Por Mario Waissbluth Enero 14, 2011

© Patricio Funtes

El terremoto del 27/2 inutilizó la oficina que nos había facilitado la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Chile para funcionar. Además, las escasas empresas que nos habían apoyado anunciaron el retiro de su financiamiento; y los desafíos del terremoto nos hicieron temer otro cuatrienio de "chuteo" a las reformas duras de la educación. Estábamos deprimidos y confusos.

Comenzó así la reconstrucción institucional, aún no terminada. Implicó una "economía de guerra" y la búsqueda de autosustentabilidad de largo plazo. La U. de Chile nos volvió a acoger. Llegó junio, y nuestra única relación con el Ministerio de Educación (Mineduc) se centraba en la reconstrucción, con escasa o nula disposición ministerial para dialogar sobre política educativa. En ese lapso, hubo de dulce y agraz. El discurso del 21 de mayo del presidente nos dejó felices, pero a la vez las señales concretas, como los "semáforos Simce" y el abuso publicitario de los Liceos de Excelencia, que cubrirán, con suerte, el 1% de los alumnos, nos hicieron temer lo peor.

En el Congreso, todas las bancadas nos recibieron con los brazos abiertos, y comenzamos un fructífero intercambio de opiniones, aprendiendo el enredado juego del lobby. Si nos inclinamos para allá, nos reclaman de acá, y viceversa. Con un Parlamento pareado por el binominal, las reformas deben avanzar por el pasillo entre ambas bancadas, lo cual les cuesta entender a algunos zurdistanos y derechistanos. Tal vez por nuestros "pasilleos", hacia junio se comenzaron a abrir las puertas ministeriales del diálogo, que hoy ya es fluido. No estamos siempre de acuerdo, y nosotros nos mantenemos chúcaros, aplaudimos o criticamos cuando toca. Ya somos un actor relevante en la discusión y nos consultan para construir consensos.

En 2010, iniciamos varios proyectos piloto demostrativos destinados a poner en práctica nuestros conceptos, aun sin cambios legislativos. Colaborando con el intendente de la zona, nació el ambicioso programa Los Lagos Educa, y estamos comenzando experimentos con distintas escalas en otros municipios, trabajando con alcaldes y también con el sector privado. Nuestra mirada es y será  siempre sistémica.

Nuestra presencia en las redes sociales sigue creciendo: tenemos 74 mil adherentes, incluyendo a 12 mil profesores, en el sitio www.educacion2020.cl. Lanzamos el nuevo sitio de discusión ciudadana, www.entusmanos.cl. Asimismo, hemos generado un intenso tráfico de debates con los 50 mil fans que nos siguen en Facebook, y nuestros 22 mil seguidores en Twitter. Ambos dan cuenta de la relevancia de internet para la ciudadanía del siglo XXI. No existiríamos sin estos canales, pues no tenemos otra forma de intercambio y participación masiva. Cuando necesitamos proponer o remecer, el apoyo de los medios ha sido insustituible. Nuestra táctica central es la convergencia internet-prensa-lobby, lo cual daría para una columna completa. Hemos descubierto que, del twitteo a los hechos hay poco trecho.

Balance educativo

Pasadas las primeras fricciones, somos optimistas respecto a los avances del año. De las 15 propuestas de nuestra Agenda Inmediata 2009-2010, se han anunciado 13.  Sin embargo, la táctica de "noticiones semanales" del ministro, con iniciativas excelentes, y otras cosméticas o erróneas -todas con exageración mediática-, nos mantiene trabajando todo el día, medio mareados. A la ciudadanía se le dificulta despejar la paja del trigo, pero hay que reconocer que esta táctica le ha rendido al ministro en términos de popularidad y fuerza política. Tanto tirar una bomba como luego reconocer con sencillez su disposición a renegociarla lo convierte en noticia. Ejemplos recientes: la "revolución educativa" que no era tal, y la polémica por las horas de historia. Lo malo es que estas confusiones entorpecen posteriormente el trabajo legislativo: no se ha aprobado ninguna ley aún, ni siquiera las que venían del gobierno anterior.

La táctica de "noticiones semanales" del ministro, con iniciativas excelentes, y otras cosméticas o erróneas -todas con exageración mediática-, nos mantiene trabajando todo el día. Hay que reconocer que esta táctica le ha rendido en términos de popularidad y fuerza política.

Destacamos en particular los avances en materia de formación docente, subvención preferencial, y los otros proyectos de ley que están en el Congreso. El ministro ha agradecido públicamente nuestros planteamientos en materia de directivos escolares, hasta ahora uno de nuestros principales logros. Con los resultados del test PISA 2009 hemos aprendido que, si bien queda mucho terreno por recorrer, las fuertes inyecciones de recursos y mejoras de remuneraciones de gobiernos anteriores han comenzado a rendir frutos, algo que todo Chile y también Educación 2020 debe reconocer.

Luz Verde

Mientras escribía esta columna, luego de intervenir en la Comisión de Educación del Senado el miércoles, donde expresé severas preocupaciones sobre las amenazas al financiamiento municipal que venían implícitas en el proyecto de Ley de Calidad y Equidad de la Educación, recibimos un memo del ministro Lavín. En él, propone a la oposición 32 breves pero importantes puntos para un acuerdo marco de largo plazo.

Me emocioné. Una primera lectura llena la gran mayoría de las aspiraciones y planteamientos de Educación 2020 en múltiples ámbitos. No sabemos cómo se va a materializar esta propuesta, pues todavía hay camino entre el memo de 32 puntos y los acuerdos legislativos. Nos quedan serias preocupaciones sobre la inminente crisis financiera de la educación pública. Pero si esta política de Estado y no de gobierno se concreta, habrá un cambio copernicano en la educación chilena.

Se han hecho grandes avances en 2010, pero hemos aprendido que del anuncio de una ley hasta su correcta aprobación e implementación en las escuelas hay un tortuoso camino. Un ejemplo: la Ley de Subvención Preferencial del 2008, con una concepción brillante y cuya materialización ha sido kafkiana. Por ello, hemos debido pasar de hacer propuestas gruesas a catetear con la letra chica de la legislación.

En fin. Independencia, persistencia y maximalismo son nuestros pilares. Siempre pediremos más, y más rápido. Seguiremos insistiendo hasta que no haya alumnos egresando de educación básica como analfabetos funcionales, con su futuro castrado. No hay un futuro digno para Chile en esas condiciones.

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