Por Antonieta De la Fuente Marzo 13, 2010

© Juan Pablo Sierra

"Los empresarios tenemos siempre la tendencia a ver oportunidades y, quiero decirlo muy bien, de modo muy delicado, tenemos habilidades para ver oportunidades cuando hay un problema. Pero yo no soy capaz de ver una oportunidad frente a una catástrofe de esta magnitud".

El 27 de febrero, Guillermo Luksic Craig (54) terminaba de veranear con sus hijas en el fundo Chan Chan, que su familia posee cerca del pueblo de Choshuenco, a los pies del volcán del mismo nombre, en la Región de Los Ríos. Y aunque el terremoto de esa madrugada no sacudió la zona con la intensidad de otros lugares, él sintió que temblaba en el fundo del sur. En lo primero que pensó fue en el riesgo de estar tan cerca de una zona volcánica. Salió a la terraza, observó el Choshuenco -que junto al Llaima y al Villarrica hoy están en alerta amarilla- y no vio nada anormal. La luna llena de esa noche iluminó el lago Panguipulli, en cuya ribera está la casa del presidente de Quiñenco. Una marejada se levantó hasta la orilla, a tal punto que el muelle de su casa resultó dañado.

De inmediato llamó a Santiago para ver cómo estaba el resto de su familia. Ahí se enteró de que el "temblor" había sido mucho más que eso.

"El sábado no pude salir de allá, porque los caminos estaban cortados y Merino Benítez no funcionaba. No fue hasta el domingo cuando pude tomar mi avión y viajar", cuenta. Tras su regreso a Santiago, junto a sus hermanos, coordinó la ayuda del clan a la Teletón, que culminaba esa noche.

-¿Cuál es la principal lección que Chile debe sacar del terremoto?

-Hay que sacar muchas lecciones. Si pienso en la principal, lo primero que me nace decir es que sabiendo y conociendo que Chile es un país sísmico y teniendo en consideración que ésta no es la primera vez que ocurre, tenemos la obligación de mejorar a la más pronta brevedad la capacidad de anticiparnos a estos eventos. Es difícil dar una opinión de lo que se debe hacer. Habrá que priorizar en su momento, pero una lección es prever y dar aviso sobre los efectos que estos actos de la naturaleza pueden tener en el país y así, al menos, no tener que lamentar tantas pérdidas humanas.

-Chile venía saliendo de una crisis con estándares de clasificación muy buenos, con una economía sólida y muy respetada. ¿El terremoto puede ser -sobre todo para la clase empresarial- un golpe al exitismo?

-Puesto así, no. Uno no puede pensar que la Divina Providencia nos mande este tipo de eventos para castigar un probable o supuesto exitismo. Chile no es un país exitista: es un país que ha tenido éxito. Llevamos 20 años o más de crecimiento de la economía que nos han transportado desde el subdesarrollo a un país cercano a ser desarrollado en términos de ingreso per cápita. Nunca he sentido ni he tenido la sensación de que mis pares o la gente que escucho se sienta exitista.

-Pero igual golpea en el ego de los chilenos darnos cuenta de que no somos tan fuertes...

-Pienso que los chilenos somos gente aterrizada. Como dijo el ministro Vidal durante la última entrevista en TV a la presidenta Bachelet: "Ella tiene los pies en la tierra y nunca ha levitado". Creo que los empresarios y el país en general no levitan. Somos un país aterrizado, con empresarios, con gobiernos y con una clase política con los pies en la tierra.

Esto ha sido una tragedia en términos de vidas humanas, y un desastre en cuanto a pérdidas materiales y capacidad productiva. El terremoto es tremendamente negativo, malo para el país. No creo que alguien nos esté castigando por algo, pienso que son cosas de la naturaleza. Lo que sí creo es que debemos sacar lecciones: estar preparados y darnos cuenta de que el país es capaz de unirse de Arica a Punta Arenas, sin mediar posiciones políticas ni creencias religiosas. Es un país que necesita crecer, que tiene una pobreza importante, donde hay desigualdades. Y tenemos que convertirnos en un país desarrollado pronto para darle a nuestra gente la mejor condición de vida posible. Ésas son las lecciones que yo saco.

 

"No soy capaz de ver una oportunidad"

- Hay quienes dicen que las metas de empleo y crecimiento no se van a cumplir, mientras otros piensan que es la oportunidad de reinventarnos. ¿Cómo lo ve usted?

-Los empresarios tenemos siempre la tendencia a ver oportunidades y, quiero decirlo muy bien, de modo muy delicado, tenemos habilidades para ver oportunidades cuando hay un problema. Pero yo no soy capaz de ver una oportunidad frente a una catástrofe de esta magnitud.

-Quienes plantean esto se refieren a la oportunidad que la reconstrucción ofrece para la generación de empleo y el crecimiento…

-En el corto plazo debemos concentrarnos en la reconstrucción. Los empresarios estamos haciendo lo que nos corresponde: ya estamos reconstruyendo nuestras empresas e industrias y tratando de volver lo más pronto posible a la normalidad.

La reconstrucción naturalmente generará un impacto positivo en algunos sectores de la economía -como los cables, fierros y materiales de construcción-, pero esto será de corto plazo y los países no viven del corto plazo.

Tenemos que solucionar a la brevedad el futuro inmediato, pero para que en un país haya verdaderas oportunidades hay que mirar el largo plazo y ahí mejorar la educación, incentivar la innovación y desarrollar la tecnología.

-Pero ¿se perderá mucho tiempo?

-Perderemos mucho tiempo en recuperar lo que ya estaba y tendremos que utilizar recursos humanos y financieros para reconstruir. Considero que lo verdaderamente importante es lo que viene después. Además, tenemos un gran ministro de Economía -Juan Andrés Fontaine- que, además del pendrive, tendrá una gran tarea con la reconstrucción.

-El pendrive era la carta de navegación original. Pero el terremoto cambió de cuajo la agenda.

-Lamentablemente el presidente ha debido postergar por ahora esas metas de largo plazo. Ésta es una situación que nadie tenía prevista. Y aunque ciertos sectores se reactiven producto de la coyuntura, la única oportunidad que este país tiene de salir del subdesarrollo se logra gracias al crecimiento económico. Y el crecimiento que tengamos requiere recuperar lo perdido. Vamos a perder tiempo en recuperar lo que ya estaba, pero lo verdaderamente importante es lo que viene después.

 

Plazos de la reconstrucción

-¿No teme que reparar los daños de esta catástrofe termine ocupando la mayor parte de los cuatro años de que dispone Piñera?

-No tengo dudas de que el presidente y su equipo tienen capacidades más que suficientes para hacer una labor eficaz y ser agresivos en las tareas que se requieren para hacer las cosas en el menor tiempo posible. Aun así, creo que esto va a tomar más tiempo. No sé si otra administración, pero va a tomar largo tiempo.

-Diversos expertos y analistas aseguran que la reconstrucción podría demorar años. ¿Cree que se logre totalmente en este gobierno?

-La reconstrucción durará más de un año. Como se ha dicho -porque todavía no existe una evaluación acabada-, los daños suman del orden de los US$ 30.000 millones. Entonces, en principio, y quiero ser muy cauto en esto, parece no ser posible lograrlo de manera rápida. Primero, porque no tenemos la capacidad de desviar nuestra mano de obra sólo a tareas de reconstrucción ni contamos con la infraestructura necesaria. En segundo lugar, aunque se quisiera, pienso que el país no está en condiciones de afrontar el costo de la reconstrucción en un año. Porque, aunque usemos los fondos del cobre o nos endeudemos como país, cualquiera sea la solución, el mayor gasto producirá déficit fiscal y no debiéramos generar un déficit que no sea prudente.

-Para afrontar la reconstrucción se evalúan todas las medidas. Ya se habla de emitir bonos soberanos, utilizar los recursos provenientes del mayor precio del cobre o usar las líneas de crédito que existen con la banca internacional. ¿Qué alternativa le parece más eficiente?

-Nuestras autoridades serán capaces  de buscar las mejores fórmulas. En cualquier  caso, ya sea liquidando el fondo del cobre o emitiendo bonos, podría haber un efecto en el tipo de cambio y/o en la tasa de interés. Dada la envergadura de los recursos demandados, habrá que optar por una combinación, ya que el fondo del cobre por sí solo no alcanza.

 

Cambio de paradigma

-Debido a que el terremoto ocurre justo antes de un cambio de gobierno que traía consigo un cambio de agenda y de paradigma en los énfasis económicos, y pensando en lo que ocurrió en 1985 con Hernán Büchi, ¿le parece que esto puede abrir un espacio para un enfoque más productivo de la economía chilena?

-No quiero hablar de oportunidad en medio de tanta tragedia y pérdida. Es algo que me cuesta. Pero ya que este país requiere de una reconstrucción, debiéramos tratar de que se haga apuntando a lograr un país más productivo y eficiente. Que levantemos de nuevo el país, pero mejor que lo que teníamos antes, usando más imaginación y creatividad.

-¿Qué tipo de capacidades se requieren para lograr una reconstrucción más eficiente?

-En primer lugar, liderazgo. En segundo lugar, pienso que afortunadamente esta catástrofe llega en un momento en que se hace cargo del país un gobierno que se caracterizará por ser tremendamente efectivo. Con profesionales que han estado en el mundo real, que han sido directivos de empresas y han operado en el área privada. Para mí eso es una ventaja.

-Siendo realista, ¿ve posible reconstruir haciendo las cosas mejor?

-De nuevo hago la división entre el corto y largo plazo. En lo que se refiere a reconstrucción, puede y debe hacerse muy bien, de modo que lo que se reponga genere más productividad. Lo otro es que rápidamente debemos iniciar aquel proceso que perdure y que hará al país crecer de manera integral y a largo plazo. Es decir, una vez realizada la reconstrucción, iniciar lo más pronto posible aquello que el presidente hubiera hecho desde el primer día.

 

Rol de los empresarios

- ¿Cuál debe ser el rol de los empresarios en esta tarea?

-El que hemos tenido siempre. Debemos reconstruir y hacer lo que sabemos: ser productivos, generar empleos y desarrollo.

-Pero la urgencia de la recuperación, ¿no hace que los empresarios deban asumir un rol más cercano a la sociedad?

-Tenemos el mismo desafío que el resto del país. En lo urgente y en lo inmediato recuperar nuestra capacidad productiva y entregar nuestros productos. Que no haya desabastecimiento. Y luego, seguir haciendo lo que sabemos, aunque ciertamente con más énfasis. Pienso que el gobierno del presidente Piñera creará mejores condiciones para que los empresarios podamos actuar con mayor rapidez y menos burocracia, generando crecimiento y empleo. Al final los países salen del subdesarrollo de esa forma.

-Uno tiene la impresión de que en general los empresarios no opinan sobre los temas país, que están más enfocados en sus empresas. ¿Esta nueva circunstancia provocará que los empresarios tomen protagonismo en la sociedad?

-No estoy de acuerdo. El sector empresarial, a través de distintas instancias como el CEP, la CPC, la Sofofa y otros gremios, ha sido un actor permanente en entregar las opiniones del empresariado. Tenemos una cantidad importante de instancias en las cuales damos nuestra opinión sobre los temas país. Y creo que eso lo vamos a seguir haciendo.

 

-Pero con lo que ocurrió en el cierre de la Teletón, da la impresión de que se marcó un hito: que el sector empresarial está más involucrado con la sociedad. Al menos públicamente.

-Los empresarios siempre hemos estado involucrados con la sociedad, a través de los planes de responsabilidad social-empresarial, entre muchas otras acciones. En esta ocasión, destacaría la ayuda de las empresas mineras presentes en Chile, que a pesar de no haber sido muy afectadas, se han involucrado fuertemente en esta cruzada de solidaridad. Por ejemplo, las empresas mineras ligadas al grupo Luksic, en conjunto con nuestros socios japoneses, crearon un fondo de 5 mil millones de pesos adicionales a lo que aportamos en la Teletón para ir en ayuda de recuperación de infraestructura.

-¿Cómo se canalizará ese aporte?

-A través de las autoridades pertinentes, pero tendremos injerencia en cómo se va a usar el fondo y nuestra idea es que ojalá se utilice principalmente para recuperación de escuelas. ¡Educación, educación, educación…! (repite, con énfasis).

La única manera de que un país, más allá de la tragedia y recuperación inmediata, salga adelante es sembrando las bases de un desarrollo integral y sustentable.

-Lo que vimos el sábado -el compromiso del mundo empresarial con esta Teletón- ¿fue una señal de respaldo al gobierno de Piñera? ¿Fue una señal política?

-Creo que no. Lo que ha hecho el sector empresarial no es dar una señal política. Este sector hubiera dado la misma señal en cualquier gobierno. Lo que hicieron los empresarios fue solidarizar con el país.

-¿No tuvo nada que ver el hecho de que estemos ad portas de un cambio de gobierno?

-No tiene nada que ver. El sector empresarial ha reaccionado frente a la magnitud de la catástrofe, no en función de un presidente. No hay una agenda política en la actitud del empresariado.

 

Terremoto en CCU

-¿Cuál fue el efecto del terremoto en las empresas del grupo?

-En CCU tenemos efectos importantes. Tendremos algunos inconvenientes para abastecer el mercado durante marzo. Ya se inició el proceso y probablemente hacia fines de marzo estaremos con capacidad casi total de producción. Posiblemente nos vamos a demorar hasta 3 meses en arreglar y en reparar.

-¿Cuál es el sector más golpeado con este sismo?

-Todos fuimos golpeados. Éste es el mayor shock productivo en Chile en las últimas décadas. En los 35 años que llevo trabajando no he visto nada similar. Si bien todavía falta recabar información, ya se sabe que sectores como la pesca artesanal quedaron completamente destruidos, y mucha gente vive de eso. También hubo efectos en las empresas forestales y el sector vitivinícola, que fue muy golpeado. Yo diría que nadie dejó de sufrir daño.

 

El país desde afuera

-¿Qué les han dicho los socios extranjeros del grupo frente a lo ocurrido?

-Están muy tranquilos, ven que las cosas se están haciendo bien. Han manifestado su plena solidaridad frente a los momentos que el país vive, y ésta se ha materializado a través de los aportes que hemos hecho en conjunto con Heineken en CCU, con Citibank en el Banco de Chile y con nuestro socio japonés en la minería. También han percibido que el país ha demostrado unión, solidaridad y voluntad de salir adelante.

-Y respecto de los saqueos, ¿le comentaron algo?

-Ésa es otra de las lecciones que hay que aprender. La gente tiene que entender, y el gobierno tendrá algo que hacer en esto, que la delincuencia es inconducente, es una lacra para este país, produce inseguridad en los ciudadanos. Ello evidencia un problema que estamos viviendo desde hace bastante tiempo: la inseguridad. Confío que el próximo gobierno tomará las medias pertinentes.

 

Relación con Piñera

-¿Conoce a Sebastián Piñera?

- Conozco personalmente al presidente. Hemos tenido la oportunidad de estar juntos, conversar e intercambiar ideas. Nos conocimos un poco antes de que él trabajara en Citicorp.

-¿Qué espera de él?

- Me parece que es el hombre adecuado en el momento adecuado y en el lugar preciso.

 

"Éste es el mayor shock productivo de Chile en las últimas tres décadas"

La Teletón de los Luksic

"Nos empezamos a llamar el día viernes. Y no hubo dudas en la mente de ninguno de nosotros de que había que estar ahí con la familia y también, por supuesto, a nombre de las empresas que dirigimos, sus accionistas y trabajadores. Como familia hicimos aportes, porque nos sentimos profundamente conmovidos con el sufrimiento que vimos en tantos chilenos. Los abrazos eran porque estábamos muy emocionados, porque ayudar produce un alegría inmensa y esa alegría fue la que hizo que nos abrazáramos. Estábamos tremendamente contentos de hacer lo que estábamos haciendo".

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