Por Camila Bonilla, Natalia Cabrera, Alejandra Cooper, Andrew Chernin y Valentina Grimberg // Fotos: José Miguel Méndez y Juan Pablo Sierra Febrero 27, 2010

Muy pocos de los estudiantes que fueron retratados en el reportaje de Qué Pasa "¿De qué meritocracia me hablan?" entraron a lo que querían y el grueso optó por institutos profesionales y centros técnicos. Algunos, incluso, desistieron de estudiar. Tres meses después, retomamos esas historias. Una buena parte, trabajó todo el verano. Ya no miran puntajes, sino que pelean becas y créditos para pagar una educación que no era exactamente la que soñaron. Pero que aun así, podría sacarlos de las poblaciones donde superaron la adversidad y donde se convirtieron en el rostro de cuánto pesa la meritocracia en Chile.

Paolo Ríos

Paolo Ríos lo intuía: Su puntaje no sería suficiente. Por eso, nunca tuvo la ilusión de entrar a la universidad, Pese a que era un alumno que había egresado con un 6,7 del Centro Educacional Mariano Latorre, en La Pintana. Dice que tenía Paolo Ríospoco tiempo. Que, por eso, nunca estudió más de lo que le pasaban en clases. cuando supo que había ponderado 512 en la PSU, no se sorprendió ni se deprimió. Él había dado la prueba sólo por los beneficios que podría traerle. "En algunos trabajos e institutos piden tener la PSU rendida", dice.

Para Paolo no se trataba de ser pesimista. Su actitud, explica, tiene que ver con un asunto de realidad. Porque en su colegio la PSU no era lo más importante. Es un establecimiento técnico y eso significa que se enfatizan otras cosas. Por eso él estaba seguro de que su puntaje no alcanzaría. El tiempo sólo le dio la razón: al dar la prueba, se topó con cosas que jamás había visto. O al menos, no con la profundidad necesaria.

A pesar de eso, su teléfono sonó igual. Lo llamaron de las universidades donde él hubiese querido entrar, como la Chile, pero no le interesó. Ahí le ofrecían matricularse en otras carreras, donde sus 512 puntos sí daban. El problema es que esas carreras no eran Ingeniería en Informática. Porque eso, que era tan distinto a la mención técnica en alimentos que había obtenido en La Pintana, era lo que Paolo quería estudiar. Uno de los llamados fue del AIEP: sólo por tener la PSU rendida, le ofrecían estudiar Ingeniería en Ejecución e Informática en horario vespertino. Paolo además tenía la Beca de Excelencia Académica que cubría $500 mil anuales. La posibilidad de estudiar de noche lo sedujo. De partida, porque no tendría que dejar su trabajo preparando Paolo Ríoscompletos en un Doggis. Con eso, le alcanzaba para pagar las cuotas de $72 mil de su carrera. Eso claro, sin contar que la Beca de Alimentación de la Junaeb y la de Mantención, que entregan $15 mil mensuales, también lo ayudarían a cubrir los gastos asociados a sus estudios.

Mientras las clases parten, Paolo sólo piensa en adaptarse al ritmo del instituto. Porque quiere titularse y porque después pretende enfrentarse de nuevo a la PSU. Sólo que esta vez planea que sea distinto. Paolo, frente a la PSU, no quiere sentirse como un tipo que nunca tuvo una oportunidad.

Daniela González

Daniela González

Sentada frente a la pantalla del computador, Daniela González sintió alivio. Desde que conoció sus puntajes en la PSU, entendió que parte de su sueño se había cumplido: toda la enseñanza media se enfocó en estudiar extra para rendir un buen examen. Lo logró.

Ponderó 710 puntos en Lenguaje y Comunicación y 627 en Matemática, cifras que sumadas a su 6,7 de promedio en NEM la convirtieron en uno de los mejores puntajes del Liceo Benjamín Vicuña Mackenna de La Florida.

Pero sus ganas iban más allá. Porque para entrar a la universidad, Daniela iba a necesitar plata. y eso era algo que siempre había escaseado en su casa. De niña, Daniela vio a sus padres trabajar duro para que a ella y a sus hermanos no les faltara nada. Incluso si eso implicaba que su mamá limpiara casas ajenas y su papá manejara un radiotaxi todo el día.

Por eso, postuló a la beca estatal Bicentenario. Si se la daban, serviría para pagar la segunda parte de su sueño: estudiar Nutrición y Dietética en la Universidad de Chile.

Daniela González

Daniela dice que pasó el verano inquieta. Esperando. Incluso intentó convencer a su padre para que, si no conseguía la beca, la dejara trabajar. "Ellos estaban planeando trabajar extra para pagarme la carrera en caso de no ser becada. Y yo les dije que no. Éste es mi sueño. No podía dejar que ellos se desgastaran por mí", cuenta. A escondidas, comenzó a vender ropa en la feria y a buscar algo más estable Que le dejara más dinero.

Hasta que, la noche del 28 de enero, se relajó. El sitio web del gobierno le decía que la beca era suya. "mi mamá gritaba y lloraba de emoción. y yo por fin pude empezar a disfrutar mi verano", cuenta. Desde marzo, daniela recibirá $2 millones anuales. Como la carrera bordea los $2 millones y medio, el resto lo pondrán sus padres. "no me gusta mucho la idea -dice ella-, pero puedo aceptarla por el momento".

Ya tomó ramos, sacó pase escolar y ha recorrido varias veces el Campus Norte de medicina de la Universidad de Chile. Dice que está ansiosa por empezar sus clases. Y aunque la plata ya no urge como antes, no va a dejar de vender ropa o buscar trabajos esporádicos para costearse sus gastos. Daniela dice que Es "por si acaso".

Diana Ortiz

Diana Ortiz

Diana Ortiz entró a Kinesiología en la Universidad Católica Raúl Silva Henríquez. pero eso no la emociona. "Para mí haber entrado a la universidad es algo normal, porque creo que todos tienen el mismo propósito", asegura. Pero sabe que tuvo suerte. porque sin becas no hubiese podido pagarla. la carrera es demasiado costosa; y Martín, su hijo de un año, era su primera prioridad.

En diciembre, Diana se fue a trabajar a la "La Ponderosa",  una residencial que tiene su familia en Cartagena. antes de dar la PSU, estaba segura que tenía dos becas para financiar los $2.045.200 anuales que cuestan sus estudios. Con el 5,9 con que egresó del liceo Municipal Alcalde Jorge Indo, en Quilicura, se ganó la Beca de Excelencia Académica que le da $1 millón 500 mil por cada año de estudio. La diferencia que la beca no cubre, la pondrá la misma universidad. Diana aseguró su cupo ahí tras aprobar el propedéutico, un curso especial que ofrece esa institución a los alumnos de mejor rendimiento para cursar cualquier carrera, si es que lo aprueban. si no fuera por ese cupo asegurado de antemano, no lo habría logrado: en la PSU promedió 386 puntos.

Diana Ortiz

"Si no hubiese tenido la beca, no sé qué hubiera hecho", explica. Ahora, lo único que la preocupa es adquirir hábitos de estudio. Sabe que si reprueba algún ramo u obtiene un promedio menor a 5, pierde las becas. Por eso, Diana tomará apuntes en clases, mientras deja a su hijo en una sala cuna durante el día. Ella comprende que no tendrá tiempo y que lidiará con muchas cosas de una vez. Pero sabe que, esta vez, tiene que probar si se la puede.

 

 

Iván Vargas

Iván Vargas

Iván Vargas podría decir que en su vida ha tenido que esperar mucho. Como cuando faltaba comida en su casa y tenía que aguantar y saber que pronto habría algo que comer. O como le ocurrió el año pasado, cuando estudiaba en el Liceo Alberto Galleguillos de Pudahuel y el profesor de lenguaje se enfermó: el joven se cansó de esperar al reemplazante que nunca llegó. A pesar de que él siempre lo pedía.

Cuando supo su puntaje en la PSU, Iván también intuyó que las cosas no se resolverían pronto. Que tendría que seguir esperando. Porque a pesar de que egresó con un 6,2 de enseñanza media, sólo promedió 376,5 en la prueba. Y eso no le bastaba para estudiar Ingeniería Informática. Iván, una vez más, tendría que poner todo en pausa. Ver si tenía suerte y podía conseguir las becas y créditos que necesitaba para lograr el escenario que parecía el mejor posible: entrar a Informática Biomédica en el Duoc. Su destino se fue definiendo de a poco. a goteras. Primero supo que contaba con el Crédito con Aval del Estado.

Iván Vargas

Y eso significaba que tendría que seguir esperando para saber si conseguía la Beca Nuevo Milenio, que recién se definiría el 15 de marzo. Mientras tanto, pasaba los días trabajando en la misma carnicería donde trabaja su padre y, además, haciendo panfletos para discotecas. Fue una tarde después del trabajo, cuando Iván supo del último sacrificio que haría su madre por él: no importaba cómo, ella ahorraría de su sueldo de secretaria para pagarle lo que le faltara. Y ahí, cuando su madre se lo dijo, Iván lo entendió todo: que sus días de espera terminen, ahora sólo depende de él.

 

¿De qué meritocracia me hablan? (tres meses después)

Álvaro Díaz

Álvaro Díaz

Había que traer plata a la casa y había que hacerse hombre. Álvaro Díaz entendió muy pronto que su 6,7 en el Liceo Industrial Miguel Aylwin Gajardo y su promedio de 459 en la PSU no servían de nada si no lo metían a una universidad tradicional. Porque su madre seguía enferma, porque aún vivían de allegados en un terreno ajeno y porque Cristián, su hermano, no podía costear todo mientras él perseguía sus sueños.

La universidad era para familias que no necesitaban plata urgente. Y ésa no era la situación de los Díaz. En eso pensaba Álvaro todas las mañanas, cuando caminaba los 20 minutos que separaban su casa en San Bernardo de la planta de Molymet, donde hacía su práctica como mecánico industrial en mantenimiento. También pensaba en su polola, María José, que sí había logrado entrar a estudiar enfermería. Pero que por eso, por querer ir a la universidad a pesar de los deseos de su padre, había tenido que escapar de su casa y correr hasta la de él.

En Molymet, Álvaro soldaba y aprendía a manipular maquinaria pesada. Pero todo le asustaba un poco. Álvaro no quería equivocarse. Sabía que tenía que irle bien y que tenía que hacer todo lo posible por seguir ahí. Dice que "sólo así podría juntar plata y hacer lo que tenía pensado desde un principio: pagarme un preuniversitario y darme otra oportunidad". Aunque había algo, un pinchazo y un dolor en su cabeza, que siempre volvía y le recordaba, entre los desmayos y los mareos, un par de cosas. Como que estaba mal y necesitaba ir a un doctor. Pero como explica, él "sentía que no podía ser débil" y estiró la cuerda lo más que pudo.

Álvaro Díaz

Eso ocurrió hace dos semanas, cuando no le quedó otra que renunciar por los mareos, los dolores de cabeza y los desmayos. En Molymet le dijeron que así, en esas condiciones, no podían tenerlo. Pero que volviera apenas se sintiera mejor. Todo eso tuvo que pasar para que después de años, Álvaro fuera finalmente al médico. Pidió una hora con un especialista y necesitó pedirle a su hermano, que era un tipo duro y que sabía que en la vida no había espacio para quebrarse, que lo acompañara. En la consulta, a Álvaro le diagnosticaron un "trastorno ansioso", le recetaron pastillas y le dijeron que tendría que completar varias sesiones más. Y quizás todo esto, los dolores y las responsabilidades prematuras valieron la pena cuando Cristián finalmente abrazó llorando a Álvaro y le dijo "te quiero". Porque ahí, en ese edificio tan lejos de casa, Álvaro Díaz sintió por primera vez algo muy parecido al cariño. el menor de los díaz ya no era un niño perdido.

Marjorie Romero

Marjorie Romero

Marjorie dudó si hacer caso. Después de saber que era la mejor alumna del Liceo Antonio Hermida Fabres y que había ponderado 701 puntos en la PSU, Qué Pasa le recomendó ir a visitar la Universidad Diego Portales. Pero a ella, que siempre quiso estudiar Medicina en la Chile, la idea no la convencía.

En la UDP le dijeron que por sus notas tendría una beca que, combinada a la Beca de Excelencia Académica que ya tenía, alcanzaría para cubrir los $5 millones anuales que cuesta la carrera. Marjorie, la hija de una feriante y un capataz de obra, podría estudiar gratis. pero aún tenía dudas. Al final tuvo que intervenir Patricia Muñoz, la Decana de la Facultad de Medicina de la UDP. Ella le dijo que su escuela tenía gran reputación y que sus prácticas profesionales se hacían en consultorios de Peñalolén, la misma comuna donde ella vivía. Ahí, Marjorie comenzó a entusiasmarse.

Marjorie Romero

También le dijo que si estudiaba en la Chile, tendría que pagar dos millones anuales. "Y ésa -dice Marjorie- es plata que no tengo". Se matriculó en la UDP y se convirtió en la primera de su familia en ir a la universidad. hoy espera que partan las clases vendiendo productos de belleza. "Aunque no tengo que pagar por estudiar, me gusta tener mis ingresos. Me lo enseñaron de chica", dice.

 

 

Cristina Soto

Cristina Soto

Cristina iba a matricularse en Gastronomía en la Universidad de las Américas. Iba. Porque estando allá, supo que a pesar de que se había ganado el Crédito con Aval del Estado, el plazo para hacerlo efectivo ya había expirado. Cristina no tenía Internet. Y como trabajaba, no tenía tiempo para ir a un cibercafé. Con un 6,0 en Enseñanza Media, fue la mejor alumna de Alimentación Colectiva en el Complejo Educacional de Cerro Navia. Pero sus 287 puntos ponderados en la PSU no la ayudaban mucho.

Después de su fallido intento por matricularse, se fue a hacer su práctica en un McDonald's. Ahí, mientras tostaba el pan y freía hamburguesas, la llamaron del Instituto Diego Portales. Le ofrecían la Beca Descuento Bicentenario para estudiar Gastronomía en horario vespertino. Aceptó.

Cristina Soto

"Tengo que pagar $750 mil al año y el resto lo cubre la beca", explica Cristina, que seguirá trabajando en el McDonald's después de su práctica. Ese sueldo sumado a lo que recibe a través de la Beca Práctica Técnico Profesional le permitirán pagarse su carrera y ser la primera de su familia en tener estudios superiores. Cristina quiere especializarse en Cocina y Pastelería Internacional. Ella, la niña que no pudo confirmar un crédito porque no tenía internet, ahora quiere conocer el mundo.

 

¿De qué meritocracia me hablan? (tres meses después)

Jessica Huerta

Jessica Huerta

Jessica Huerta está contenta como empaquetadora en el supermercado Lider de La Reina. No le molesta ganar poco o estar parada todo el día. Ella sabe que el 8 de marzo dejará el uniforme verde y se pondrá un delantal blanco. Porque ése será el día que comiencen sus clases de Química y Farmacia en la Universidad de Chile.

Del Liceo Antonio Hermida Fabres de Peñalolén, Jessica egresó con promedio 6,7. Por eso, cuando se enteró que había ponderado  605 puntos en la PSU, se asustó y casi se matricula en Ingeniería en agronomía. pero tuvo suerte. "Corrió la lista de espera de Química y Farmacia y quedé en la carrera que siempre había querido".

Jessica Huerta

En el futuro, quiere especializarse en toxicología o genética y descifrar algún virus que hoy sea desconocido. Por eso, todo lo que gana -cerca de 10 mil pesos diarios-  va en función de su carrera. Eso, a pesar de que ya tiene el tema financiero resuelto con una Beca Bicentenario y una beca Presidente de la República.

 

A días de comenzar las clases, Jessica dice que su padre jardinero y su madre dueña de casa han sido fundamentales en todo esto. Dice también que, además de cumplir sus metas, tiene un sueño pendiente: devolverles a sus padres tanto esfuerzo.

 

Carlos Burgueño

Carlos Burgueño

Colegio: Centro Educacional Mariano Latorre, de La Pintana.

NEM: 6,5 / Promedio PSU: 426,5

¿Qué quería estudiar?: Ingeniería comercial.

¿Dónde se matriculó?: Auditoría en el Inacap.

¿Cuánto sale la carrera?: $680.000 semestrales. la pagará Con beca de excelencia académica.

¿Trabajó durante el verano?: Sí, haciendo práctica profesional en la constructora Derco.

 

 

Pablo Baza

Pablo Baza

Colegio: Liceo Erasmo Escala Arriagada, de Peñalolén.

NEM: 5,8 / Promedio PSU: 665

¿Qué quería estudiar?: Astronomía

¿Dónde se matriculó?: Licenciatura en física en la U. de Chile.

¿Cuánto sale la carrera?: $228.000 mensuales. la pagará Con un Crédito con Aval del Estado y lo complementará con la Beca Bicentenario.

¿Trabajó durante el verano?: No

 

 

Karen Galleguillos

Karen Galleguillos

Colegio: Liceo Comercial República de Brasil, de Peñaflor.

NEM: 6,6 / Promedio PSU: 504

¿Qué quería estudiar?: Nutrición

¿Dónde se matriculó?: Agente de ventas, mención visitador médico, en CFT Santo Tomás.

¿Cuánto sale la carrera?: $ 990.000 anuales. La pagará Con Beca de Excelencia Académica y Trabajo de medio tiempo.

¿Trabajó durante el verano?: Sí, como vendedora en una tienda PreUnic.

 

 

Iván Silva

Iván Silva

Colegio: Centro Educacional Eduardo de la Barra, de Peñalolén.

NEM: 6,4 / Promedio PSU: 480

¿Qué quería estudiar?: Ingeniería Civil en la U. Católica.

¿Dónde se matriculó?: Topografía en el Inacap.

¿Cuánto sale la carrera?: $130.000 mensuales. la pagará con Crédito con aval del BancoEstado y Beca de Excelencia Académica.

¿Trabajó durante el verano?: No

¿De qué meritocracia me hablan? (tres meses después)

Patricio Ibáñez

Patricio Ibáñez

Colegio: Liceo Andrés Bello, de San Miguel.

NEM: 6,4 / Promedio PSU: 672

¿Qué quería estudiar?: Ingeniería Civil Industrial en la U. de Chile.

¿Dónde se matriculó?: Ingeniería Civil Industrial en la Universidad Técnica Federico Santa María.

¿Cuánto sale la carrera?: $3.030.000 anuales. la pagará su padre.

¿Trabajó durante el verano?: Sí, sólo en empleos temporales.

Andrés Miranda

Andrés Miranda

Colegio: Liceo Erasmo Escala Arriagada, de Peñalolén.

NEM: 6,0 / Promedio PSU: 524

¿Qué quería estudiar?: Estudios Internacionales.

¿Dónde se matriculó?: Bachillerato en la U. de Concepción.

¿Cuánto sale la carrera?: $1.548.000 anuales. la pagará con Beca de Excelencia Académica y ayuda del Fondo Solidario.

¿Trabajó durante el verano?: Sí, en la bodega de una empresa automotriz.

Jael Zey Zúñiga

Jael Zey Zúñiga

Colegio: Liceo Christa Mc Auliffe, de El Bosque.

NEM: 6,5 / Promedio PSU: 559,5

¿Qué quería estudiar?: Fonoaudiología

¿Dónde se matriculó?: Nutrición y dietética en el IPE Chile.

¿Cuánto sale la carrera?: $1.140.000 anuales. la pagará Con Crédito con Aval del Estado. El resto lo pagarán sus padres.

¿Trabajó durante el verano?: No

Marcela Salas

Marcela Salas

Colegio: Centro Educacional Mariano Latorre, de La Pintana.

NEM: 6,2 / Promedio PSU: 352

¿Qué quería estudiar?: Nada. Quiere terminar su práctica de cocinera.

¿Dónde se matriculó?: No se matriculó en ninguna carrera.

¿Trabajó durante el verano?: Sí, en su práctica de cocina en un local Le Fournil de Vitacura. En marzo pretende buscar un nuevo trabajo.

Claudio Soto

Claudio Soto

Colegio: Centro Educacional Municipal San Joaquín.

NEM: 6,3 / Promedio PSU: 512,5

¿Qué quería estudiar?: Algo relacionado a la electrónica

¿Dónde se matriculó?: Ing. Civil en electrónica en la Universidad Iberoamericana.

¿Cuánto sale la carrera?: $1.800.000 anuales. la pagará con Crédito con Aval del Estado.

¿Trabajó durante el verano?: No

¿De qué meritocracia me hablan? (tres meses después)

María Soledad Cheuquelaf

María Soledad Cheuquelaf

Colegio: Centro Educacional Valle Hermoso, de Peñalolén.

NEM: 5,6 / Promedio PSU: 500,5

¿Qué quería estudiar?: Ingeniería forestal.

¿Dónde se matriculó?: No se matriculó en ninguna carrera.

¿Trabajó durante el verano?: Sí, en su práctica en la mesa de ayuda de iConstruye, recibiendo llamados e ingresando datos.

César Alarcón

César Alarcón

Colegio: Complejo Educacional Pedro Prado, de Lo Prado.

NEM: 6,8 / Promedio PSU: 545

¿Qué quería estudiar?: No sabía

¿Dónde se matriculó?: Bachillerato en Ciencias y Humanidades en la Usach.

¿Cuánto sale la carrera?: $2.452.400 anuales. la pagará con beca entregada por la Usach por asistir al propedéutico. Le cubre el 100% del arancel.

¿Trabajó durante el verano?: No

Exequiel Cerda

Exequiel Cerda

Colegio: Liceo Polivalente Municipalizado de Lo Espejo.

NEM: 6,4 / Promedio PSU: 543,5

¿Qué quería estudiar?: Derecho en la U. de Chile.

¿Dónde se matriculó?: Técnico Jurídico en el AIEP.

¿Cuánto sale la carrera?: $78.000 mensuales, con matrícula incluida. La pagará trabajando y con ayuda de su madre.

¿Trabajó durante el verano?: Sí, los domingos como reponedor en Ripley.

David Moscoso

David Moscoso

Colegio: Liceo Alcalde Gonzálo Pérez Llona, de Maipú.

NEM: 6,7 / Promedio PSU: 607

¿Qué quería estudiar?: Ingeniería en Minas.

¿Dónde se matriculó?: No se matriculó en nada.

¿Trabajó durante el verano?: No, pero va a matricularse en el Preuniversitario Pedro de Valdivia. Lo pagará su madre.

Patricia Soto

Patricia Soto

Colegio: Liceo Comercial República de Brasil, de Peñaflor.

NEM: 6,3 / Promedio PSU: 485,5

¿Qué quería estudiar?: Algo relacionado con arte.

¿Dónde se matriculó?: No se matriculó en nada.

¿Trabajó durante el verano?: Sí, haciendo la práctica como secretaria.

¿De qué meritocracia me hablan? (tres meses después)

Denisse Balboa

Denisse Balboa

Colegio: Liceo Christa Mc Auliffe, de El Bosque.

NEM: 6,6 / Promedio PSU: 559

¿Qué quería estudiar?: En la Escuela de Especialidades de la Fach.

¿Dónde se matriculó?: No se matriculó en nada. Esperará cumplir 18 para postular a la Fach.

¿Trabajó durante el verano?: No

Belén Moreno

Belén Moreno

Colegio: Liceo Polivalente Los Héroes, de la concepción de Cerro Navia.

NEM: 6,2 / Promedio PSU: 517

¿Qué quería estudiar?: Kinesiología en la U. de Chile.

¿Dónde se matriculó?: Terapia ocupacional, Universidad de las Américas.

¿Cuánto sale la carrera?: $2.600.000 anuales. la pagará con Crédito con Aval del Estado y Beca de Excelencia Académica.

¿Trabajó durante el verano?: No

Valeria Berríos

Valeria Berríos

Colegio: Liceo Reino de Dinamarca, de Maipú.

NEM: 5,6 / Promedio PSU: 468,5

¿Qué quería estudiar?: Gastronomía Internacional.

¿Dónde se matriculó?: Hará un curso de gastronomía en el Instituto Icel.

¿Cuánto sale la carrera?: $69.900 mensuales. la pagará trabajando y con la ayuda de sus padres.

¿Trabajó durante el verano?: no

Juan Toro

Juan Toro

Colegio: Liceo Erasmo Escala Arriagada, de Peñalolén.

NEM: 5,7 / Promedio PSU: 570

¿Qué quería estudiar?: Ingeniería Naval en la Universidad Austral.

¿Dónde se matriculó?: No se matriculó en nada. Ingresará al servicio militar en marzo.

¿Trabajó durante el verano?: No

Yesenia Cruz

Yesenia Cruz

Colegio: Liceo Enrique Backausse, de Pedro Aguirre Cerda.

NEM: 6,6 / Promedio PSU: 574

¿Qué quería estudiar?: Enfermería

¿Dónde se matriculó?: Obstetricia en U. Autónoma de Chile.

¿Cuánto sale la carrera?: $2.480.000 anuales. la pagará Con Beca de Excelencia Académica y un Crédito con Aval del Estado.

¿Trabajó durante el verano?: No

¿De qué meritocracia me hablan? (tres meses después)

Luis Miguel Carreño

Luis Miguel Carreño

Colegio: Liceo Diego Aracena, de Lo Barnechea.

NEM: 6,2 / Promedio PSU: 532

¿Qué quería estudiar?: Contador auditor.

¿Dónde se matriculó?: Escuela de contadores auditores.

¿Cuánto sale la carrera?: $1.500.000 anuales. la pagará con beca de la escuela de 50% del arancel por su excelencia académica. también espera beca de su municipalidad.

¿Trabajó durante el verano?: No

José Francisco Yáñez

José Francisco Yáñez

Colegio: Centro Educacional Municipal De San Ramón.

NEM: 6,9 / Promedio PSU: 581

¿Qué quería estudiar?: No sabía

¿Dónde se matriculó?: Bachillerato en Ciencias y Humanidades, en la Usach.

¿Cuánto sale la carrera?: $2.452.400 anuales. la pagará con Beca Bicentenario que le cubre el valor del arancel referencial.

¿Trabajó durante el verano?: No

Valeria Campos

Valeria Campos

Colegio: Liceo Polivalente Los Héroes de la Concepción, de Cerro Navia.

NEM: 6,6 / Promedio PSU: 532,5

¿Qué quería estudiar?: Ingeniería en Prevención de Riesgos.

¿Dónde se matriculó?: Bachillerato en Humanidades, en la Universidad Alberto Hurtado.

¿Cuánto sale la carrera?: $2.250.000 anuales. la pagará con beca de Excelencia Académica y beca de la UAH por haber aprobado el propedéutico.

¿Trabajó durante el verano?: No

Mirko Osorio

Mirko Osorio

Colegio: Centro Educacional Mariano Latorre, de La Pintana.

NEM: 6,1 / Promedio PSU: 520,5

¿Qué quería estudiar?: Mecánica

¿Dónde se matriculó?: Ingeniería en Mecánica Automotriz, en el Inacap.

¿Cuánto sale la carrera?: $1.300.000 anuales. la pagará Con Crédito del fondo solidario.

¿Trabajó durante el verano?: Sí, realizando su práctica como mecánico en el Servicio Técnico Autokai.

Katherine Córdova

Katherine Córdova

Colegio: Centro Educacional Purkuyen, de San Ramón.

NEM: 5,8 / Promedio PSU: 511,5

¿Qué quería estudiar?: Técnica en Administración en el Duoc.

¿Dónde se matriculó?: Administración de ventas en el Duoc, vespertino.

¿Cuánto sale la carrera?: $107.000 mensuales. la pagará con Crédito con Aval del Estado.

¿Trabajó durante el verano?: Sí, realizando su práctica profesional en la tienda Johnson's.

¿De qué meritocracia me hablan? (tres meses después)

Claudia Campos

Claudia Campos

Colegio: Liceo Antonio Hermida Fabres, de Peñalolén.

NEM: 6,7 / Promedio PSU: 595,5

¿Qué quería estudiar?: Ciencias.

¿Dónde se matriculó?: Ingeniería Civil Química en la Usach.

¿Cuánto sale la carrera?: $2.900.000 anuales. la pagará Con Beca Bicentenario. Además, le aprobaron un Crédito con Aval del Estado.

¿Trabajó durante el verano?: No

Angélica Fernández

Angélica Fernández

Colegio: Liceo Betsabé Hormazábal de Alarcón, de San Miguel.

NEM: 6,4 / Promedio PSU: 573,5

¿Qué quería estudiar?: Medicina

¿Dónde se matriculó?: No se matriculó en nada. Pero pretende realizar un preuniversitario que Será financiado por sus padres.

¿Trabajó durante el verano?: No

Mario Vergara Fernández

Mario Vergara Fernández

Colegio: Liceo San Jerónimo, de Puente Alto.

NEM: 6,7 / Promedio PSU: 685

¿Qué quería estudiar?: Ingeniería en Minas.

¿Dónde se matriculó?: Ingeniería Civil en Minas en la Usach.

¿Cuánto sale la carrera?: $2.900.000 anuales. la pagará con Beca Bicentenario y Crédito del fondo solidario.

¿Trabajó durante el verano?: No

Dominique Díaz

Dominique Díaz

Colegio: Liceo Polivalente Héroes de La Concepción, de Cerro Navia.

NEM: 5,8 / Promedio PSU: 510,5

¿Qué quería estudiar?: Licenciatura en Inglés.

¿Dónde se matriculó?: Lengua y literatura inglesa en la Universidad Arcis.

¿Cuánto sale la carrera?: $1.629.000 anuales. La pagará con beca que le consiguieron los sacerdotes del preuniversitario San Albano.

¿Trabajó durante el verano?: Sólo en diciembre. ahora está buscando.

Investigación y textos: Camila Bonilla, Natalia Cabrera, Alejandra Cooper, Andrew Chernin y Valentina Grimberg // Fotos: José Miguel Méndez y Juan Pablo Sierra

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