Por María José López Marzo 11, 2011

© Mabel Maldonado

Desde el piso 17 del Hotel W, Marcelo Tokman (43) cuenta cómo su vida ha cambiado. A través de los enormes cristales que rodean su blanca oficina emplazada a una cuadra de la Plaza Perú, y mientras contempla el atardecer santiaguino, relata cómo han sido estos doce meses lejos del mundo público.

Hace justo un año, Tokman dejó su cargo de ministro de Energía de Michelle Bachelet. Desde entonces -y por primera vez- se instaló en el ámbito privado. Primero fue en Arauco, grupo que luego del 27/F lo contrató para encabezar el diseño del plan maestro de reconstrucción de Constitución. Una misión que le posibilitó transitar gradualmente al sector empresarial. "Me permitió poner un primer pie en la empresa, pero trabajando todavía en políticas públicas", explica.

Su verdadero aterrizaje se concretó después: en agosto pasado, la compañía danesa Vestas lo nombró vicepresidente de Sudamérica y vicepresidente de Government Relations Latin America. Su misión: promover la energía eólica y desarrollar nuevas oportunidades de negocios en la región.

Aunque asegura que no echa de menos el trabajo estatal, intenta mantenerse en áreas relacionadas con políticas públicas. Y aunque es reacio a dar entrevistas, tiene una firme opinión frente a cada uno de los episodios que marcaron el 2010, un año donde palabras como escasez, Barrancones, Castilla, HidroAysén, isla Riesco y energía nuclear marcaron la pauta.

- La semana pasada, el biministro Laurence Golborne visitó plantas nucleares en Francia y Bélgica, desde donde aseguró que Chile debiera estar abierto a evaluar esa opción. ¿Estamos preparados para tener energía nuclear?

-Durante el gobierno de la presidenta Bachelet estudiamos muy seriamente el tema nuclear. Se constituyó un equipo asesor, recibimos la cooperación técnica del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), trajimos expertos, enviamos profesionales a capacitarse y encargamos múltiples estudios nacionales e internacionales. Se avanzó mucho. De hecho, la OIEA señaló que Chile estaba realizando un trabajo muy serio, avanzando oportunamente de acuerdo a los cronogramas sugeridos por ellos.

- ¿A qué conclusión llegaron?

- Para los escenarios de demanda y precios más probables, sería conveniente que el país incorpore la energía nuclear en nuestra matriz energética en los primeros años de la próxima década. Concluimos que el país hoy no se encuentra listo para desarrollar un programa nuclear de potencia de manera segura y que aún no se cuenta con el apoyo ciudadano requerido. Establecimos que el país debía prepararse y que si se comenzaba desde ya a hacer las inversiones requeridas y a informar a la población, Chile podría contar con energía nuclear de manera segura y a tiempo.

"En 2010 dejó de operar el Consejo Consultivo que habíamos creado para garantizar que, independiente del color del gobierno, se siguiera avanzando en materia nuclear sin tener que partir de cero. Su disolución, lamentablemente, significó retrasar la ejecución de etapas que deberían estar ya ejecutándose, además de perder y desaprovechar parte del conocimiento adquirido".

- En ese sentido, ¿cómo evalúa a este gobierno en esa materia? A mediados de 2010, Anne Starz, miembro del  Organismo Internacional de Energía Atómica, se reunió con el ex ministro Raineri para ver los avances de Chile en energía nuclear. Se dice que Starz se fue preocupada del país.

-Según supe, el estado de ánimo de los funcionarios del OIEA que estaban colaborando con el país en el tema nuclear cambió, ya que durante el año pasado vieron que se perdió momentum. Tomarse en serio el desarrollo de un programa nuclear requiere mucho trabajo y continuidad. Se debe avanzar en múltiples líneas de acción simultáneamente. Lamentablemente, durante el año pasado, en este ámbito, se perdió un poco el ritmo y la continuidad.

- ¿Por qué ocurrió esto?

-Hay una serie de hechos, tres bien evidentes, que pueden haber generado esa percepción en la gente del OIEA que estaba colaborando con Chile en esta materia. En primer lugar, la intensidad de la interacción de nuestras autoridades y equipos técnicos con ellos disminuyó significativamente durante el año pasado. Durante el gobierno anterior, organizamos múltiples actividades conjuntas, entrenaron a los profesionales de la CNE y del ministerio, recibimos visitas de expertos, se evaluó nuestro nivel de avance y participamos en seminarios y talleres internacionales. En más de una ocasión se presentó a Chile como un buen ejemplo a seguir para los países que estaban evaluando la posibilidad de incorporar núcleo-electricidad en sus matrices energéticas.

-¿Mantuvieron el ritmo las nuevas autoridades?

-Dejó de operar el Consejo Consultivo que habíamos creado, justamente para darle continuidad a este esfuerzo. La idea era implementar un mecanismo que garantizara que, independientemente del color del gobierno, se siguiera avanzando en esta materia sin tener que partir de cero nuevamente. Los integrantes del Consejo, varios de los cuales formaron parte de la "comisión Zanelli", dedicaron mucho tiempo a estudiar el tema nuclear. La disolución del Consejo, lamentablemente, significó no sólo retrasar la ejecución de etapas que deberían estar ya ejecutándose, sino que además perder y desaprovechar parte del conocimiento adquirido.

"El año pasado se perdió el ritmo en materia nuclear"

- ¿Qué otro aspecto se detuvo?

-La interrupción del programa de estudios. Si bien el 2008 y 2009 llevamos a cabo un gran número de estudios, también se programaron (y se dejaron presupuestados) otros que debían realizarse durante el 2010 para avanzar en el cierre de las brechas que el país debe abordar para estar en condiciones de implementar un programa nuclear de manera segura. Durante el año pasado, el avance en esta línea fue casi nulo. La mayoría de los estudios dados a conocer durante el año correspondieron a estudios contratados con anterioridad.

-¿Se reunió con el ministro Raineri alguna vez?

-Varias veces. Incluso después del terremoto, cuando estuvimos trabajando intensamente para normalizar el suministro de electricidad y los combustibles, nos reunimos varias tardes con él. En esos encuentros le presenté a los equipos que encabezaban estos temas en el ministerio y compartimos con él el estado de avance de las diferentes iniciativas. En el caso de la energía nuclear, además de las reuniones que sostuvimos, le entregamos algunos documentos con lo avanzado hasta el momento y con los pasos que debían tomarse a futuro.

- ¿Fue un error del ex ministro Raineri no haber mantenido el ritmo con que se venía trabajando? Hay quienes lamentan que su ex asesor en materia energética, Juan José Rivas, también se fuera del ministerio.

- El error creo que no es atribuible al ministro Raineri. Lamentablemente ocurrió algo que suele pasar cuando cambian los gobiernos: se cambian los equipos, y no sólo los políticos, sino que también los técnicos. Rivas coordinaba las distintas líneas de trabajo que llevábamos  a cabo en esta materia. Además del Consejo Consultivo, habíamos formado un grupo de jóvenes profesionales que estaban trabajando, muy motivados, en este tema en el ministerio y en la Comisión Chilena de Energía Nuclear. Lamentablemente, a Rivas se le pidió la renuncia, se disolvieron el Consejo Consultivo y el grupo de jóvenes profesionales.

La era Golborne

-En lo que lleva el ministro Golborne a cargo de esta cartera, ¿cree que pondrá acelerador a esta materia?

-Es de esperar que así sea. Al ministro Golborne lo veo muy activo y comprometido con el tema nuclear. Por lo que he podido conversar con él, estoy convencido de que sabe la importancia que tiene perseverar con el trabajo que se estaba realizando, aun cuando pueda ser impopular y aunque la decisión definitiva se tome durante otro gobierno.

-¿Se conocían de antes?

-Sí. En el tremendo esfuerzo que realizamos junto a la sociedad y las empresas el 2008 para reducir el consumo eléctrico no estuvo ausente el actual ministro. En su calidad de gerente general de Cencosud se comprometió con la campaña y redujo fuertemente el consumo eléctrico de las diversas tiendas del grupo.

"Si bien es muy positivo que los Luksic, y otros grupos empresariales que puedan ver una posibilidad de negocio futuro en materia de energía nuclear, comiencen desde ya a estudiar el tema, es evidente que los intereses privados difieren de los públicos".

- Uno de los aspectos clave en lo nuclear es contar con el apoyo de la población. Cómo permear la opinión pública. Durante su gestión, se encargó una encuesta a Tironi Asociados. ¿Qué resultados arrojó este sondeo?

-La opinión de la ciudadanía es crucial en un tema como éste. La lección de otros países es que avanzar en el desarrollo de un programa nuclear contra una oposición mayoritaria no es viable. En el caso de Austria e Italia, la oposición llevó a que dos reactores recién completados no pudiesen iniciar su operación. Por eso, no basta que un gobierno se convenza de la conveniencia de contar con energía nuclear, debe además convencer a una mayoría y dar garantías a los inversionistas de que un cambio de gobierno no significará un cambio de política. Los resultados del estudio son muy interesantes. Por un lado, se ratifica que el país no está aún en condiciones de implementar un programa nuclear, pero también indica que en la medida que a la ciudadanía se le demuestre que se cumplen ciertas condiciones, su desarrollo sería viable, al menos desde la perspectiva de la aceptación social.

-A propósito de otorgar garantías a los inversionistas: ¿qué le parece la asociación del grupo Luksic con la franco-belga Suez para que Chile recoja su experiencia en energía nuclear?

-Es fundamental que el país aproveche toda la información y experiencia que tienen países más avanzados en esta materia. Nosotros firmamos acuerdos de colaboración con Argentina, EE.UU., Francia, Rusia, Brasil y Canadá, entre otros. Los visitamos para aprender de sus aciertos y errores, y también nos visitaron sus expertos. De hecho, yo personalmente participé en visitas a reactores de Suez en Bélgica, y también a otros en Argentina y Estados Unidos. Ahora bien, creo que es importante tener claridad de que lo que pueda hacer el grupo Luksic es sólo un complemento de lo que debe hacer el gobierno.

-¿A qué se refiere?

-Si bien creo que es muy positivo que los Luksic, y otros grupos empresariales que puedan ver una posibilidad de negocio futuro en materia de energía nuclear, comiencen desde ya a estudiar el tema, es evidente que los intereses privados difieren de los públicos. Mientras los privados quieren aprender cómo se puede llevar a cabo un emprendimiento nuclear de manera rentable, el foco del gobierno debiera ser cómo se puede regular esta actividad para que sea segura. Iniciativas como ésta entre los Luksic y el grupo Suez son muy favorables, pero no sustituyen las tareas que debe realizar el gobierno. Cada uno a lo que le corresponde. No dudo que el gobierno tiene esto claro.

"El año pasado se perdió el ritmo en materia nuclear"

- Los críticos a la energía nuclear suelen aludir a la sismicidad de nuestro país. ¿Puede pesar en la decisión de ir adelante con la energía nuclear un terremoto 8.8, como el del 27/F?

- Japón y California son excelentes ejemplos de que es posible contar con energía nuclear segura aun cuando sean lugares con mucha actividad sísmica. Un estudio que encargamos al Departamento de Geofísica de la Universidad de Chile concluye que las características sísmicas de Chile no impiden que se pueda desarrollar un programa nuclear de manera segura. Lo ocurrido el 27 de febrero, contariamente a lo que se ha especulado, lo confirma. Ante un terremoto 8,8 no se generó ningún problema ni situación de peligro en los reactores nucleares que tiene el país en Lo Aguirre y en La Reina.

- Con su experiencia, ¿está en condiciones de afirmar que se puede contar en Chile con energía nuclear segura?

- Si bien el país no está aún en condiciones de implementar un programa nuclear con los estándares de seguridad requeridos, hay tiempo para cerrar las brechas oportunamente. Pero no sólo es posible. Un gobierno responsable debe hacer las inversiones requeridas para cerrar estas brechas y estar listo para implementar un programa nuclear de manera segura, si finalmente así se requiere.

Barrancones y el peso del carbón

- En una columna publicada en Qué Pasa usted señaló que la decisión del presidente Piñera de poner fin al proyecto Barrancones fue una intervención muy riesgosa. ¿A qué se refería?

- La política de los proyectos energéticos es muy compleja: por un lado, los costos se afrontan hoy y los beneficios serán recibidos mañana (en gobiernos posteriores);  por otro lado, los impactos y costos son locales, mientras que los beneficios son para todo el sistema. Los incentivos que enfrentan los políticos (locales y nacionales) van en la dirección de oponerse a los proyectos energéticos. Esto se vuelve aún más complejo por el gran nivel de desinformación de la población respecto a temas energéticos y ambientales, y un movimiento ambientalista cada vez más activo y fundamentalista. Ante esta realidad, y con todos los incentivos en contra, se requiere una institucionalidad fuerte, que asegure que si los proyectos cumplen con las normas, serán autorizados. Me parece que lo que pasó en la IV Región no debiera repetirse.

"El país no está aún en condiciones de implementar un programa nuclear con los estándares de seguridad requeridos, pero hay tiempo para cerrar las brechas. Un gobierno responsable debe hacer las inversiones requeridas y estar listo para implementar un programa nuclear de manera segura, si finalmente así se requiere".

- ¿Cuál es su opinión de proyectos como Isla Riesco y Castilla?

- Lamentablemente, las energías renovables no convencionales todavía no son capaces de satisfacer todas nuestras necesidades energéticas, por lo que requerimos también de grandes proyectos hidroeléctricos y de centrales de carbón. Ahora, si lo que me pregunta es si debieran llevarse a cabo, mi respuesta es que sí, pero sólo en la medida que cumplan con todas las regulaciones. Respecto al proyecto de Isla Riesco, le puedo señalar que aumentar la producción doméstica de carbón nos ayudará a reducir la vulnerabilidad y dependencia externa que tenemos en el ámbito de los combustibles fósiles. Por eso, durante el gobierno anterior, efectuamos la licitación competitiva de esas pertenencias mineras que estaban en manos de Corfo, para que el sector privado hiciera las inversiones necesarias.

- Esto se puede interpretar como que usted está de acuerdo con Isla Riesco.

- Como parte de la estrategia energética del país, estoy totalmente de acuerdo en reducir la dependencia externa a través del aprovechamiento de recursos propios, y por eso lo fomentamos en su momento. Ahora, respecto al proyecto en concreto, lo que corresponde es verificar si cumple con la normativa, y en caso que cumpla, llevarlo a cabo. Si el proyecto no cumpliera con las normas vigentes, no debiera llevarse a cabo.

- Una nota de La Tercera, publicada hace dos semanas, dice que las generadoras lo sonderaron para dirigir la asociación gremial que las reunirá. ¿Estaría disponible?

- Cuando vi la nota me sorprendí, nadie me había contactado ni ofrecido nada. Pero me parece que es buena la idea de crear esta asociación. En el tema de la energía, donde hay falta de información y conocimiento, se requieren esfuerzos no sólo por parte del gobierno, sino también del sector privado. Esto es un aporte a las discusiones que sería muy valioso, pues se podría contar con análisis y opiniones del sector, más allá de la opinión individual de cada empresa sobre sus propios proyectos. Unos días después, recibí un llamado preguntándome si me interesaba participar en ese proyecto.

- ¿Y qué respondió?

- Lo agradecí, pero señalé que estaba muy entusiasmado trabajando para Vestas.

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