La baja participación de los jóvenes en el ámbito político tiene su contracara en las actividades relacionadas con temas ciudadanos. El sondeo muestra que el 60% de ellos participó durante el último año en al menos una iniciativa de este tipo, cifra que es muy superior al 22% de los encuestados que están inscritos en los registros electorales y al 19% que afirma que está "muy dispuesto" a votar en futuras elecciones.

En primer lugar, destacan las actividades de las organizaciones estudiantiles, las que fueron mencionadas por el 28% de los encuestados. Más atrás, se ubicaron las actividades de grupos religiosos (23%) y las acciones de protección del medio ambiente (19%).

De lo anterior se infiere que el espacio dejado por la política está siendo ocupado por otras instancias, como la defensa del medio ambiente, las actividades religiosas y organizaciones estudiantiles, todas cada vez más lejanas a los partidos políticos. La apatía juvenil, entonces, se vincula específicamente al ámbito político tradicional. ¿Serán capaces los políticos de leer esta situación y volver a encantar a jóvenes que a partir de la próxima elección tendrán derecho a voto y podrían transformarse en un actor decisivo?

Al igual que la participación política, las actividades vinculadas a temas ciudadanos son más características de los grupos de altos ingresos, con la gran excepción de acciones vinculadas al barrio, donde los niveles socioeconómicos más bajos muestran mayor participación.

Al definir a qué vía recurren para manifestar sus opiniones e ideas, los resultados refuerzan la hipótesis acerca del fuerte uso que hacen los jóvenes de los medios digitales. De las cinco principales formas de expresión en el espacio público, cuatro de ellas están vinculadas a las nuevas tecnologías: correos electrónicos, blogs, redes sociales y mensajes de texto en celulares. Estas alternativas sólo son superadas por las reuniones en lugares públicos con grupos afines.

Es interesante observar que los medios tradicionales de participación en el espacio público son escasamente usados. Por ejemplo, sólo el 10% dice haber participado en foros sobre temas políticos y 11% se ha reunido con autoridades o firmado petitorios. Sin embargo, entre los jóvenes de 18 y 19 años las manifestaciones en la vía pública alcanzan al 26%, superando al resto de los  encuestados.

Cuando se pregunta por las acciones ciudadanas que desean realizar en el futuro, lidera el medio ambiente con el 55% (más fuerte en los sectores altos).

Además, las respuestas a esa pregunta muestran una situación curiosa: las áreas en que hoy los jóvenes participan con cierta discreción, se visualizan en el futuro con mucho mayor participación. Un buen ejemplo es el voluntariado social. Aunque hoy apenas un 18% reconoce llevarlo a cabo, el 54% está dispuesto a realizarlo en el futuro. ¿Es, entonces, un asunto más de buenas intenciones que de acción concreta?

El caso contrario es el de la participación en grupos religiosos. Si en los últimos 12 meses el 23% reconoce participar en ellos, en el futuro la cifra sólo alcanza al 16% entre los que aún no lo han hecho.

 Un mito que la encuesta derriba es que la discusión respecto a la píldora del día después concentra la atención de los jóvenes y es capaz de movilizarlos. Respecto a este tema, que ha sido debate nacional y agenda permanente de los partidos, sólo el 6% de los encuestados ha participado en manfiestaciones en contra de su prohibición y el 36% estaría dispuesto a hacerlo en el futuro. Y eso que -como se ve en las páginas siguientes - el 73% de ellos está de acuerdo con la entrega de la píldora en el sistema público. Una vez más, son más los jóvenes que comparten una idea que los dispuestos a participar en acciones para defenderla.