Por Ceina Iberti Diciembre 19, 2009

Formación general

En nuestro país, el sistema de College recién comienza, pero no ha sido fruto del mero entusiasmo, sino de la constatación de hacia dónde debe marchar la educación universitaria.

Por Pedro Pablo Rosso*

A los jóvenes que deben escoger dónde estudiar, les recomendaría preferir instituciones que, además de asegurarles una buena formación profesional, les permitirán explorar otras áreas del conocimiento. Incluso, cambiar de carrera si fuera necesario, y sin ser penalizados económicamente o con la pérdida de un año o de un semestre. Al igual que un viajero experimentado, que jamás se embarca en un all inclusive, cuando se trata de escoger universidad, los postulantes -con o sin dudas vocacionales- deberían preferir instituciones que ofrecen espacios de formación general que les permitan conocer otras disciplinas y enriquecer la mirada especializada sin abandonar aquella carrera de ingreso. Desgraciadamente, en nuestro país no abundan las ofertas de ese tipo.

En contraste con los países del mundo anglosajón, donde los estudios universitarios se inician en un College, que exige dos años completos de formación general antes de enfocarse en un área determinada del conocimiento, la educación superior chilena fuerza a elegir una carrera profesional desde un comienzo, y con planes de estudio muy rígidos.

En nuestro país, el sistema de College recién comienza, pero no ha sido fruto del mero entusiasmo, sino de la constatación de hacia dónde debe marchar la educación universitaria. La experiencia indica que la formación general promueve el desarrollo integral del estudiante, aportando competencias imprescindibles en el mundo actual, como son el pensamiento crítico, las habilidades de comunicación, la capacidad de trabajar en equipo y el dominio de otro idioma. Actualmente, los mercados laborales mantienen una alta demanda por profesionales especializados, pero que además cuenten con estas competencias "transversales".

Es cada vez más frecuente que aquellas personas que destacan en diversos campos han recibido una buena formación general o han explorado otros ámbitos del conocimiento durante su vida universitaria. Está el caso de la norteamericana Elinor Ostrom, Premio Nobel de Economía 2009 por sus estudios sobre la administración de los bienes comunes (recursos hídricos, pesqueros o madereros, entre otros). La disciplina "madre" de Elinor Ostrom no fue, sin embargo, la economía, sino el campo de la ciencia política, donde partió su trabajo como investigadora. El sudafricano Emanuel Derman, una de las estrellas de la ingeniería financiera de Wall Street, inició su carrera como físico y fue quien abrió todo un mercado laboral para los doctores en ciencias e ingeniería en el mundo bursátil. Ejemplos de este tipo también existen en nuestro país: Rafael Guilisasti, actual presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio, estudió Historia antes de iniciar su carrera empresarial.

Este modelo de formación general, sin embargo, debe darse ojalá en una universidad que dicte la mayor gama de carreras y con el más alto grado de profundidad; es decir, en una institución que tenga impacto en investigación. En nuestro país son pocas las universidades con estas características, entre ellas las que integran la Red Universitaria Cruz del Sur y algunas universidades del Estado. Si un alumno quiere información relevante al respecto, debería fijarse en la cantidad de académicos-investigadores y en el número de programas de doctorado con que cuenta la institución. Las mejores universidades del mundo se dedican intensivamente a la investigación y a la formación de doctores (PhD). Eso garantiza un ambiente de formación más rico, variado y estimulante: con profesores que producen conocimiento y que no sólo reproducen lo que está en los libros.

*Rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile

Momento de decisión

José Rodríguez

Se trata de una decisión nada de fácil, considerando la variedad de la oferta y el abanico de áreas de desarrollo que se imparten tanto en universidades como en centro de formación técnica e institutos.

Por José Rodríguez*

Chile está en un momento de decisiones. Acabamos de conocer los resultados de la primera vuelta de la elección presidencial y nos preparamos para optar por quien encabezará los destinos de nuestro país.

También es un momento de decidir para miles de jóvenes que, ya conocidos los resultados de la PSU, deberán elegir qué estudiar, dónde hacerlo y cuáles son los beneficios que cada universidad ofrece para financiar una carrera.

Una decisión nada fácil, considerando la variedad de la oferta y el abanico de áreas de desarrollo que se imparten, tanto en universidades como en centros de formación técnica e institutos profesionales. Sin embargo, los jóvenes de hoy tienen más acceso a la información, gracias al desarrollo de las tecnologías de la información que permiten conocer contenidos con sólo un clic. Situación que los jóvenes de hace 30 años no tuvimos la posibilidad de experimentar.

Lo más relevante a la hora de optar es, sin duda, el prestigio y, por ende, la calidad de la institución. Indicadores hay muchos, como los rankings que realizan empresas de investigación de mercados y opinión pública y publicaciones tan relevantes como revista Qué Pasa, que muestran el perfil de los profesionales que las empresas están prefiriendo.

Claramente, están optando por aquellos egresados de las casas de estudios que han construido su prestigio en base a calidad docente, infraestructura, acreditación, colocación laboral -con buenas remuneraciones- y redes de contacto, por sobre quienes egresan de planteles que construyen su marca en base a marketing y publicidad.

Estos planteles prestigiosos son los que han entendido que crear espacios para el fomento de habilidades como el trabajo en equipo, el liderazgo y el emprendimiento será fundamental en el ejercicio profesional. En este contexto, realizar investigación de avanzada, generando nuevo conocimiento, permite a las casas de estudio posicionarse en el contexto internacional, aportando capital humano de excelencia, contribuyendo al crecimiento y riqueza del país.

Otro aspecto relevante es la infraestructura. Contar con laboratorios bien implementados y equipados, áreas verdes, espacios deportivos, instalaciones de recreación y extensión cultural otorgan una estadía satisfactoria que permite a los alumnos preocuparse de lo primordial: estudiar. Y también una variada oferta de actividades extraprogramáticas y de servicio social.

En este mundo globalizado, el acceso a la tecnología y a las redes del conocimiento es vital. Contar con redes inalámbricas, sistemas computacionales de última tecnología, manejo de redes y elementos multimedia para fortalecer los contenidos del aula es primordial.

La internacionalización es otro factor a considerar. Es importante que el plantel escogido tenga convenios con centros de investigación que se encuentren trabajando en áreas de especial relevancia: la biotecnología, la minería, la energía, el transporte son sólo algunas materias en las que se debe ser competitivo; y para ello, una red de intercambios, pasantías y doble titulación, permite expandir los horizontes y plantear soluciones integrales a problemas globales.

Sobre los beneficios, hay que informarse al momento de postular, pues si bien la educación superior implica un esfuerzo monetario para las familias, existen alternativas que entregan las casas de estudio, el gobierno y entidades privadas. Conocer las opciones es fundamental para estudiar sin problemas y tener una estadía confortable.

*Rector Universidad Técnica Federico Santa María

Postulaciones 2010

Cómo ser un buen alumno

Elige la mejor universidad que puedas. Una vez que estés ahí, lucha por ser uno de sus mejores alumnos.

Por Andrés Benítez*

Soy un convencido de que los alumnos, en general, tienen una idea bastante clara acerca de cuáles son las buenas universidades en la especialidad que les interesa estudiar. De hecho basta mirar que en el mismo ranking de Qué Pasa, las universidades de mayor prestigio son precisamente las que tienen mejores alumnos, medidos por el puntaje PSU.

Lo que no se sabe, o se sabe menos, es cómo ser un buen alumno. Porque una cosa es clara: no basta con entrar a una buena universidad para ser un buen profesional. La evidencia empírica nos demuestra a diario que ello no es correcto.

Entonces, me gustaría concentrarme en lo que a mi juicio es uno de los grandes desafíos de los jóvenes hoy: cómo ser un alumno de excelencia en la universidad por la que opté o en la que quedé. Ojo con esto, no quiero decir que la elección de la casa de estudio es un tema menor. Por el contrario, la probabilidad de tener éxito profesional es mayor en las universidades con mejores alumnos. Esto por una razón muy simple: un curso de alumnos bien preparados, motivados por aprender y con hábitos de estudio, genera un círculo virtuoso. Crea un ambiente de exigencia para ellos, sus profesores, y para la misma universidad, que permanentemente tiene que adecuar sus estándares a los más altos niveles.

La pregunta es cómo formar parte de ese selecto grupo de alumnos. Lo primero que hay que tener en cuenta es que la experiencia universitaria es totalmente distinta a la escolar. Por lo pronto estamos hablando de un ambiente de libertad donde la responsabilidad por asistir a clases o estudiar, recae en el alumno. Los padres ya no juegan un rol controlador, o es muy bajo, y las universidades no andan siguiendo a sus estudiantes como en el colegio. El manejo responsable de la libertad es fundamental para el éxito universitario.

Segundo, un buen alumno generalmente está asociado a un buen grupo de estudio. En la universidad no se estudia solo y mientras antes uno logre conformar un buen grupo, mejor. Y para lograrlo, la receta es simple: hay que ser responsable, estudioso y cumplir con las tareas que se asignan.

Tercero, los mejores alumnos persiguen a los profesores más exigentes, aquellos de los que la mayoría arranca. Como todo en la vida, el camino difícil siempre trae recompensas.

Cuarto, los buenos alumnos se destacan al menos en un área. En otras palabras, son los mejores. Si son estudiantes de Ingeniería Comercial, por ejemplo, podrán destacar en los ramos de economía, o de finanzas, o los matemáticos.

Quinto, los mejores son siempre ayudantes de algún ramo. Esto significa que al menos un profesor confió en ellos para ser parte de su equipo. En general, los ayudantes conforman la casta superior entre los alumnos de las universidades.

Éstas son algunas de las características académicas con las que cuentan los alumnos destacados en las universidades. La lista, eso sí, hay que complementarla con otras cualidades, de las cuales mencionaré dos. La primera es participar. Las buenas universidades se caracterizan también por tener una vida muy activa en sus campus. Asistir a las charlas, participar de clubes de especialidad con profesores, de los trabajos de invierno, de los centros de alumnos u otros es parte fundamental de la experiencia universitaria.

Finalmente, está la idea de aprovechar todos los espacios de diversidad intelectual que ofrece una buena universidad. Desafiar las ideas propias, contrastarlas sin temor, es parte de la riqueza de este período.

En definitiva: elige la mejor universidad que puedas. Una vez que estés ahí, lucha por ser uno de sus mejores alumnos.

*Rector Universidad Adolfo Ibáñez

Apostar por la diversidad

Juan Manuel Zolezzi

Se trata de uno de los atributos fundamentales de la formación universitaria. Es dentro de un espacio educativo diverso y tolerante donde los jóvenes podrán desarrollarse a plenitud.

Por Juan Manuel Zolezzi*

La elección de universidad es una de las decisiones más importantes en la vida de un estudiante. Esta decisión abrirá las puertas al conocimiento, pero también a diversas experiencias que trascienden el proceso educativo formal. Durante esta etapa, los jóvenes se verán enfrentados a múltiples estímulos que cambiarán para siempre su forma de pensar, sentir e interactuar, formándose a plenitud como personas y profesionales.

La diversidad es, sin duda, uno de los atributos fundamentales de la formación universitaria. La vida universitaria, tal como lo indica la palabra, debe ofrecer a las personas perspectivas sociales, culturales y políticas diversas, permitiendo que tanto dentro de las aulas como fuera de ellas coexistan miradas heterogéneas sobre la vida y la sociedad. Es dentro de un espacio educativo diverso y tolerante donde los jóvenes chilenos podrán desarrollarse a plenitud.

La inclusión educativa es otro factor a considerar en la elección de una institución académica. Las buenas universidades tienen la capacidad de atraer a estudiantes talentosos que han tenido menores oportunidades educativas. En un país educativamente segregado como el nuestro, una universidad de calidad está llamada a reducir las brechas sociales, haciendo que una formación secundaria deficitaria no sea una barrera para el éxito universitario.

Un cuerpo académico competente es también otro elemento relevante. La formación del cuerpo docente, así como también su vocación docente, deben ser atributos significativos al momento de escoger entre alternativas universitarias diversas. El proceso formativo requiere tiempo, disposición e interacciones significativas entre estudiantes y académicos. No hay nada más alejado del ideal universitario como la falta de oportunidades de encuentro y dialogo académico.

La capacidad de investigación, innovación y desarrollo en una universidad es un atributo diferenciador en la formación. Un estudiante expuesto a estos estímulos desarrollará mayores competencias profesionales que le permitirán destacarse dentro un sistema educativo cada vez más competitivo. Por ello, es importante conocer la capacidad y proyección de las instituciones académicas en esta materia. Una institución sin I+D+I no debiese llamarse universidad.

Es innegable que los recursos educativos son otro elemento a considerar al momento de escoger una universidad. Las instituciones educativas de calidad ofrecen buenas bibliotecas y laboratorios, ya que son estos recursos los que potencian el verdadero aprendizaje.  Hago un llamado a los estudiantes a informarse sobre los recursos educativos más significativos y a no dejarse engañar por una publicidad superficial que olvida los aspectos fundamentales de la enseñanza.

La formación general es otro de los elementos a considerar al momento de escoger una institución universitaria. Una universidad debe ofrecer actividades culturales, sociales y deportivas que expongan a los estudiantes a una formación comprensiva. Las universidades de mayor calidad ofrecen oportunidades formativas extracurriculares ya que comprenden que la educación universitaria debe ser integral o integradora.

Finalmente, creo que una universidad debe convocar a los estudiantes a soñar con un país mejor; es decir, con un país más integrado y justo. La formación universitaria debe estar al servicio de la sociedad, ofreciendo oportunidades educativas transformadoras. Para ello, los estudiantes deben sentirse invitados como protagonistas y líderes de su propio aprendizaje y no como meros receptores de un conocimiento.

*Rector Universidad de Santiago de Chile

Cifras para tener en cuenta

De los más de cien mil estudiantes que en 2008 se matricularon en una de las 60 carreras universitarias analizadas por Futuro Laboral, diez programas concentraron el 49% de las matrículas de primer año. Entre los cinco primeros lugares destaca Derecho (8,8%); Ingeniería Comercial (7,1%); Kinesiología (6,0%); Enfermería (5,7%) y Psicología (4,8%). Le siguen Pedagogía en Educación Física, Ingeniería Civil Industrial, Pedagogía en Idiomas, Servicio Social y Contador.

Pese a que son carreras altamente demandadas, Derecho e Ingeniería Comercial forman parte también del grupo de profesiones que tiene una mejor proyección salarial en el tiempo. Pero, no sólo eso. También presentan las tasas de retorno más altas del sistema universitario. Es decir, si se compara la rentabilidad obtenida por el dinero invertido en aranceles y matrículas, ésta será mayor que la que se puede obtener depositando esa misma cantidad en un banco.

Mientras la rentabilidad promedio para las carreras universitarias es de 16%, Ingeniería Comercial es la que tiene la más alta tasa de retorno, con un 30%. Entre los factores que afectan la rentabilidad está el tiempo  que un alumno tarda en titularse. Según Futuro Laboral, en profesiones como Geología -que tiene una duración en el papel de 12 semestres-, los alumnos tardan en promedio 20,8 semestres en finalizar sus estudios, poco más de 10 años en sacar su título. Algo similar ocurre con Ingeniería Civil en Obras Civiles, Ingeniería Electrónica, Ingeniería Civil en Química o Derecho. En todas ellas, los alumnos se demoran en promedio 9 años en ingresar formalmente al mercado laboral.

Para calcular las profesiones que tienen mayores ingresos -como se muestra en los gráficos de estas páginas-, los investigadores de Futuro Laboral trabajaron con las generaciones de alumnos que obtuvieron su título durante los años 2000-2001, mientras que para medir la empleabilidad -la probabilidad de encontrar empleo remunerado al primer y segundo año de la titulación- se consideró a los alumnos egresados en 2005-2006.

Si bien las remuneraciones promedio sirven para distinguir las carreras que tienen altos y bajos ingresos, hay que tener en cuenta que, en el transcurso  del tiempo, cambios en la demanda y la oferta pueden variar el sueldo que percibirán los futuros titulados de cada carrera.

Las 20 carreras con mayores ingresos promedio al 5º año de titulados

Las 20 carreras con menos ingresos promedio al 5º año de titulados

Las 20 carreras con mayor empleabilidad

Las 20 carreras con menor empleabilidad

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