Por Andrés Azócar* Abril 9, 2010

© Nicolás Abalo

La última crisis que había enfrentado TVUC fue en 2001. El bajo rating y las pérdidas históricas abrían, una vez más, el debate de si un canal vinculado a una universidad que pertenece a la Iglesia Católica podía jugar de igual a igual en las ligas mayores de la industria televisiva. En ese momento el llamado a resolver esta disyuntiva fue el publicista Enrique García, un hombre vinculado a los medios. A los cuatro meses de haber asumido la dirección ejecutiva la palabra crisis quedaba atrás. De ahí vinieron éxitos como Machos, Brujas y el primer reality de la TV nacional: Protagonistas de la Fama.

García renunció a la estación en 2005 y hoy desde su mini holding Samara observa con tristeza cómo Canal 13 vuelve a ponerse de moda por sus malos resultados: se sitúa en el cuarto lugar por rating y cerró en 2009 con pérdidas por $3.662 millones. Lo peor es que no gana en ninguna de las líneas y su noticiero no logra repuntar. El nuevo rector de la UC, Ignacio Sánchez, nombró a Marcelo Von Chrismar con la misión de encauzar la línea editorial y regresar los balances a números azules.

Enrique García -quien en su periodo debió enfrentar el caso Gema Bueno, el que terminó contaminando su gestión- es de quienes piensan que la Iglesia no debe vender el canal, pero al mismo tiempo cree que para que el 13 vuelva a posiciones de liderazgo, la universidad debe cambiar su forma de ver TV.

-¿Existen diferencias entre la actual crisis de Canal 13 y la del 2001?

-En 2001 el canal vivía una situación más crítica que ahora: sin área dramática, ni deportiva ni infantil. Por lo menos hoy esas áreas existen. Y las pérdidas de entonces fueron tremendas. Lo más malo del momento actual es que si bien en 2001 el territorio estaba como sin arar, existían hartas vitaminas y la creatividad, aunque congelada, existía. Hoy, el problema es que muchos de los buenos creativos se fueron. No es que no queden, pero hay menos. La bruja blanca anda circulando en casa, antes por lo menos era una sensación lejana.

-Cuando renunció al 13 en 2005, ¿qué pasó con ese canal que había ampliado, con éxito, su público hacia los jóvenes y el C3 y era muy activo en realizaciones?

-La estructura de doble jerarquía -de un director ejecutivo y el presidente del directorio- genera una tensión inimaginable. La pregunta es quién manda: el de las ideas o el del presupuesto. El de las ideas puede tener algunas muy buenas, pero si la persona que maneja el presupuesto lo asfixia, aquéllas se hunden. El canal cayó en una trampa de exitismo, en un rating de corto plazo que no representó nada en términos de un proyecto editorial. Y obviamente se perdió el foco estratégico de hacia dónde tiene que ir un canal de la Universidad Católica. Y que, además, tiene un elemento adicional: que es de la Iglesia.

-Si tuviera que escoger ¿cuál es el principal error de Canal 13 en el último tiempo? -La programación flexible. -Pongámosle nombre: Vasco Moulian. -No diría eso, porque él tenía jefes.

-¿Cuál es la complejidad de "ese" elemento?

-El 13 no ha logrado encontrar una opción de diálogo común entre los actores que lo representan. El canal que el Consejo Superior sueña o que visiona no tiene nada que ver con el tipo de canal que necesita la Iglesia Católica: uno masivo de evangelización.

-El punto es que la palabra evangelización suena rara en una industria ultracompetitiva y de contenidos masivos

-Entre 2002 y 2004 tratamos de dar ese giro. A lo mejor no fuimos lo suficientemente claros o no usamos el lenguaje adecuado para que la contraparte universitaria entendiera lo que estábamos tratando de hacer. Cuando uno usa la palabra "evangelizar" lo que quiere decir es que es necesario dialogar con los que no creen, y para mí ése era el mandato del rector Pedro Pablo Rosso: evangelizar la cultura. La Iglesia podrá tener altos y bajos, crisis y bonanzas, pero el diálogo con los que creen ya existe. Falta el otro paso.

-¿Cuando hizo Protagonistas de la Fama y Machos, la Iglesia entendió que ahí había evangelización?

-Ése era el foco. Probablemente no logrado del todo si consideramos a las audiencias más duras en términos de doctrina, pero sí, era el camino.

-Si tuviera que escoger, ¿cuál es el principal error de Canal 13 en el último tiempo?

-La programación flexible.

-Pongámosle nombre: Vasco Moulian.

-No diría eso, porque él tenía jefes: es un equipo el que asume las reglas. Entiendo a los medios como hábitos y si bien es cierto que YouTube y otros son flexibles conceptualmente, la persona que está frente a esa pantalla tiene hábitos. Por eso fue un error la programación flexible.

"El 13 no ha logrado encontrar una opción de diálogo común entre los actores que lo representan. El canal que el Consejo Superior sueña o que visiona no tiene nada que ver con el tipo de canal que necesita la Iglesia: uno masivo de evangelización".

-¿Es injusto cargarle toda la mano a Moulian?

-Creo que él no ha entendido todavía, porque sigue escribiendo cosas que me cuesta comprender. Él era el director de programación, pero también existía la dirección ejecutiva y un directorio. Un canal funciona a través de este gobierno corporativo y no sólo por sus equipos.

-Es un hecho que la dirección ejecutiva y el directorio no sumaban fuerzas.

-La responsabilidad apunta al gobierno corporativo. En mi periodo, más allá de las diferencias de punto de vista, de nuestras largas reuniones para lograr alinearnos, siempre tuvimos claro que lo que hacíamos era para el bien del canal. Y mi sensación es que eso se perdió cuando se crearon dos cabezas. Se fue perdiendo la esencia de lo que es un canal masivo y competitivo, porque finalmente ahí también hay una visión de país y que en mi opinión es relevante que se muestre.

"¿Por qué al 13 se le debe pedir que sea como la UC?"

-¿Qué le parecen las palabras de Ignacio Sánchez, el nuevo rector de la UC, en el sentido de no buscar ser el canal número uno e incluso,  si es necesario, reducir la audiencia del 13?

-Es una postura muy válida y es la visión de la universidad, pero yo lo lamento por la Iglesia. Porque finalmente Canal 13 es uno de los pocos medios masivos que la Iglesia tiene en el mundo. Veo a la Universidad Católica convertida en un lugar de elite, y no sólo en términos de pensamiento, de mirada económica y de sociedad. Si mira este gobierno, ve que parte importante de sus miembros son de la UC y al mismo tiempo hay una mirada de país a la que le falta conversación. Y llevar al 13 a eso, cuando el canal debería ser sinónimo de masividad, es un error. Todos los contenidos masivos se pueden llevar a que la justicia, la pobreza, el amor, sean los ejes centrales en los que una sociedad se moviliza y desarrolla.

-Lo que se deduce es que el rector busca fortalecer al canal y detener la sangría de recursos.

-Imagínese qué pasa cuando un líder declara que no le importa ser cuarto. Entiendo lo que hay detrás de su frase, pero también entiendo que la gente al interior del Canal, el mercado y la audiencia piensen ¿para qué vamos a tener un canal de señal abierta si al final la estrategia y la visión son las de uno de cable? Ese es para mí el gran cuestionamiento.

-El rector rápidamente definió la misión de Canal 13. ¿Se apresuró?

-No sé si esa visión la construyó solo, pero intuyo que no conversó con mucha gente para llegar a ese punto de vista. Seguramente dialogó con profesores de la Facultad de Comunicaciones y ahí la reflexión está mucho menos abierta a entender cómo funciona un canal de TV masivo.

-Según su experiencia, ¿quién está más abierto a la idea de un canal masivo: la Iglesia o la universidad?

-La Iglesia. El diálogo que teníamos con los obispos -independiente de que eran muy críticos de ciertos programas- era abierto. Siempre entendieron que se trataba de procesos largos y de aprendizaje, y que por ahí había posibilidades de que la presencia del canal lograra evangelizar la cultura. Además, en la pantalla se mostraba el trabajo con organizaciones solidarias y el rol activo de la Iglesia y de la universidad. La presencia de las escuelas de Medicina, Economía y de sus pensadores en general ha ido construyendo valor de marca para la UC.

-¿Entonces en qué falló la UC, si la Iglesia tiene muy clara su visión?

-No digo que la Iglesia tenga todo claro. Sólo digo que tiene el panorama algo más claro. Los dos mil años que tiene le permiten enfrentar crisis y diferencias de puntos de vista de forma más nítida. Obviamente el Consejo Superior de la universidad tiene una mirada académica que es válida, pero que no dialoga con los medios masivos. Ésa es la tensión que no está resuelta.

"En Canal 13 pasa lo que pasa porque su gobierno corporativo no ha sido capaz de blindarse, y, por otra parte, el rector mete las manos. En mi periodo, me fui porque el rector se saltó al gobierno corporativo".

-¿Entonces la Iglesia no debería vender el Canal 13?

-Sería un grave error. Es un desafío creativo el que se tiene que plantear.

-¿No está de acuerdo con la afirmación que sentencia que es incompatible la visión de un canal masivo y rentable y pertenecer a la Iglesia católica?

-Depende de cuál es la concepción. La UC es capaz de tener al Duoc y nadie critica al público que apunta ni el tipo de carreras que imparte. Tiene UC Educa en educación subvencionada y tampoco se critica. Y los que están detrás de esos proyectos buscan excelencia en su rol específico. Y si al Duoc no se le pide que sea como la UC, entonces ¿por qué al Canal 13 se le debe pedir que sea como la UC? Lo que pasa es que el gran problema de la TV es que no es entendida por el mundo académico. Pero son discusiones que tienen su tiempo, lo complejo es que no se abran a ellas.

-Hablando del Duoc, ¿qué opina de la designación de Marcelo Von Chrismar como director ejecutivo?

-Tengo esperanza con la designación de Von Chrismar, porque él, en los últimos años, ha dialogado con el Duoc, que cuenta con un grupo amplio de jóvenes de clase media y media-baja que con su formación son capaces de cambiar la vida a sus familias. Por lo tanto, dialoga con la masividad y no con la elite de la UC.

-¿Debería la universidad avanzar a un gobierno corporativo distinto en el canal?

-En Canal 13 pasa lo que pasa porque su gobierno corporativo no ha sido capaz de blindarse, y, por otra parte, el rector mete las manos. En mi periodo, me fui porque el rector se saltó al gobierno corporativo.

-Pero la universidad perdería el control sobre los contenidos.

-Para eso nombra a un gobierno corporativo que sea representativo. Y no solamente de académicos: también de gente que conozca la industria. A Canal 13, un gobierno corporativo como el de TVN le daría una posibilidad de éxito. El problema no son los contenidos ni sus profesionales: es la falta de un gobierno corporativo sano, que dé las directrices para los próximos cinco y diez años, que son los plazos que necesita un medio. Que la UC prepare comunicadores de las características que su proyecto necesita y finalmente escoja a gente correcta, que sea capaz de unir todos estos elementos. Con todos los ensayos y errores que sean necesarios, porque así se construyen los medios.

* Director de Periodismo de la UDP.

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