Por Octubre 22, 2010

Durante toda esta semana Christoph Schiess junto a otros empresarios han acompañado al presidente Sebastián Piñera en su gira por Europa. Muchos interpretaron la subida del líder de Transoceánica al periplo como la instancia perfecta para que éste pudiera conversar con Piñera sobre lo que, hoy por hoy, se ha transformado en su peor dolor de cabeza.

Desde hace casi tres meses el hotel pascuense Hanga Roa, de su propiedad, está "tomado" por miembros de la familia Hito que reclaman como propios los terrenos donde está emplazado el lujoso inmueble. Aunque nadie sabe a ciencia cierta si la conversación entre el presidente y el empresario se ha producido, en Santiago, Jeannette Schiess, su mujer, ha tomado con fuerza las riendas de un conflicto que trascendió las fronteras de Rapa Nui y ha escalado a altas esferas del gobierno e, incluso, a cortes internacionales.

Si bien a simple vista esta contienda podría ser percibida como una batalla entre dos familias, como ha sostenido férreamente el gobierno, la historia tiene un particular ingrediente: el paño de 6,7 hectáreas que enfrenta a los chileno-alemanes con los pascuenses alguna vez fue terreno del Estado. En 1970, la matriarca del clan Hito cedió el predio al Fisco a cambio de una casa. Años más tarde, el paño fue traspasado a Corfo, quien en 1981 lo vendió al chileno Hugo Salas por $31 millones.

El subsecretario de Interior, Rodrigo Ubilla, es enfático en remarcar la postura de La Moneda. "Quiero dejar en claro que lo que ocurre en Hanga Roa es estrictamente un conflicto entre privados", indicó a Qué Pasa.

El problema, sin embargo, es que la familia pascuense asegura que las hectáreas en disputa fueron "prestadas" al Estado para el desarrollo de un hotel que aportara al crecimiento de la isla. "Sólo por 20 años", afirma Marisol Hito, vocera de la familia. El tema es que este acuerdo no quedó por escrito.

En Palacio afirman que molestó la actitud con que Schiess enfrentó el tema. "Como si fuera la causa más importante de Rapa Nui, nos exigió que desalojáramos a los pascuenses para restablecer el orden público", afirma un asesor de Interior.

En 1995, la familia Schiess en asociación con Hotelera Panamericana compró el 95% de la sociedad inmobiliaria dueña del terreno y las instalaciones. Diez años más tarde accedieron al 5% restante. Desde entonces, la familia de origen alemán ha invertido cerca de US$ 50 millones en el desarrollo de un hotel de lujo. Con todos los papeles en orden, Jeannette Schiess afirma: "En el caso de esta toma, evidentemente las partes que deben llegar a un acuerdo son la familia que está haciendo el reclamo de sus tierras y el Estado de Chile".

Gobierno "atado de manos"

El conflicto se enmarca en un contexto bastante más amplio. En julio pasado, Isla de Pascua fue sacudida por innumerables tomas de familias que reclamaban la reivindicación de tierras ancestrales, mayor desarrollo para la región y limitación del número de turistas, entre otros temas. Edificios emblemáticos como el aeropuerto, la oficina de Bienes Nacionales y el BancoEstado fueron las ocupaciones más visibles. Y la salida de Pedro Edmund como gobernador de la isla fue la cristalización de esta disputa que puso en jaque a La Moneda.

En respuesta, el gobierno, liderado por el ministro de Interior, Rodrigo Hinzpeter, decidió conformar cuatro comisiones para enfrentar la problemática. Una de las mesas estuvo centrada en el ítem devolución de tierras. A cargo de ésta, el subsecretario de Bienes Nacionales, Carlos Llancaqueo, estableció que la condición para revisar solicitudes era la deposición de las tomas. Aunque no se trataba de un terreno fiscal, el gobierno abrió las puertas para que la familia Hito presentara sus reclamos.

"Si el Fisco de Chile es el dueño legal de la isla y nuestro título inscrito se origina precisamente del Fisco, en nuestro caso no veo cómo puede hablarse de usurpación. Más bien hoy día los usurpados somos nosotros", recalca Jeannette Schiess.

"El 12 de septiembre, cuando viajé por primera vez a la isla, había cerca de 14 personas en el Hotel Hanga Roa. Me reuní con ellos y les transmití que el resto de las familias habían depuesto su movilización. Los invité a hacer lo mismo para también recopilar sus antecedentes. La propia Marisol Hito quedó de pensarlo. Dos días después nos señaló que se negaban a desocupar el hotel", explica Rodrigo Ubilla, subsecretario de Interior. Ese mismo día, sin embargo, otros integrantes del clan Hito se contactaron con las autoridades. Tenían en sus manos "el acta de compromiso" para dejar las propiedades ocupadas, con lo que se pensó que el acuerdo estaba ad portas. El episodio, sin embargo, marcó el quiebre de la familia Hito y echó por tierra la posibilidad de aunar criterios.

A ojos del gobierno, esta situación los dejaba atados de manos para resolver el conflicto. En cambio, para los Schiess ese desenlace era inaceptable.

La batalla por Hanga Roa

"Los usurpados somos nosotros"

En agosto, Jeannette Schiess ya vislumbraba la gravedad del asunto. Convencida de que era un tema que las autoridades debían enfrentar con resolución y rapidez, envió innumerables cartas y sostuvo varias conversaciones telefónicas con diversos personeros del Estado, dicen sus cercanos. Es más, el 18 de agosto llegó a La Moneda para reunirse con el subsecretario Ubilla. Quienes conocieron del encuentro afirman que fue corto, tenso y sin resultados visibles.

Por esos días, la mujer del empresario también se entrevistó con el intendente de la V Región, Raúl Celis, y el subsecretario de Desarrollo Regional, Miguel Flores.

En Palacio afirman que molestó la actitud con que Schiess enfrentó el tema. "Como si fuera la causa más importante de Rapa Nui, nos exigió que desalojáramos a los pascuenses para restablecer el orden público. Pero eso es una decisión que debe provenir de la justicia", afirma un asesor de Interior.

Sin embargo, desde el entorno de los Schiess explican que ya a comienzos de ese mes la familia interpuso un recurso de protección en Valparaíso, además de querellas por violación de domicilio, usurpación de tierras y amenaza de muerte en contra de su gerente residente. Asimismo, contradiciendo a las autoridades, afirman que la desmovilización es una orden que debiera provenir del Ejecutivo. "Primero los Hito se instalaron en la puerta del hotel, luego se tomaron el living, ahora duermen en nuestras camas. Esto es lo mismo que cuando un ladrón entra a tu casa a robar. Simplemente llamas a Carabineros", ha comentado Jeannette Schiess a sus amigos.

Paralelamente, los Schiess comenzaron a mover hilos directamente en Pascua. En su círculo íntimo afirman que en agosto el abogado de Transoceánica viajó en varias oportunidades a la isla para llegar a un acuerdo con los Hito. Pero según cuenta Marisol, ellos exigían la presencia de Jeannette Schiess y que se cumplieran cuatro peticiones antes de lograr un consenso. En líneas simples, reclamaban el título de dominio del paño; una indemnización superior a los $ 400 millones; devolución del terreno usurpado y que pusieran término a la demanda que en 2008 habían iniciado en contra de un integrante del clan. Con estos antecedentes en carpeta, Jeannette llegó a la isla a fines de septiembre. Tampoco logró un arreglo.

"Difícilmente podríamos ser socios a punta de pistolas o tomas. Nosotros, al menos, no seleccionamos así a nuestros socios", recalca Jeannette Schiess.

"Si el Fisco de Chile es el dueño legal de la isla y nuestro título inscrito se origina precisamente del Fisco, en nuestro caso no veo cómo puede hablarse de usurpación. Más bien hoy día los usurpados somos nosotros", recalca la mujer del empresario.

De hecho, en 2005, el BancoEstado realizó un estudio de títulos que dejó claro que todos los papeles estaban en orden. La institución bancaria ha sido financista del proyecto hotelero. Un informe elaborado por Bienes Nacionales este año arrojó los mismos resultados.

Pero más allá de los informes y antecedentes legales, la piedra de tope sigue siendo la familia Hito. Su vocera es enfática: "Lo que nosotros queremos es recuperar la tierra y no nos moverán del hotel. No vamos a aceptar otra tierra en compensación, porque la isla ya está dividida entre todos los clanes y sería comprarnos otro problema".

Por eso, están decididos a llegar hasta las últimas consecuencias, incluso judicializar el tema si el Estado llega a un acuerdo con la familia Schiess que no les satisfaga. "Queremos que el Fisco haga lo que tiene que hacer: expropiar los terrenos y entregarlos a nosotros", agrega. La idea de la familia pascuense es levantar un centro cultural, una universidad, un centro odontológico y de medicinas naturales en el lugar en que hoy se emplaza el Hanga Roa.

Bofill toma el caso

Los frentes se multiplican. El caso ha llegado incluso a Washington, donde la Comisión Interamericana de Derechos Humanos analiza el tema a favor de los pascuenses. El abogado argentino Leonardo Crippa, del estudio Indian Law -oficina que vela por los intereses y derechos indígenas americanos-, se incorporó a la causa rapanui en abril pasado. Ha visitado la isla para recabar antecedentes y tomar el pulso del conflicto. Hoy es representante legal de 29 clanes y en octubre pasado presentó una solicitud de medidas cautelares a favor del pueblo pascuense con el fin de evitar acciones represivas en su contra. Entre ellos, están los Hito.

Desde hace dos semanas los Schiess contrataron al experto penalista Jorge Bofill -del estudio Bofill, Mir & Álvarez, Jana-, quien el pasado 13 de octubre se reunió en La Moneda con el subsecretario Ubilla para buscar nuevos mecanismos de solución.

El abogado señala que está velando para que los Hito recuperen "esa tierra". De lo contrario, interpondrá una demanda en el Tribunal Internacional.

La disputa está tan entrampada que los Schiess decidieron reforzar su defensa. Por ello, hace dos semanas contrataron al experto penalista Jorge Bofill -del estudio Bofill, Mir & Álvarez, Jana- quien el pasado 13 de octubre se reunió en La Moneda con el subsecretario Ubilla para buscar nuevos mecanismos de solución. Fuentes cercanas al proceso afirman que la conversación duró cerca de una hora y se desarrolló en fríos términos.

La batalla por Hanga Roa

El malestar de las autoridades se debe a que según sus antecedentes, los Schiess se encontrarían actuando a "doble bando", dice un asesor de Hinzpeter. "Por un lado los Schiess se acercan al gobierno para pedir que intervengamos en el conflicto que los aqueja, pero por el otro lado sabemos que algunos de sus asesores le han propuesto a la familia Hito que demanden en conjunto al Estado".

Pedro Hito, hermano de Marisol, confirma esta versión, pese a que la mujer del empresario la desmiente tenazmente. "Un asesor de Schiess nos dijo que demandáramos en conjunto al Estado. La idea era que nos respondieran con indemnizaciones por el daño causado a ambas partes, pero nosotros nos negamos. Lo único que nos interesa es nuestra tierra, aunque nos ofrezcan mucha plata, nosotros no nos vamos".

En la reunión privada que el miércoles pasado sostuvo el ministro Rodrigo Hinzpeter, junto al grupo encargado de buscar soluciones para la problemática que enfrenta Rapa Nui, no se mencionó el tema específico del Hotel Hanga Roa. Muchos piensan que esto es un reflejo de que la causa de los Schiess se maneja por un carril paralelo al de las demás solicitudes pascuenses.

Cercanos al proceso recalcan que la defensa de los Schiess habría insistido en que el Estado es el encargado de garantizar el Estado de Derecho y que frente a cualquier delito flagrante es la fuerza pública la llamada a intervenir.

Demanda al estado

Las posiciones en la Isla de Pascua están divididas. Los Schiess cuentan con el respaldo de varias familias pascuenses con quienes mantienen una relación de amistad por años ya que son asiduos a visitar Rapa Nui antes que otros destinos para sus vacaciones.

Entre los que apoyan a los dueños de Transoceánica se encuentra el ex alcalde y gobernador de la isla Pedro Edmund: "El Hotel Hanga Roa es un gran proyecto que se debe mantener como tal. Schiess no tiene ninguna culpa de lo que ha sucedido. El gobierno no ha tenido la visión para ver esto. Se ha hecho a un lado y no ha querido asumir su responsabilidad en este tema. Nos indigna que nos abandone", sostiene.

Pero no todos piensan igual. Algunos afirman que a diferencia de otros empresarios del continente con inversiones en Rapa Nui, Jeannette Schiess es vista como "una extranjera dura, que está en permanente gallito con la isla y que los desafía". De hecho, hay quienes la llaman con un dejo de ironía, "la Alemana".

Varios miembros de la familia Hito están decididos a llegar hasta las últimas consecuencias, incluso judicializar el tema si el Estado llega a un acuerdo con la familia Schiess que no les satisfaga.

En el continente, Jeannette Schiess ha recibido el espaldarazo de varios de los empresarios ligados al turismo, agrupados en la Federación de Empresas de Turismo de Chile (Fedetur), en la que figuran Explora, Transbank y LAN, entre otras. Su vicepresidente ejecutivo, Eugenio Yunis, afirma que "lo que más preocupa a nuestro directorio es la falta de protección a la inversión privada en turismo que ha demostrado este caso. La violación del Estado de Derecho no ha sido tomada con la debida rapidez por el Estado". Por ello redactaron un documento en apoyo a los empresarios.

¿Demanda?

Este fin de semana, el gobierno entregará las conclusiones de sus cuatro comisiones. En Palacio, sostienen que con ello se podría solucionar cerca de un 95% de las demandas requeridas por los pascuenses. Varias autoridades, sin embargo, descartan que el conflicto en el Hotel Hanga Roa vea la luz en el futuro próximo.

De todos modos, el diagnóstico gubernamental apunta a que, así como sucedió con el conflicto en la Araucanía, una vez solucionadas la mayoría de las tomas será más fácil enfrentar la ocupación en el recinto hotelero. "Públicamente nadie entendería que, pese a la disposición del gobierno a solucionar el problema de la mayoría de las demandas, finalmente el conflicto quede focalizado en un hotel. Porque aquello daría para pensar que el único interés que tienen los Hito es comercial", confidencia un cercano al proceso.

Otro camino que se ha demandado desde Pascua es que los Hito se transformen en socios del proyecto Hanga Roa, aunque esa solución se vislumbra complicada. "Difícilmente podríamos ser socios a punta de pistolas o tomas. Nosotros, al menos, no seleccionamos así a nuestros socios", recalca Jeannette.

Ahora, si el gobierno no responde con acciones concretas, en el entorno de los Schiess no desechan la posibilidad de demandar por sí solos al Estado.

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