Por Michelle Chapochnick, desde Bolivia Septiembre 12, 2009

Alejandro Schayman me mira a los ojos, sin vergüenza ni preocupación.     

-¿Quieres jugo de limón?-, me pregunta. Y sonríe.

Viste jeans celeste, camisa de manga corta y sandalias. Ropa relajada, acorde al lugar donde vive escondido desde el 10 de agosto del 2009, un día después de su cumpleaños número 46. Está más flaco y bronceado. Parece despreocupado, salvo cuando pregunta: ¿alguien más sabe que estás acá?

El boliviano Alejandro Schayman está prófugo de la justicia chilena. Lo acusan de asesinar a golpes a su hija Tamara. El 4 de septiembre pasado la jueza del 34º Juzgado del Crímen de Santiago, Cheryl Fernández, pidió su extradición. Interpol está tras sus pasos.

La familia de Schayman ha decidido que él dé su versión. Es su primera entrevista desde la clandestinidad. No debo saber de antemano su paradero. Viajo desde La Paz hasta un pequeño caserío de Bolivia, en plena selva. Una vez en el lugar, un desconocido y una avioneta privada me están esperando. Entonces me trasladan hasta el nuevo hogar del boliviano. Me recibe en un descampado, a la entrada de un fundo. Hay animales a nuestro alrededor.

Schayman se encuentra de buen ánimo. Bromea y constantemente pone en juego sus contradicciones y sus logros económicos. No podemos mostrar su nuevo aspecto -desea estar "menos reconocible" por si decide cambiar de escondite-, pero en un momento -aunque a posteriori cambiaría de opinión- acepta sacarse una foto frente a la avioneta que me llevó hasta él. "Sería bueno para que sepan que me ha ido bien. No me importa que piensen que me estoy dando la gran vida, aunque no es así", dice.

El 29 de julio del 2009 la Corte de Apelaciones lo condenó a presidio perpetuo calificado por el parricidio de su hija Tamara Schayman Kychenthal. La pequeña murió el 11 de junio de 2002. Seis años antes, cuando sólo tenía cuatro meses de edad, ingresó a la Clínica Las Condes con un paro respiratorio y entró en un coma del que nunca despertó. Tenía una fisura en la cabeza, múltiples huesos rotos y hemorragias en gran parte de su cuerpo, atribuibles a golpes proporcionados por terceros. Así consta en el parte médico.

El hombre, originario de La Paz, se autoinculpó. Estaba casado con la chilena Marianne Kychenthal, con quien entonces esperaba otro hijo, el que finalmente tuvo. Pero Schayman nunca conoció.

Fue condenado a 20 años de prisión por parricidio frustrado. Sin embargo, después de estar dos años en la cárcel, obtuvo la libertad condicional. Se hizo empresario y firmaba mensualmente en el Patronato Nacional de Reos.

Desde esa fecha poco se supo de él, hasta el dictamen de julio pasado. Pero Schayman ya estaba lejos: en 2007 huyó de Chile. Por lo que recuerda salió del país rumbo a Perú por un paso fronterizo legal. Nadie lo retuvo por su situación procesal. Luego, se trasladó a su país. Ahí se radicó en Sucre junto a su nueva esposa, una abogada boliviana.

Escapando de Chile

-¿Cómo se enteró de la sentencia de la Corte de Apelaciones que lo condenó a presidio perpetuo calificado por el asesinato de su hija?

-Por las noticias y por un tío que me llamó de Santa Cruz.

-¿Por qué no apeló ante la Corte Suprema chilena?

-No soy culpable. No apelamos, porque no pudimos. Yo estaba en viaje de mi casita en Sucre para acá.

-¿Cuándo decidió escapar de Chile?

-Hace dos años. Tenía una fábrica de chocolates en Chile. Pero cuando una de mis socias me dijo que no quería seguir con el negocio, me dije: "Esto es muy inestable, qué haré ahora". Además, me miré al espejo: estaba muy gordo, más viejo, solo, no tenía nada. Así que le dije a mi abogada que me quería ir. Ella me dijo: "Váyase no más y pelee afuera".

-¿Cómo salió del país?

-Me fui limpiamente, sin problema.

-¿Alguien lo ayudó o acompañó?

-Sí, un familiar.

-¿Hace cuánto tiempo que no firmaba en el Patronato Nacional de Reos?

-Firmé  y me fui.

-¿Habló con alguien para que "no se dieran cuenta" de que usted no estaba firmando?

-No. Recién se dieron cuenta dos años después. Y eso es raro, porque si no firmas en tres meses, te van a buscar.

-¿Y por qué  a usted no lo fueron a buscar? ¿Llegó a "un acuerdo" con alguien?

-No, no me fueron a buscar no más. Yo creo que sabían que me había ido, pero nadie dijo nada.

"Creo que Bolivia me protegerá"

La autoinculpación

Schayman llegó a Chile en 1981 para estudiar Hotelería en el Inacap. Después de pololear siete años, se casó en 1994 con Marianne Kychenthal.

-Usted se autoinculpó del crimen y ahora dice que es inocente. No se entiende.

-Cuando Tamara entró en coma, nos dijeron que era maltrato de terceros. Ahí fui a ver a mis abogados. Ellos me preguntaron: "¿Crees tú que fue Marianne la que maltrató a la niña?". Yo dije que era posible, aunque la verdad es que no creía que hubiera sido ella. Y me dijeron: "Tu mujer es bonita, rubia, de clase alta, con plata. Viene un hijo de ambos en camino. La van a meter presa y dentro de la cárcel la pueden hasta matar, ¿eso quieres para tu mujer?". Yo dije que no. Entonces, agregaron: "Dinos que tú eres el culpable y así liberamos de culpa a Marianne".

-¿Qué hizo después de la conversación con los abogados?

-Hablé con Marianne. Me dijo que se sentía muy alterada psicológicamente por problemas familiares. Entonces, hice la peor tontera de mi vida: volví donde los abogados y les pregunté cómo arreglábamos mi autoinculpación. "No te preocupes -me dijeron-, te declaramos interdicto y en diez días estás fuera".

-¿Se da cuenta de que la historia que lleva repitiendo 13 años suena poco creíble y que eso mismo llevó a los jueces a no tomarla en cuenta y a declararlo culpable de la muerte de su hija?

-Tiene que entender cómo estaban las cosas en 1996: niña maltratada, medio muerta, la culpable podía ser mi mujer, pero estaba esperando otra guagua.

Schayman huyó el 2007 de Chile. Por lo que recuerda salió del país rumbo a Perú por un paso fronterizo legal. Nadie lo retuvo por su situación procesal. Luego, se trasladó a Bolivia. Ahí se radicó en Sucre junto a su nueva esposa, una abogada de ese país.

-Si pensaba que no fue ni Marianne ni usted, ¿por qué no buscó al verdadero culpable?

-Yo acusé a la nana, que dormía todas las noches con la Tammy y que estaba con ella la noche anterior a que la niña ingresara a la clínica. Pero los abogados me pusieron a la Marianne entremedio. Y como yo soy medio tonto y me gusta jugar a ser el Quijote, me autoinculpé y nunca medí las consecuencias. Además, por otro lado, calculé que si metían a Marianne presa yo me quedaría sin plata.

-¿...?

- O sea, mi nivel social se iba a ir para abajo.

-¿También se declaró culpable ante Investigaciones?

-Les dije que le tenía celos a la niña, que tenía sentimientos encontrados, pero que no la maltrataba. Como iba a salir interdicto, supuestamente tenía que mostrar que estaba medio chalado.

-Usted dice que es inocente. Entonces cómo explica que su hija haya muerto producto de múltiples y aberrantes lesiones.

-Ella tenía una enfermedad que empieza atacando los músculos. Cayó en coma porque le entró sangre a la cabeza, porque tenía una fisura ahí. Los primeros cuatro meses de vida estabas manipulando a una bebé que no tenía calcio en los huesos y que los músculos se le estaban deshaciendo.

-¿Y por qué no ha presentado los exámenes que demuestren eso?

-Los hemos entregado durante dos años al 12 Juzgado. Pero no me hicieron caso.

-De acuerdo al proceso, Tamara entró en coma producto de golpes justo después de salir a pasear con usted.

-No fue así. El llamado paseo de la muerte es mentira.

-Pero sí le aparecían moretones después de estar sola con usted…

-No sólo conmigo, con las nanas también.

-Pero pasaba cuando estaba con usted…

-Sí.

-También cuando usted la mudaba.

-Eso pasó una vez. Le puse el pañal y le salieron moretones. Se lo puse muy fuerte. Tamara tenía un control plaquetario muy alto. Ésa es la razón de por qué le aparecían moretones. Pero eso lo supe tiempo después. Era una guagua muy delicada.

-Según el expediente, a la niña le habían sacado algunas uñas…

-Una vez, la estaba secando con la toalla y se le salió la uña del dedo.

-Usted reconoció que tal vez la había dañado al abrazarla muy fuerte.

-Sí, pero eso no significa reventar a alguien. Lo que pasa es que el abrazo del oso en Bolivia y en Chile son distintos. Aquí, en Bolivia, el abrazo del oso es amor, ternura, cariño, amistad.

-¿Qué más dijo en Investigaciones ?

-Que le daba el abrazo del oso, que la tiraba para arriba en el juego del avión, que tenía sentimientos encontrados frente a mi hija, que me recordaba a mi mamá que me insultaba.

-¿Era así?

-Tiene su base.

-Usted ha dicho que su madre no lo quería porque era adoptado.

-Nosotros -yo y mi hermano- somos adoptados. Nunca hubo demostraciones físicas de parte de mi madre. Con ella peleábamos muchísimo, pero nos queríamos mucho.

"Creo que Bolivia me protegerá"

Conductas agresivas

-¿Cómo se llevaba con su ex mujer?

-No nos agarrábamos a patadas, pero teníamos peleas bien fuertes.

-¿Se agredían mutuamente?

-No. Sólo una vez me hizo un arañazo aquí (muestra el cuello). Pero yo era muy fuerte en palabras.

-En el proceso se establece que usted tuvo conductas agresivas. Por ejemplo, que agredió a su propio perro regalón.

-El perro hizo sus necesidades, lo tiré al suelo y le rompí las dos patas. Eso es verdad.

-¿Se  ha tratado de suicidar?

-Sí. Fue por el daño que nos causamos con Marianne cuando éramos novios. Una vez, me tomé como 50 diazepam, pero ella me encontró.

-En el proceso se establece que usted tuvo conductas agresivas. Por ejemplo, que agredió a su propio perro regalón. -El perro hizo sus necesidades, lo tiré al suelo y le rompí las dos patas. Eso es verdad.

-¿Cómo explica que nunca haya intentando ver a su hija Tamara cuando ella estaba internada?

-Una vez entré a la Clínica Santa María a verla y me lo prohibieron porque dijeron que estaba borracho, lo que era mentira. Yo sabía por un médico que seguía en coma, pero no que tenía deformaciones esqueléticas. Me dijeron que ni siquiera se me ocurriera verla: estaba espantosa, terrible.

-Usted no conoce al segundo hijo que tuvo con Marianne Kychenthal. Ya tiene 12 años. ¿Por qué no ha tratado de verlo?

-Él nació cuando yo estaba preso. Tiene otro apellido, el del nuevo marido de Marianne. Nunca he podido verlo, no sé cómo es. Pero me han dicho que es como yo, pero en chiquitito. Yo ahora quería mandar a detectives a tomarle fotografías, pero me dijeron que no hiciera tonteras.

Contactos en Bolivia

-¿Cómo conoció a su actual mujer?

-La conocí por internet como cuatro meses antes de dejar Chile. Mi idea era viajar a La Paz y desde ahí irme a Venezuela. Pero conocí a mi esposa, empezamos a pololear, nos casamos y me quedé aquí.

-¿Le contó que tenía un proceso judicial?

-Sí, le conté todo antes de casarnos.

-¿Trabaja en Bolivia?

-Sí, hago chocolates.

-Hasta hace un mes llevaba una existencia normal: era miembro de Facebook, tenía una activa vida social y era dueño de una fábrica de chocolates, ¿no temía que lo encontraran?

-No. Estaba en Sucre y hacía una vida completamente normal. Mis chocolates estaban en los supermercados de Santa Cruz y de casi todo el país.

-¿Cuándo dejó Sucre?

-Estuve en Sucre hasta hace como un mes.

-¿Desde entonces reside en este lugar?

-Sí. Si hay una orden de captura internacional tengo que tener más cuidado.

-Si es inocente… ¿por qué está prófugo?

-Yo no me fui prófugo de la justicia. Me fui prófugo porque no me dieron carné de identidad en Chile y me estaba muriendo de hambre. En Chile no soy inocente. Pero ya estoy fuera y a Chile no volveré más.

-Pero en Bolivia igual vive escondido...

-Es una injusticia lo que está haciendo Chile. Tengo que tomar precauciones hasta que logre estar protegido en Bolivia. Aquí estoy con gente, en mi casa, con mi esposa. Estoy súperbien, pero muy preocupado por mi fábrica de chocolates.

-¿Cuánto tiempo está dispuesto a estar escondido?

-Unos dos meses más.

-¿Y si su situación no se resuelve de acá a dos meses?

-Sí, se resolverá.

-¿Pero si no logra hacerlo, estaría dispuesto a entregarse?

-No. Estoy dispuesto a seguir esperando el proceso. Pero no me voy a entregar a Chile. En Chile estaba mal, solo, me atacaban en la prensa. Aquí no: tengo una esposa a la que amo, un grupo familiar que me quiere y eso es lo importante.

-¿A pesar de que lo encontraran y lo metieran a la cárcel?

-Eso no pasará.

-¿Por qué está tan convencido de que eso no sucederá? ¿Bolivia lo protegerá?

-Yo creo que sí. Porque aquí tengo los contactos que no tenía en Chile.

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