Por quepasa_admin Octubre 17, 2009

Según se observa en los resultados de la encuesta, en los temas políticos, los jóvenes muestran un perfil más progresista sólo en aquellas materias con que se vinculan de manera directa. De este modo, son abrumadoramente partidarios de que la educación superior sea gratuita: el 92% está de acuerdo. Una cifra igualmente alta es la que genera la inscripción automática en los registros electorales y el voto voluntario: el 73% de los jóvenes concuerda con esta iniciativa. La cifra contrasta eso sí con los datos referidos a su interés en votar: el 43% dice no estar dispuesto a participar en futuros comicios.

Aunque mayoritariamente están de acuerdo con una disminución en el presupuesto de las Fuerzas Armadas, ello no afecta la lealtad que los jóvenes dicen sentir hacia la patria. Muestra de ello es que están muy poco dispuestos a ceder soberanía marítima a Bolivia: apenas el 16% se declara partidario de hacerlo, cifra mayor que las exhibidas en otros sondeos sobre la materia (Por ejemplo, el de La Tercera, donde el 69% se manifestó en desacuerdo o muy en desacuerdo con la cesión de mar). Por otra parte, el 57% estaría dispuesto a combatir por Chile en caso de una guerra. Esta tendencia es significativamente más alta entre los hombres (70%) que entre las mujeres (43%) y bastante transversal en términos socioeconómicos (los más dispuestos a combatir son los pertenecientes al C2 y al D).

En temas como la relación con los inmigrantes, los jóvenes se muestran mayoritariamente conservadores. Así, 62% plantea estar en desacuerdo con que se entreguen más facilidades a los extranjeros que deseen trabajar en Chile.

Otro aspecto en el que muestran una disposición conservadora es en su postura mayoritaria a favor de la pena de muerte: el 56% de los entrevistados declara estar de acuerdo con que se aplique esta sanción en Chile.

En aquellas materias que están relacionadas con el ámbito de acción del Estado, los jóvenes muestran un posicionamiento fuertemente estatista, similar al que expresan los adultos en otros estudios de opinión pública. Cerca de tres de cada cuatro jóvenes son partidarios de que sea el Estado el que se haga cargo del sistema de salud y del transporte público. También creen que los colegios municipales deberían tener una administración estatal y que debería crearse una AFP pública. En la misma línea, aproximadamente dos de cada tres se oponen a la privatización de Codelco.

Los resultados guardan sentido con las demandas estudiantiles que se expresaron en la llamada revolución pingüina de 2006. En dicha movilización, las peticiones de los jóvenes se relacionaron en gran medida con la expansión de las responsabilidades del Estado en materia educativa. Esto se puede asociar a la búsqueda de protección por parte de este grupo, el que se percibe a sí mismo con un alto grado de desamparo.

Al analizar estos indicadores por nivel socioeconómico, se ve que los jóvenes de los estratos más bajos son los que se muestran más partidarios de una expansión del Estado. Del mismo modo, las mujeres también están fuertemente a favor del rol del Estado -en mayor grado que los hombres-, lo cual también da cuenta de una condición de mayor precariedad.

Esta mentalidad estatista no se condice con la adhesión electoral (ver páginas 28 a 31), donde ME-O y Piñera acaparan las preferencias, en desmedro de los candidatos que han enarbolado un discurso mucho más pro Estado, como Eduardo Frei y, sobre todo, Jorge Arrate.

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