trabajador, él hizo todo lo que le pedimos. Los objetivos del año eran ganar un campeonato, clasificar a Copa Libertadores y ganar los clásicos. Con fecha 12 de junio estaba todo cumplido. Además, Sampaoli ya dirigió a otros clubes en la Libertadores: esto no es algo nuevo para él.

El león Valdés

La estrategia azul

-Durante su presidencia existe la política de contratar jugadores jóvenes con proyecciones que juegan en el medio chileno: Eduardo Vargas, Edson Puch, por nombrar algunos. ¿Qué explica esta estrategia?

-Cuando nos hicimos cargo, nos dimos cuenta de que el club tenía sus divisiones inferiores en un estado calamitoso. No había jugadores con proyección. Entonces, tuvimos que hacernos la idea de que la única forma de apurar el proceso -de tener jugadores exportables sin tener que gastar millones de dólares- era comprar jugadores que tuvieran proyección de otros equipos chilenos y que pudieran jugar en la "U" y eventualmente en el extranjero.

-¿Y ahora les han dado mayor importancia a las divisiones inferiores?

-Es el centro de nuestra estrategia. Con los recursos de la apertura en Bolsa construimos un centro de formación de jugadores jóvenes como no hay otro en Sudamérica.

-¿Cómo ve Sampaoli este tema?

-Lo conversamos cuando lo entrevistamos la primera vez, y él nos manifestó su interés en utilizar jugadores de la cantera. Su idea estaba completamente alineada con lo que queríamos.

 -¿Ha funcionado?

-Lo que pasa es que nuestros jugadores de la cantera van a empezar a salir en un par de años más. Nosotros nos hicimos cargo sólo hace 4 años y las divisiones, sobre todo la de los mayores, no tenían jugadores que tuviesen futuro como profesionales, por lo menos en la "U". Los frutos se verán recién en los próximos años.

-Se dice que Universidad de Chile tendrá estadio propio en 2014. ¿Es así?

-Esperamos que podamos cumplir con ese plazo.

-¿Es uno de los grandes proyectos de su presidencia?

-Es una de mis grandes prioridades. Ahora, éste es un compromiso institucional que fue aprobado por el directorio y que no lo adquirí a título personal; por lo tanto, va a ser la institución la que va a cumplir.

-¿Ya tienen pensado dónde será?

-Sí, lo tenemos claro, pero por razones obvias no puedo decirlo. Ha pasado en oportunidades anteriores que había terrenos que estaban prácticamente listos y que a partir de una filtración se perdieron.

"Mayne-Nicholls quería perpetuarse en el poder, tal como Blatter o Nicolás Leoz. Él quería ser el presidente vitalicio de la ANFP y estaba en camino de conseguirlo por la vía de controlar los recursos".

-¿Y se parecerá al Nacional?

-No. Tendrá una capacidad para 35 mil personas y será un estadio puramente futbolístico. El problema del Nacional es que las graderías quedan muy lejos de la cancha. Nosotros queremos un estadio donde el rugido de la hinchada se sienta muy fuerte.

"Mayne-Nicholls era nefasto para el fÚtbol chileno"

-¿Es difícil ser presidente de un club como la "U" ?

-Es extraordinariamente difícil porque es una actividad que depende de muchas cosas que no son controlables: un tiro en el palo, un traspié de un arquero, un error del árbitro, una genialidad de un delantero. Es difícil porque hay una hinchada que presiona constantemente, y en la "U" más que en ningún otro equipo. Y, por último, todo ocurre frente a los medios, todo ocurre en público y eso hace todo más difícil: las decisiones, sobre todo las que van en contra de lo que piensan los hinchas; las negociaciones, los conflictos. Es difícil mantener el rumbo cuando muchas veces están todos en contra, como ocurrió con el tema de Harold Mayne-Nicholls. Ahí la incomprensión fue absoluta y tuvimos que pagar costos muy altos.

-¿Sigue creyendo que hizo bien en apoyar a la lista contraria?

-Estoy convencido que el estilo de conducción de Mayne-Nicholls era nefasto para el fútbol chileno. Él quería perpetuarse en el poder, tal como Blatter o Nicolás Leoz. Él quería ser el presidente vitalicio de la ANFP y estaba en camino de conseguirlo por la vía de controlar los recursos y de ganarse la simpatía de los clubes gastando más de lo que la ANFP podía soportar. Porque ésa es la razón la que la institución terminó con el déficit que lo hizo. Creo que Mayne-Nicholls olvidó que era el presidente de los clubes del fútbol chileno y se sintió llamado a ser un personaje de la vida nacional, amado por las hinchadas de todos los clubes, y ése es un propósito legítimo, pero no tenía derecho a hacerlo desde la testera de la ANFP, mientras los clubes no eran escuchados y se hacían cosas muy distintas a lo que el consejo de presidentes quería.

-En una entrevista con Qué Pasa, Mayne-Nicholls se refirió a la dicotomía que existe en el fútbol entre elegir el éxito deportivo o el negocio y mencionó a la "U" como ejemplo, refiriéndose a la venta de jugadores después de llegar a la semifinal de la Libertadores. ¿Qué le pareció eso?

-Lo que pasa es que ésa es una consigna muy fácil de lanzar y que lo único que busca es conseguir una adhesión irreflexiva. En ese comentario liviano y populista no se considera algo que todos sabemos: Chile es un exportador de talentos, tal como Argentina, Ecuador y varios países de África. Si a un jugador se le paga en Europa 10 veces más de  lo que gana acá, sería no entender nada el tratar de retenerlo en el medio local. No hay nadie que lo haga. No es un asunto voluntarista como lo planteó él.

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