Por Sebastián Rivas Mayo 5, 2011

La vida de Jason Burke (40) puede ser dividida en dos mitades casi exactas. El punto de quiebre, el que definió su futuro, lo vivió en 1991. Mientras sus amigos británicos aprovechaban las vacaciones universitarias para descansar y conocer destinos paradisíacos, él optó por una locación exótica y peligrosa: el norte de Irak. Allí, se unió a los grupos kurdos que buscaban liberarse de Saddam Hussein, e incluso portó uno de los míticos fusiles Kalashnikov, aunque, como él mismo aclara, tuvo la suerte de no dispararlo jamás.

La segunda mitad, la que partió ahí, fue la que lo convirtió en uno de los mayores expertos a nivel mundial sobre Al Qaeda. Burke desarrolló su carrera como periodista principalmente entre Afganistán y Pakistán, y su libro Al Qaeda: La verdadera historia del islamismo radical (2003) fue un éxito de ventas y crítica. Incluso el prestigioso y controvertido Noam Chomsky aseguró en 2005 que era "el mejor libro" que se había escrito sobre el tema.

La noticia de la muerte de Osama bin Laden lo sorprendió en pleno amanecer de su jornada de trabajo en India: es el jefe de corresponsales del diario británico The Guardian para el sudeste asiático. Y desde entonces no ha parado de escribir artículos y actualizar permanentemente su Twitter con novedades sobre quien fuera el gran emblema del terrorismo tras el 11 de septiembre de 2001.

"¿Estás llamando desde Chile? Va a ser un poco complicado", comenta con asombro Burke. Es casi la medianoche del martes en Nueva Delhi, el único espacio libre que tiene en su agenda. Viene de una extensa sesión de preguntas y respuestas vía internet en el sitio web de The Guardian, que lo tiene como columnista diario desde la muerte del líder de Al Qaeda.

-En su intervención para anunciar la muerte de Osama bin Laden, el presidente Barack Obama afirmó que el mundo es "un lugar más seguro" tras su fallecimiento. ¿Comparte esa afirmación?

-Sí, sí. Lo es, claramente. Osama bin Laden era un operador terrorista capaz, experimentado y carismático, lo cual es un perfil bastante poco típico dentro de ese grupo. Y aun con el riesgo de que pudiera crearse una figura de mártir para sus seguidores, con su muerte se envió un mensaje a cualquier otro que intente imitarlo.

-Pero también se puede mirar desde otra perspectiva: con la operación hecha por las fuerzas estadounidenses, Bin Laden podría convertirse en una especie de Che Guevara para sus seguidores…

-Por eso también son importantes las condiciones en que se le encontró. Osama bin Laden fue hallado en una situación relativamente confortable. Vivía junto a su familia, y no opuso demasiada resistencia al asalto de las tropas estadounidenses. Considerando eso, va a ser muy difícil que emerja un culto a su figura por parte de quienes se sienten como muyahidines genuinos, guerreros del Islam.

La marca Al Qaeda

Pese a su juventud, Burke es uno de los periodistas más experimentados en coberturas de la zona donde se estableció Al Qaeda. De hecho, desde 1998 cubrió la guerra en que los talibanes tomaron el control completo de Afganistán. Y en 2001, estuvo en las cuevas de Tora Bora en medio de la operación militar estadounidense que, apenas un par de meses después de las Torres Gemelas, estuvo a punto de capturar a Bin Laden.

Su conocimiento de primera mano de la zona le permitió visitar campos de entrenamiento de Al Qaeda durante esos años, e interiorizarse de la forma en que estaba estructurado el grupo. De hecho, él fue uno de los primeros en plantear que Occidente había cometido un grave error: pensar en el grupo dirigido por Bin Laden sólo como una organización piramidal, sin comprender sus complejidades.

-En su libro de 2003, plantea que Occidente se equivocaba al mirar a Al Qaeda sólo como una organización terrorista con una estructura jerárquica. ¿Cuál es el esquema actual del grupo?

-Al Qaeda es muchas cosas diferentes al mismo tiempo. Tiene elementos destacados de liderazgo, tiene elementos de un grupo de culto, y al mismo tiempo es una red de grupos afiliados. Así que tiene características que van más lejos que un simple movimiento. Todos esos elementos han ido evolucionando en conexión entre ellos y por separado.

"Bin Laden tuvo logros significativos. Popularizó y expandió sus ideas radicales de una forma muy dramática entre muchas personas que jamás las habían oído previamente. Pero su forma de movilización no logró penetrar a fondo en un mundo islámico que mayoritariamente es pacífico".

-¿Cuán importante era Bin Laden en el día a día de la organización?

-Bin Laden todavía tenía un grado significativo de influencia, aunque su poder directo estaba mucho más limitado. Su principal importancia era icónica, como símbolo. Él era, por decirlo de alguna manera, una marca reconocida. Sin embargo, su poder estaba muy disminuido en el último tiempo en comparación con los años previos, con diez años atrás, por ejemplo.

La sucesión de Bin Laden al frente de Al Qaeda es otro tema que genera incertidumbre. En el papel, el tema está claro y zanjado: debería asumir su eterno "número dos", el médico egipcio Ayman al-Zawahiri, cofundador del grupo y -para muchos- el inspirador de su ala más dura. Pero Burke tiene otra opinión. Cree que la muerte de Osama es un durísimo golpe para la organización, y que, si bien seguirá existiendo, ya no tendrá el impacto que logró sumando a movimientos a nivel global.

-¿Cómo afectará la muerte de Bin Laden a Al Qaeda?

-La situación que enfrentan por estos días es dura, y su futuro no está claro, pero pienso que lo más probable es que el liderazgo se fragmente en grupos pequeños, que seguramente tendrán un comportamiento más caótico que en la actualidad, con diversas posturas. Creo que al interior de Al Qaeda la situación va a estar más caótica.

-O sea, ¿no va a haber un nuevo "número uno"?

-Pienso que lo más probable es que no habrá otro Osama bin Laden emergiendo en el futuro cercano. Lo más seguro es que veamos un amplio espectro de grupos más pequeños e individuos principalmente operando de forma local, Creo que los grandes grupos terroristas globales del estilo de Al Qaeda están en un proceso de declive.

¿Y qué viene ahora? Para Burke, hay un hecho que resulta importante de destacar: la falta de apoyo a Bin Laden entre el propio mundo islámico. Las cifras lo respaldan. En una encuesta del Pew Research Center en países musulmanes revelada la semana pasada, la tendencia es clara: entre 2003 y 2011, el nivel de respaldo a su figura cayó drásticamente en los países encuestados. Por ejemplo, en Indonesia, el país con mayor población musulmana, pasó de 59% de la población al 33%; en Jordania, de 56% a 13%; en los territorios palestinos, la caída fue de 72% a 34%.

El propio Burke se había anticipado a este fenómeno. En su libro de 2003 cuestionó que Occidente no entendiera que las posturas más radicales eran sólo una parte de un movimiento islámico más amplio, surgido en la década de 1980 y que presentaba muchos elementos moderados. Y en 2006 presentó otro texto, En el camino a Kandahar, basado en visitas a una amplia cantidad de países musulmanes. Su conclusión era que la mayoría estaba en contra de las posturas extremistas, pero que, a la vez, la forma en que los líderes occidentales planteaban su causa contra Al Qaeda les causaba una profunda molestia.

A ello se suma un potente factor: los levantamientos pacíficos en varios países árabes, como Egipto, Túnez, Yemen y Siria, que están mostrando que es posible hacer cambios a partir de protestas no violentas. Una especie de "caída del muro de Berlín" islámico. Por eso, para Burke la muerte de Osama puede ser una oportunidad para Occidente, siempre y cuando sepa leer la profundidad de los cambios que están ocurriendo.

-¿Cuál cree que fue el efecto real que tuvo Osama bin Laden a nivel mundial?

-Bin Laden tuvo logros significativos. Popularizó y expandió sus ideas radicales de una forma muy dramática entre muchas personas que jamás las habían oído previamente. Pero su forma de movilización no logró penetrar a fondo en un mundo islámico que mayoritariamente es pacífico. Él falló en conseguir eso.

-¿Qué percepción quedará de la figura de Bin Laden en el mundo árabe?

-Su figura ya era marginal en el mundo árabe antes de su muerte. Y el mensaje principal de Al Qaeda ha sido marginalizado cultural y políticamente. Esto porque Bin Laden y Al Qaeda no lograron seducir a su principal grupo objetivo, que era la población musulmana. Hasta 2005 y 2006, hubo un momento en que las cosas pudieron ser diferentes, pero claramente después las personas comenzaron a tomar distancia de su ideología.

-Su muerte ocurre en un minuto clave para el mundo árabe, con levantamientos pacíficos que han derrocado o desestabilizado a varios gobiernos de la región. ¿Cómo puede influir esto en el futuro de Al Qaeda?

-Hoy, tras las revoluciones pacíficas exitosas, es claramente mucho más difícil apoyar a gente que plantea la violencia. Cuando Hosni Mubarak es sacado del poder en Egipto de forma pacífica, por ejemplo, ya es mucho más difícil para Al Qaeda conseguir apoyo entre la gente.

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