Por Ana María Sanhueza Marzo 25, 2011

Tolerancia Cero (TC) esperó el fallo del Vaticano, que sancionó a Karadima, para invitar a las víctimas del sacerdote al programa. Anteriormente habían convocado, en varias ocasiones, al cardenal Francisco Javier Errázuriz para hablar sobre el caso. Pero siempre se negó a ir. También lo hicieron con monseñor Ricardo Ezzati, pero el arzobispo se excusó diciendo que "por ahora no", pues recién había asumido su cargo. Tras las polémicas declaraciones de James Hamilton, el domingo pasado, en el programa intentaron nuevamente tener a ambos religiosos para que este domingo 27 usaran su derecho a réplica. Pero rechazaron asistir.

Cuando estalló el caso Karadima, en abril de 2010, en TC hablaron bien de las víctimas. Eso dio pie para que Hamilton aceptara la invitación el jueves 17 de marzo.

Hasta la semana pasada, en TC se consideraban en deuda con el caso Karadima, pues durante 2010 no lo habían tratado con entrevistados en el set. Por eso, era prioridad en la agenda del 2011. En eso estaban cuando, el martes 15, el editor del programa, Alberto Luengo, vio la entrevista que Hamilton dio a CNN. Le gustó como el médico se desenvolvía en pantalla -era honesto y muy directo- y pensó que él debía ser el invitado del tercer capítulo de esta temporada. Entonces, decidió contactarlo.

El abogado de los denunciantes, Juan Pablo Hermosilla, estaba al tanto de la invitación. También los otros dos querellantes de Karadima: el periodista Juan Carlos Cruz y el filósofo José Andrés Murillo. Cruz estaba en Chile porque había viajado unos días atrás desde Estados Unidos -donde vive- para asistir a la reunión en la que Ezzati pidió perdón a los denunciantes.

La noche del domingo, Hamilton fue acompañado por Cruz a Chilevisión, quien retrasó en 24 horas su viaje de regreso sólo para apoyarlo: mientras el médico era entrevistado, Cruz vio el programa sentado en el salón vip de Chilevisión. Murillo, en tanto, lo vio en su casa: hace una semana nació su primera hija.

Esa noche, al comienzo, TC tenía entre 7 y 8 puntos de rating, lo mismo que suele marcar siempre. El primer invitado fue el canciller Alfredo Moreno, a horas de la visita de Barack Obama a Chile. El segundo, Hamilton.

Cuando comenzó la entrevista al médico, el espacio sólo marcaba 6 puntos. Tras sus sorpresivas confesiones, TC llegó al peak de la noche y de la temporada: 9 puntos.

No es todo. Una vez al aire, Luengo y los panelistas entendieron que vivían un momento de intimidad pocas veces visto en televisión. Entonces, sobre la marcha se decidió alargar la entrevista: en vez de los 25 minutos habituales, se extendió a 43.

Hay otro récord: el lunes 21, al día siguiente, la entrevista tuvo más de 140 mil visitas en la página web de TC, versus las 5 mil a 10 mil que suele marcar tras el programa. También, fue el tema más comentado en Twitter.

Un día después -luego de realizar cuatro operaciones en la Clínica Santa María- y a pocas horas de que la Corte Suprema nombrara a un ministro en visita, revirtiendo así la decisión de la Corte de Apelaciones, James Hamilton entró al café Starbucks de Nueva Costanera con Américo Vespucio. Allí, el gastroenterólogo se llevó una sorpresa: los comensales del café lo aplaudieron y se pararon a abrazarlo. Pronto, le ocurrió lo mismo en su consulta, donde recibió regalos y mensajes de solidaridad. Más tarde, tras entrar a un restaurante de ese mismo barrio, lo ovacionaron. Incluso más: los administradores del local le enviaron un postre de regalo.

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