Por Lorena Rubio, Michelle Chapochnick y Claudia Farfán Agosto 4, 2009

Obligados a desempolvar documentos y antiguos legajos, el candidato de la Alianza Sebastián Piñera y el ex ministro y presidente del Banco Central, Carlos Massad vuelven a estar en veredas equivalentes, pero antagónicas.

La versión dada por la ex ministra del régimen militar Mónica Madariaga, respecto a su supuesta intervención en tribunales para lograr la libertad de Piñera en el caso Banco de Talca, obligó a ambos economistas a revisar una etapa de sus vidas que creían superadas. De pasó, volvió a revivir la forma en que ambos confrontaron este episodio que incluyó el levantamiento de cargos por transgredir la Ley de Bancos, acusaciones de fraude, y las encargatorias de reo de Piñera, Massad y el ex gerente comercial del banco y actual gerente de la División Empresas de BancoEstado, Emiliano Figueroa.

En los últimos días ambos se han enfrentado por la forma en que asumieron el caso, dejando en evidencia que lo ocurrido en el desaparecido banco trizó la amistad que tuvieron desde fines de los 70.

En 1980 Massad se desempeñaba como presidente de la entidad bancaria fundada en la VII Región, mientras que Piñera era gerente general de la institución.

Para llegar a ese puesto el hoy abanderado presidencial, con 29 años de edad, había sido fuertemente promovido por el propio Massad para el cargo ante los dueños del banco -el grupo Calaf-Danioni-, describiendo a la futura adquisición como un joven "brillante y talentoso".

Para el economista de Harvard, el entonces presidente del Talca era un nombre importante: destacado profesional de la DC, casi dos décadas mayor que él, el economista ya había desempeñado un par de cargos internacionales. Su paso por el Banco Central -que presidió en el gobierno de Frei Montalva-, lo había transformado en experto en transacciones bancarias y mercado cambiario.

Por ello, fue casi natural que Massad invitara a Piñera, junto a Joaquín Cordua y Eugenio Mandiola, en 1977, a unirse a la consultora Infinco. La sociedad partió como asesora del Talca y sus miembros fueron después integrándose a la plana ejecutiva de la entidad.

Infinco sería también la predecesora de Bancard, desde donde surgió el negocio de las tarjetas de crédito que volvería millonario a Piñera.

Pero tras sólo 17 meses en el cargo, el economista de Harvard dejó su puesto en un hecho que hasta ahora ha estado rodeado de un halo de misterio, pero que el propio Piñera se encarga de despejar en el expediente del caso (ver recuadro). Luego de hacerse cargo del primer banco de inversiones en Chile -Citicorp- y con una carrera que ya comenzaba a asomar como más que prometedora, a fines de agosto de 1982, en plena crisis bancaria, el juez Luis Correa Bulo interponía una orden de arresto en su contra.

Pese a que el episodio está ad portas de cumplir 27 años, la efervescencia de la campaña presidencial resucitó lo ocurrido en el banco de los Calaf-Danioni e hizo revivir a Massad y Piñera la manera en que cada uno vivió los 24 días que pasaron entre que se divulgara la orden de arresto y el triunfo que obtuvieron en la Suprema , que volvió los hechos a fojas cero y los declaró inocentes. Esos 24 días se convirtieron en el epicentro de los ataques de la Concertación contra el candidato de la Coalición por el Cambio: lo acusaron de evadir la justicia.

¿Dónde estuvo Piñera?

Según relatan amistades del candidato presidencial, el entonces gerente de Citicorp volvía de La Serena, luego de visitar a su tío Bernardino Piñera -entonces obispo de esa ciudad-, cuando un familiar lo alertó de que la justicia lo buscaba. Era el 28 de agosto de 1982 y la noticia -publicada en un matutino de la época- daba cuenta de las órdenes de arresto ordenadas por Correa Bulo, que afectaban al ex gerente del Banco de Talca, a su ex presidente y a Figueroa, quien había sucedido a Piñera en su cargo. Se les acusaba de transgredir dos artículos de la Ley de Bancos y de defraudar a la institución financiera en una serie de operaciones con sociedades vinculadas a los dueños o, derechamente, firmas de papel.

Al llegar a su casa, Piñera se reunió con su esposa, Cecilia Morel, y comenzó a contactar a los abogados más cercanos a su entorno. Un hecho inédito de la causa es que en los primeros días, tras difundirse la orden de arresto, el economista pensó en contratar al penalista Manuel Guzmán Vial, un conocido litigante de la plaza que había asesorado a varios ejecutivos y banqueros a quienes la crisis del 82 había golpeado no sólo financieramente, sino que los había enfrentado a la justicia.

Piñera quería una solución rápida para lo que él consideraba una "injusticia y arbitrariedad", como recuerda un amigo. De ahí que la figura del amparo -algo poco usual para los delitos económicos- comenzó a ser estudiada por su entorno.

¿El problema?. Según esta fuente,  Guzmán Vial no estaba de acuerdo con utilizar este argumento, porque de ser rechazado dejaba al magistrado más fortalecido que al inicio de la investigación. Por ello, el gerente de Citicorp optó por prescindir de la asesoría de Guzmán y acudió a Luis Ortiz Quiroga, quien llevó adelante la presentación del recurso, que se concretó el 3 de septiembre de 1982.

Sin embargo, en tribunales dicen que Piñera no podia contratar a Guzmán, pues éste se desempeñaba en el Consejo de Defensa del Estado, organismo que se hizo parte en el proceso en contra del ex gerente general del Banco de Talca. Además,  afirman que la estrategia jurídica de presentar un recurso de amparo fue ideado por el conocido penalista.

¿Estuvo oculto Piñera en esos días? Según un amigo, "él durmió todas las noches en su casa y nunca dejó sola a Cecilia, quien estaba embarazada del tercero de los hijos del matrimonio y cuyas hijas, Cecilia y Magdalena, tenían cuatro y dos años, respectivamente".

La misma fuente sostiene que el empresario iba todas las mañanas a Citicorp y, en las tardes, utilizaba una oficina ubicada en el centro de Santiago que le facilitó un cercano. Allí se dedicó a recabar minuciosamente los documentos que pudieran acreditar su inocencia y a reunirse con su abogado.

Las vidas paralelas de Massad y Piñera

Los detectives

Un cercano a Piñera señala a Qué Pasa que el empresario "estuvo en varios lugares, principalmente en casas de amigos". Otros agregan que él  se alojó durante unos días en la casa de los suegros de Fabio Valdés, en el balneario de Santo Domingo, pero recuerdan que "la mayor parte del tiempo estuvo en Santiago".

En el expediente del caso, en tanto, se  consigna que el candidato presidencial no fue "habido" en su casa de Camino El Otoñal y que "durante varios días se colocaron puntos fijos en las oficinas de Citicorp, a distintas horas, sin que esta persona apareciera en su lugar de trabajo". El allanamiento a la residencia de los Piñera-Morel dio lugar a una declaración no firmada por la mujer del empresario en la que aseguró desconocer el paradero de su marido e, incluso, advirtió que éste "ni siquiera se despidió".

Cecilia Morel niega de plano haber formulado esa declaración.

En el entorno de la defensa del abanderado  le recomendaron no estar ubicable mientras no se resolviera el recurso de amparo en la Corte Suprema. El objetivo: evitar la notificación.

La casa del amigo de Massad

El ex presidente del Banco de Talca, Carlos Massad, por expresa sugerencia de su abogado Fernando Coloma, también "debía estar lo menos visible que se pudiera".

Según un cercano, el ex ministro de Salud estuvo en la casa de su amigo Benjamín Mira Montt, un histórico militante DC, quien en esa fecha se desempeñaba como directivo del BID, en Washington.
La misma fuente agrega que durante los 24 días que duró el encierro, el economista se dedicó a ultimar los detalles de un libro titulado Análisis Económico: Introducción, que fue publicado por el Departamento de Economía de la Usach, en 1986.

En todo ese tiempo lo acompañó su mujer, María Lidia Guzmán, quien aprovechaba de leer y de dar paseos por el barrio, en Providencia, donde se ubica la casa de Mira Montt.

El expediente contradice esta versión. Los efectivos de la Bridec que concurrieron a la casa de Massad señalaron que en el domicilio estaba el hijo del matrimonio, quien afirmó que su padre "salió fuera de Santiago el viernes 27 de agosto", el mismo día que Correa Bulo despachó las órdenes de detención.

Encuentros y desencuentros

Durante el tiempo que duró el proceso, los abogados de los involucrados mantuvieron una perfecta coordinación. Algunos encuentros entre ellos se realizaban en el estudio de Coloma y otros en Puga & Ortiz, ambos situados en calle Huérfanos y a pocos metros uno del otro.

Hubo al menos un encuentro en la casa de Coloma, en la comuna de Las Condes, al que llegaron los tres defensores y donde se ensayaron los alegatos en la Corte de Apelaciones y, luego, en la Suprema.

En un par de reuniones, asegura uno de los abogados que participó en el caso, se vieron las caras Piñera y Massad, quienes "actuaron de manera civilizada", sostiene el profesional.

La tregua se mantuvo hasta el 20 de septiembre, cuando la Corte Suprema acogió el amparo previamente rechazado por la Corte de Apelaciones. En los alegatos anteriores a las resoluciones estuvo presente la madre de Piñera, Magdalena Echenique, uno de los hermanos de Massad y varios amigos de los tres involucrados.

Tras el triunfo judicial se realizó una celebración en el hogar de los Piñera-Morel, a la cual no asistió su ex jefe. Massad optó por una comida privada que se efectuó una semana más tarde.

Durante los '90, los ex socios se encontraron en ocasiones protocolares y sociales, en donde un saludo gélido fue la tónica. El caso Inverlink, que afectó al Banco Central a comienzos de 2003, fue la oportunidad para que Piñera reactivara su encono contra Massad, al cual le pidió públicamente su renuncia de la presidencia del instituto emisor tras develarse que durante su gestión se filtró información confidencial del banco a terceros. "La situación de Massad es insostenible, debe renunciar", disparó Piñera.

En los últimos días, tanto el ex ministro de Salud de Frei como el presidenciable han recibido el siguiente mensaje de sus consejeros legales: es mejor declarar un armisticio entre ambos a seguir escalando el conflicto. "Ambos saben que, de continuar con la confrontación los más perjudicados serán ellos", afirma un influyente abogado que ha intentado mediar entre ambos.

La mejor muestra de que los llamados del ex presidente Aylwin y el alcalde Claudio Orrego a calmar los ánimos surtieron efecto es la entrevista publicada ayer en La Tercera en la que Massad retrocede respecto a su postura inicial y asegura que su situación en esta causa "fue muy similar a lo que pasó con Piñera".

La mejor muestra de que los llamados del ex presidente Aylwin y el alcalde Claudio Orrego a calmar los ánimos surtieron efecto es la entrevista publicada ayer en La Tercera en la que Massad retrocede respecto a su postura inicial y asegura que su situación en esta causa "fue muy similar a lo que pasó con Piñera".

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